Las infecciones farmacorresistentes pueden convertirse en una de las principales causas de muerte.
La RAM puede llevar a decenas de millones de personas a la pobreza extrema, el hambre y la malnutrición; además, se prevé que produzca pérdidas económicas que asciendan a varios puntos porcentuales del producto bruto interno.
El Plan de acción de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) sobre la resistencia a los antimicrobianos para 2021-2025, constituye una hoja de ruta para la concentración de los esfuerzos mundiales de lucha contra la RAM en los sectores de la agricultura y la alimentación.
El plan de acción ha sido elaborado por un equipo multidisciplinario de la FAO para garantizar que se tengan en cuenta todas las dimensiones pertinentes.
Incluidas la sanidad y la producción de animales terrestres y acuáticos, la producción de cultivos, la inocuidad de alimentos y piensos ( alimentos secos para el ganado), los recursos genéticos, la gestión de los recursos naturales, la comunicación de riesgos y los cambios de conducta, prestando especial atención a los marcos reguladores, las normas y los procesos de acción colectiva.
La cooperación puede hacer posible que los sistemas alimentarios, los medios de vida y las economías estén mejor protegidos ante las fuerzas desestabilizadoras de las enfermedades intratables.
Se prevé que, en los próximos 10 años, el uso de antimicrobianos (UAM) se duplicará en en el sector ganadero para satisfacer las demandas de la población humana en crecimiento. Su uso en la acuicultura y las plantas también seguirá aumentando.
La intensificación y especialización de la producción agrícola está favoreciendo el surgimiento de infecciones que resultan, cada vez más, difíciles de tratar.
Los residuos originados por los humanos, las aguas residuales de hospitales y clínicas y los vertidos de las plantas de fabricación de productos farmacéuticos están contaminados por microbios resistentes y antimicrobianos que también pueden introducirse en el medio ambiente.
Estos factores acelerarán la aparición y propagación de la resistencia, a menos que actuemos ahora para mejorar las prácticas con objeto de reducir al mínimo y contener la RAM.
Desde la aparición de los antimicrobianos, la presencia de microorganismos resistentes en el ganado ha crecido exponencialmente, incluso en los países de ingresos bajos y medianos.
Esta tendencia es preocupante para los productores y los pacientes, puesto que un porcentaje de todas las infecciones resistentes a los medicamentos en humanos se ha relacionado con la transmisión por alimentos y tienen fuente de origen animal.
Como resultado de ello, se han formulado recomendaciones para brindar orientación sobre el uso responsable y prudente de antimicrobianos, en particular sobre la necesidad de eliminar gradualmente el UAM para promover el crecimiento de los animales.
RESISTENCIA- FACTORES SECTORIALES:
La presencia generalizada de microorganismos resistentes a los antimicrobianos en los animales terrestres y acuáticos, las plantas y el medio ambiente está influenciada por la interacción de una serie de factores de todos los sectores:
- Factores antropológicos, etológicos, socioculturales, políticos y económicos. • Saneamiento deficiente y acceso limitado al agua potable.
- La falta de prácticas de bioseguridad y protección, que conduce a un uso abusivo de los antimicrobianos.
- Supervisión inexistente o inadecuada del UAM en la agricultura, con acceso limitado a especialistas en salud animal y vegetal, así como falta de capacitación y apoyo para estos especialistas.
- Ventas no reglamentadas de antimicrobianos sin receta.
- Aumento de la disponibilidad de antimicrobianos falsificados y de mala calidad, en especial de productos con combinaciones nocivas y concentraciones subterapéuticas.
RESISTENCIA- TRANSMISIÓN:
La actuación oportuna puede ayudar a limitar la propagación de microorganismos zoonóticos, transmitidos por alimentos, y resistentes a los antimicrobianos, que pueden llegar a humanos, animales y cultivos a través de una múltiple vía de transmisión.
Estas vías de transmisión pueden ser tanto por el contacto directo con animales y orígenes humanos, como por la transmisión indirecta a través del medio ambiente y la cadena de suministro de alimentos.
La RAM se puede originar en el punto de producción y posteriormente ser transmitida por los animales y las plantas hasta la cadena alimentaria.
Los microorganismos resistentes también se pueden introducir durante la manipulación, la elaboración, el transporte, el almacenamiento y la preparación de productos alimentarios.
Una vez que una persona es portadora de microorganismos resistentes a los antimicrobianos, estos pueden propagar la RAM fácilmente dentro de las comunidades y entre ellas. La RAM también puede llegar a la población general propagándose desde fuentes humanas y agrícolas hasta el medio ambiente y las poblaciones silvestres, donde las personas pueden quedar expuestas a través del agua contaminada, el suelo y los productos agrícolas.
Los antimicrobianos o los residuos de antimicrobianos que se encuentran en los ambientes terrestres y acuáticos —procedentes de fuentes como las plantas de fabricación de medicamentos, las aguas residuales no tratadas de las comunidades, las aguas negras o la escorrentía de actividades ganaderas y agrícolas— también están generando una presión selectiva que favorece la aparición de la RAM y su propagación.
Para mejorar el control de la RAM, es fundamental que la gestión del UAM vaya acompañada con prácticas de producción alimentaria más sostenible.
RESISTENCIA- OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE:
Aunque no existe ningún objetivo o indicador específico para la RAM en el marco actual de los ODS, este fenómeno se ha de tener en cuenta en los planes mundiales, regionales y nacionales porque está amenazando la consecución de numerosos objetivos, entre ellos:
- poner fin a la pobreza (ODS 1) y erradicar el hambre (ODS 2);
- fomentar una vida saludable y el bienestar (ODS 3);
- agua limpia y saneamiento (ODS 6);
- producción y consumo responsables (ODS 12);
- proteger la vida submarina y terrestre (ODS 14 y 15);
- lograr un crecimiento económico sostenido (ODS 8).
Los antimicrobianos también se están empleando como plaguicidas para tratar enfermedades de plantas causadas por bacterias y hongos.
La aplicación directa de estos productos en el medio ambiente puede tener repercusiones negativas en la salud humana, animal y ambiental.
Los plaguicidas antimicrobianos para las plantas deberían utilizarse de manera juiciosa.