Durante la infancia, los conceptos básicos de las técnicas de carrera y sprints deben incluirse en el entrenamiento para sentar las bases de esta importante habilidad de movimiento.
En los niños, hay una ventana teórica de mayor oportunidad para el desarrollo de la velocidad debido al desarrollo del sistema neuronal. El sistema nervioso, si bien no está completamente desarrollado y maduro en la infancia lo seguirá haciendo. Esto permitirá que el niño sea más rápido y mejore su velocidad con el entrenamiento adecuado que se centre en el lado neuronal de la velocidad.
Según Oliver y otros, (2013) el entrenamiento debe centrarse en mejorar la técnica y acortar los tiempos de contacto con el suelo ya que este es un factor determinante clave en la velocidad del sprint.
El entrenamiento pliométrico es un método de entrenamiento que acortará los tiempos de contacto con el suelo. Apunta a mejorar las altas tasas de producción de fuerza y potencia lo que permite que el jugador se vuelva más explosivo (Jeffreys y Moody, 2016; Popovic, 2016).
Este método con los niños implica saltar y rebotar en el suelo en los ejercicios. Estos ejercicios promueven la creación de tanta fuerza como sea posible en el menor tiempo de contacto con el suelo como sea posible.
Esto se transfiere a una mejora en la velocidad. La técnica del sprint es clave para entrenar y desarrollar la velocidad pero ofrece desafíos basados en el crecimiento y los cambios en la longitud de las piernas que pueden afectar la técnica.
A medida que el niño madura y se acerca a las últimas etapas de la infancia (alrededor de 11 a 12 años) es posible que tenga la madurez para realizar algún tipo de entrenamiento de sprints más organizado y formal, el entrenador debe buscar el desarrollo de la velocidad de forma indirecta a través de juegos o actividades con pequeños equipos.
Algunos puntos clave del entrenamiento para la técnica del sprint incluyen:
- Una inclinación del cuerpo hacia adelante para acelerar y una posición corporal más vertical para una velocidad máxima de carrera.
- Impulso con el brazo y el brazo opuesto a la acción cíclica de la pierna opuesta.
- Acortar el tiempo de contacto del pie con el suelo.
Las buenas indicaciones de coaching pueden hacer la diferencia, especialmente cuando se trabaja con niños.
Es posible que un niño no entienda la indicación: «Quiero que tengas un breve tiempo de contacto del pie con el suelo», mientras que «El suelo es lava al rojo vivo: levanta el pie lo más rápido que puedas para no quemarte» será mucho más fácil para que el niño entienda, así que asegúrese pensar cuidadosamente lo que les dice.
FUERZA Y VELOCIDAD
Es el músculo el que por su capacidad de contracción es capaz de producir fuerza que se manifiesta en determinadas condiciones. Estas son unas veces definidas como velocidad y otras como resistencia, pero ambas no son sino una concreta evaluación de la fuerza muscular generadora de la situación observada.
La naturaleza cambiante de los episodios lúdicos que conforman cada unidad de competición, resultado de los efectos de agregación de las acciones individuales de los participantes.
Determina que las adaptaciones técnico coordinativas que los jugadores realizan durante la ejecución de sus acciones motrices se manifiestan en el juego.
Lo hacen mediante respuestas espacio-temporales diversas e imprescindibles: aceleración y desaceleraciones con o sin balón, cambios en dirección de los movimientos, saltos orientados, lanzamientos y golpes variados del balón, etc.
Cualquier acción que caracteriza a un deporte colectivo precisa determinados requerimientos energéticos-funcionales en sus características neuromusculares, bien hacia lo que significa crear una tensión muscular óptima, bien hacia lo que significa mantener la eficiencia de estas tareas.
La fuerza con la habilidad específica posibilita acciones en velocidad, y la capacidad de repetir estas habilidades específicas permite que sean realizadas un mayor número de veces, con mayor implicación en el juego y también con mayor eficacia cuando llega la fatiga.