Hacer deporte, se trate de montar en bicicleta o de jugar un partido en una liga infantil, puede enseñar a los niños a ampliar sus límites, así como a desarrollar el espíritu deportivo y la disciplina.
Pero cualquier deporte lleva aparejado el riesgo potencial de lesionarse.
Los niños son proclives a sufrir lesiones deportivas por distintas razones. Los niños, sobre todo los que todavía no han cumplido 8 años, tienen menos coordinación motriz y tiempos de reacción más lentos que los adultos porque todavía están creciendo y desarrollándose.
Asimismo, los niños maduran a ritmos diferentes, lo que supone que haya importantes diferencias en estatura y peso entre niños de la misma edad.
Cuando niños de distinto tamaño hacen deporte juntos, se aumenta el riesgo de lesionarse.
A medida que los niños crecen y se hacen más fuertes, el riesgo de lesionarse aumenta, en gran medida debido a la mayor fuerza implicada. Por ejemplo, un choque entre dos jugadores de fútbol americano o rugby de 8 años, que pesan entre 29 y 32 Kg. no es tan fuerte como el choque entre dos jugadores de 16 años, cada uno de los cuales puede pesar hasta 90 Kg.
Además, los niños pueden no percibir los riesgos de ciertas actividades tan bien como los adultos, lo que los expone a sufrir lesiones.
Factores positivos:
- Introduce al niño en la sociedad.
- Le enseña a seguir reglas.
- Le ayuda a abrirse a los demás y superar la timidez.
- Frena sus impulsos excesivos.
- Fomentará en el niño la necesidad de colaborar por encima del individualismo
- Le hará reconocer, aceptar y respetar que existe alguien que sabe más que él.
- Produce un aumento generalizado del movimiento coordinado.
- Aumenta sus posibilidades motoras.
- Favorece el crecimiento de sus huesos y sus músculos. Mejoras cardiovasculares, del aparato respiratorio y hematológicas
- Puede corregir posibles defectos físicos.
- Potencia la creación y regularización de hábitos.
- Desarrolla su placer por el movimiento y el ejercicio.
Factores negativos:
Lesiones por sobrecarga, tanto físicas-psíquicas y traumatismos del aparato locomotor.
La incidencia y prevalencia de las lesiones deportivas durante la infancia no se conoce con exactitud, a pesar de las diferentes series publicadas en la literatura mundial.
Ello es debido a que no se informan gran cantidad de traumatismos considerados banales, atendidos en Urgencias, y que su etiología, si está relacionada con el deporte, no quedan reflejadas estadísticamente como lesiones deportivas.
Las lesiones las podemos dividir en traumáticas directas o indirectas.
Las lesiones traumáticas directas son las fracturas, contusiones y luxaciones, y las indirectas, son exclusivas de la infancia y la adolescencia.
Lesiones traumáticas indirectas
Se pueden dividir en:
- Arrancamientos hipofisiarios
- Osteonecrosis, Osteocondritis o Apofisitis de crecimiento.
- Fracturas por estrés.
Arrancamientos hipofisiarios
Son lesiones agudas, exclusivas de la infancia y de la adolescencia, se producen por una contracción muscular violenta del tendón de inserción localizado en el cartílago de conjunción o de crecimiento, que es todavía débil, menos resistente que el tendón.
La edad de aparición varia, en relación a la edad ósea del deportista, pero lo más frecuente es entre 10-14 años.
En los adultos se produce rotura del tendón ya que el hueso es más duro.
Clínica:
- Aparece dolor agudo, intenso, seguido de una contracción muscular brusca y violenta durante el ejercicio, en el momento de iniciar un sprint o al realizar cambios bruscos de ritmo y velocidad.
- El dolor suele ser tan intenso que ocasiona el cese inmediato del ejercicio.
- La palpación de la zona afecta provoca dolor, crepitación e impotencia funcional de la articulación próxima. La deambulación está abolida o muy limitada.
Diagnóstico: Aparte de la anamnesis, para valorar el mecanismo de producción y la exploración clínica, las pruebas complementarias son básicas, ya que en algunos casos el diagnostico diferencial con infecciones o tumores es difícil.
Las más utilizadas por orden de solicitud son:
- Radiología simple, siempre con varias proyecciones, frente, perfil y oblicuas.
- Gammagrafía ósea, nos localiza exactamente el lugar de la lesión y nos indica si la lesión es aguda o crónica.
- RNM para ver la textura del tendón y el tamaño de la epífisis arrancada, ya que al ser cartilaginosa no se observa su tamaño real en las anteriores pruebas.
- TAC no es tan frecuente por la gran irradiación. Permite reconstrucciones tridimensionales.
Localizaciones más frecuentes:
1.A nivel de la cadera: en la espina iliaca- antero superior e inferior donde se insertan respectivamente los músculos sartorio, tensor de la fascia lata, recto anterior del cuadriceps y a nivel del trocánter mayor y menor , donde se inserta el músculo psoas iliaco.
Son músculos muy potentes con tendones de inserción de largo recorrido.
Producen básicamente la flexión de la cadera. Se utilizan para patear fuerte la pelota, saltar e iniciar la carrera rápida o sprint.
La afectación es a nivel de la tuberosidad isquiática donde se insertan los isquiotibiales y aductores, que son extensores de la cadera y flexores de la rodilla.
Es más frecuente en jugadores de básquet, vóley, en el atletismo, gimnasia rítmica y deportiva.
2.A nivel de la rodilla: la apofisitis de la tuberosidad tibial anterior o Enfermedad de Osgood Schlater, es sin duda la más conocida y la más frecuente.
Su etiología es debida a múltiples micro-traumatismos repetitivos del tendón rotuliano sobre el cartílago de crecimiento de la metáfisis proximal de la tibia, puede provocar un arrancamiento masivo, transformándose en una fractura articular grave.
Clínica: dolor y tumefacción a nivel de la TTA,puede ser bilateral.
Diagnostico: Rx simple de perfil, es suficiente.
La evolución es benigna en el 80% de los casos.
Tratamiento: dependerá del tipo de lesión, analgésicos, antiinflamatorios, electroterapia en algunos casos hay que valorar biomecánicamente los apoyos, mediante un estudio de la marcha para evitar las recidivas, corrigiendo la alineación del tendón rotuliano. Pocos casos son quirúrgicos.
3.A nivel del pie:
Escafoides supernumerario.
El hueso escafoides supernumerario, es un núcleo embrionario accesorio cartilaginoso y en el se inserta el tendón del tibial anterior.
Es frecuente en niños de 12 a 14 años y suele estar asociado a un pie valgo.
Clínica: dolor y tumefacción local en el borde interno del pie sobre el escafoides tarsiano.
Los impactos repetitivos del tendón sobre el núcleo accesorio del escafoides producen arrancamientos periósticos muy dolorosos y limitantes.
Diagnóstico: radiológico.
Tratamiento: inicialmente ortopédico con medidas antiinflamatorias habituales, las plantillas de descarga para corregir el valgo son básicas.
En los casos repetitivos la resección quirúrgica del núcleo accesorio es imprescindible.
Se ve frecuentemente en el fútbol y en regatistas.
Apófisis estiloides del 5 metatarsiano
La lesión se localiza en la base del 5 metatarsiano, donde se inserta el tendón del músculo peroneo lateral corto.
Es más frecuente en pies con tendencia al varo del retropié y en pacientes con híper laxitud ligamentosa que provocan esguinces en el LLE del tobillo.
Clínica: la cojera y la tumefacción en el borde externo del pie.
Diagnóstico: radiología simple, principalmente las oblicuas.
Tratamiento: es el mismo que el anterior.
Se observa en deportes con cambios rápidos en los apoyos laterales tenis, pádel, squash.
Dado el espacio asignado continuaremos esta descripción en forma independiente.