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22/05/2023

Las epidemias que no sucedieron- Parte l

Por Dr. Costa Horacio

. Lectura de 5 minutos

Ebola (Nigeria, 2014) - Fiebre amarilla (Brasil, 2019).

Se pueden evitar las  epidemias si se invierte en la preparación global, deteniéndolas antes que se propaguen. Todos los días, en todo el mundo, los expertos previenen epidemias.

La velocidad  a la que pueden viajar los virus por el mundo causando devastación humana y económica ha aumentado constantemente desde el origen de la viruela, como lo han demostrado otras epidemias, incluyendo la del CoVid-19.

Las epidemias que no llegaron a producirse demuestran que su trayectoria puede alterarse, cuando un país invierte y prioriza la preparación para brotes de enfermedades infecciosas y está dispuesto a actuar cuando ocurra.

Al invertir y priorizar los sistemas de preparación y respuesta podemos salvar millones de vidas,  billones de dólares y evitar una tragedia global en los próximos años.

La pandemia de CoVid-19 reveló brechas en los sistemas de respuesta en países de ingresos altos, medios y bajos. Es vital que los lideres de todo el mundo evalúen y mejoren la gobernanza para las emergencias de salud pública.

Algunas ejemplos lo  demuestran:

  • A mediados de de 2014, África occidental se vio afectada por la mayor epidemia de ébola que el mundo jamás haya visto.

Si bien la epidemia se había apoderado de Liberia, Guinea y Sierra Leona , los países de África occidental estaban en alerta máxima.

El 20 de julio del 2014, un hombre infectado con Ébola aterrizó en Lagos, en  Nigeria, una ciudad de 21 millones de habitantes. Las infecciones comenzaron a propagarse de inmediato. A fines de mes, el primer paciente había muerto y un individuo infectado había volado a otra ciudad y casi mil contactos habían estado expuestos al virus.Sin embargo, el brote terminó en menos de tres meses.

Gracias a una respuesta de salud pública de magnitud, Nigeria quedó libre de ébola el 2 de octubre, después de 20 casos y ocho muertes en todo el país.

Nigeria impidió que el ébola se propagara a nivel nacional y, posiblemente, a nivel regional, con una comunicación eficaz, actividades de respuesta coordinadas y un liderazgo dedicado.

 

  • El virus de la fiebre amarilla, se transmite entre mosquitos y primates ( humanos y no humanos), fue traído a las Américas desde África por el comercio de esclavos. Uno de los primeros brotes registrados fue a mediados del siglo XVII en Yucatán, entre 1693 y 1905 mató a más de 100.000 personas en los Estados Unidos.

Continúan ocurriendo brotes en áreas tropicales de África y América del Sur donde no se puede eliminar por completo ya que circula entre mosquitos y primates no humanos autóctonos de la selva. Brasil logró erradicar la fiebre amarilla » urbana» en 1942.

En los humanos, esta enfermedad generalmente comienza con fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga y debilidad. Los casos graves  pueden entrar en una segunda fase “tóxica” que causa ictericia, haciendo que ojos y piel se vean amarillos, hasta insuficiencia hepática y renal. En estos casos la mortalidad se encuentra entre un 30 y un 60 %.

A fines de 1930 se desarrolló una vacuna eficaz, el 90 % de los que las reciben son inmunes a los días de su aplicación.

En Brasil, las personas que viven o trabajan en o cerca de la selva tropical , corren mayor riesgo de infección por fiebre amarilla . En los últimos años, los cambios ambientales han llevado a una mayor circulación de este virus, entre los monos en los ecosistemas forestales que, junto con un contacto más cercano entre humanos y mosquitos y cambios en el comportamiento humano, produciendo una explosión de infecciones en las poblaciones humanas más cercanas.

El mayor número de casos en las ciudades cercanas a las selvas, incluyó a Río de Janeiro y Sao Paulo, donde la cobertura de vacunación  contra la fiebre amarilla es baja debido a la larga ausencia de esta enfermedad.

La temporada 2015/2016 tuvo solo tres casos humanos confirmados con dos muertes. En Diciembre de ese año, los epidemiólogos advertían que la epidemia era inminente en el sureste. Estaba surgiendo el mayor brote en los tiempos modernos, coincidiendo que se estaba agotando el suministro mundial de vacunas contra la fiebre amarilla.

 Durante la temporada 2016/2017 los casos subieron a 792, con 274 muertes.; en la del 2017/2018, los casos siguieron aumentando, 1266 casos nuevos y 415 muertes.

Las infecciones se concentraron en áreas no  consideradas de alto riesgo que rodean las principales ciudades.

Controlar el brote 2016/2018 requirió expandir la inmunización, pudiéndolo realizar por ser uno de los mayores productores de la vacuna en el mundo y tiene un sistema de salud pública integrado que prioriza la vacunación de rutina contra la fiebre amarilla administrada a niños. En ese momento, el suministro era bajo, un brote en Angola y República Democrática del Congo había agotado las reservas del gobierno.

Desarrolló un plan  de vacunación ambicioso, en el 2017, ampliaron la producción distribuyendo 45 millones de dosis y en el 2018 24 millones adicionales, incluyendo Sao Paulo, Río de Janeiro y Bahía.

Para adelantarse a una mayor propagación, la vacunación se amplió a todo el país en 77 millones de personas adicionales.

Brasil respondió en forma  excepcional, tenía experiencia científica a partir del siglo XIX y fue parte del desarrollo de la vacuna en 1930, y además estaba motivado por el riesgo nacional. Por ser uno de los principales productores de la vacuna, en  el 2018 pudo duplicar su producción mensual a 8 millones de dosis.

Para completar la cantidad necesaria, solicitaron suministros adicionales a una reserva internacional, y en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), Brasil decidió utilizar dosis parciales. Los estudios habían demostrado que una quinta parte de una dosis puede proporcionar hasta un año de inmunidad y puede ser beneficiosa para contener brotes.

Además, los funcionarios priorizaron la vigilancia de los brotes entre los animales, proporcionado un aviso anticipado de dónde aparecerían nuevos casos, el manejo de los casos para reducir las muertes y las pruebas de diagnóstico altamente específicas.

Al finalizar la temporada 2019 , estas medidas habían producido un importante resultado, solo se informaron 85 casos y 15 muertes,  logrando contener una enfermedad que había amenazado con extenderse por todo el país y más allá de sus fronteras.

Fuentes:

Prevent Epidemic-https://preventepidemics.org/epidemics-that-didnt-happen-2021/yellow-fever/ Resolve to save a lives- https://resolvetosavelives-org.

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