Difusión del conocimiento de las ciencias médicas

07/10/2021

El mercado de la salud

Por Prof. Dr. Juan Carlos Ponce

. Lectura de 4 minutos

En los últimos veinte años el precio de la atención en salud ha aumento más que la mayoría de los otros precios, ¿Por qué?

Desde hace mucho tiempo los economistas están tratando de explicar por qué ha aumentado con tanta rapidez el gasto en atención a la salud en comparación con el resto de la economía, impactando en la composición de Producto Bruto Interno (PBI), con una participación cada vez es mayor del área de salud.

Otra de las preguntas a formular sería si ese mayor gasto en Salud, tiene como resultado una disminución de los índices de enfermedades.

Para poder entender con más claridad estas dos incógnitas es importante que veamos algunas de las características diferenciales del mercado de la salud respecto de otros mercados.

En el año 2017 (último dato oficial disponible), el gasto en salud en la Argentina fue de 1.005.199 millones de pesos corrientes, lo que representó el 9,4 % del Producto Bruto Interno (PBI).

Más allá de este dato estadístico,  para comprender mejor la problemática que se presenta, debemos analizar las características diferenciales que muestra especialmente el mercado de la Salud desde el punto de vista microeconómico.

La economía de la salud produce mercados totalmente imperfectos con características propias y escenarios complejos.

A un precio más alto, la cantidad demandada será menor que la ofrecida, generando un excedente. Esto genera ineficiencia dado que la mayoría de la producción sanitaria no puede ser almacenada, por lo tanto, se incurre en un costo ocioso que no implica un beneficio al mercado, lo que en economía se denomina “costo hundido”.

Mientras que a un precio más bajo la cantidad demandada será mayor que la ofrecida generando escasez  y por lo tanto, existirá demanda insatisfecha (pacientes sin tratar).

Así mismo, existen características especiales propias del mercado de la salud como ser:

No hay posibilidad de previsión de consumo. No se sabe “que”, ni “cuando”, ni “cuanto” se puede llegar a demandar, lo que ocasiona un estado de imprevisión que dificulta al extremo la programación de la producción de “Salud”. Esta situación obstaculiza que el mercado desarrolle procesos productivos eficientes con reducción de costos de fabricación.

Tiene un importante sesgo anticompetitivo dado que, en general, existe una posición dominante de parte de algún oferente o cartelización de un grupo de ellos lo que genera una distorsión en la oferta, generando en muchos casos abuso de precio por “falta” de competencia. Es un mercado con una marcada ética anticompetitiva.

Este fenómeno, genera una barrera importante para el acceso de nuevos actores al mercado, ya que al estar concentrado en monopolios u oligopolios el nuevo competidor ve afectada su libertad de decisión y se ve sumamente condicionado en su planeamiento estratégico.

Así mismo la demanda carece de elección racional, dando paso en la mayoría de las veces a un mero impulso emocional. En la famosa frase “la salud no tiene precio” esta el origen de esta situación. La emoción supera la razón y posibilita que el demandante realice un esfuerzo casi ilimitado para obtener el “producto salud”, facilitando el abuso en los precios.

Esta situación, se ve facilitada por la falta de estructura de precios relativos que tiene el mercado de la salud.

El precio relativo es la relación que existe entre un bien “X” y un bien “Y”,  esto nos indica cuantas unidades del determinado bien “Y” debemos dejar de comprar para adquirir una unidad más del bien “X”.

Esto no ocurre en el mercado de la Salud donde no existen productos sustitutos fuera de ese mercado y muchas veces no recetados por el profesional. Se carece de referencias para determinar si el precio es justo o no.

Por lo tanto, los precios son absolutos, o sea que es el valor que representa cualquier bien, servicio o factor en términos monetarios, no existiendo el “costo de oportunidad”, ni los precios relativos.

Esto es, a grandes rasgos la característica que diferencia a la salud de otros tipos de servicios y este fenómeno ocurre en mayor o menor medida en todo el mundo, independientemente del sistema de su economía.

Este fenómeno de los costos crecientes de la salud en comparación con otros servicios y su participación en el Producto Bruto Interno (PBI), preocupa a los gobiernos y desorienta a los economistas.

Tal vez, si se lograra una mayor transparencia en el mercado, posibilitando una competencia cuasi perfecta, múltiple oferta y múltiple demanda, precios no  controlados o cartelizados, acceso y la salida al mercado no condicionadas e información transparente con productos relativamente homogéneos, esta historia pueda cambiar y el mercado de la salud se pueda estabilizar.

Fuentes:

Artículos destacados

error: Content is protected !!