El término zoonosis hace referencia a enfermedades causadas por agentes etiológicos tales como parásitos, bacterias, hongos, virus y priones, que se transmiten desde un reservorio animal, generalmente asintomático, a los humanos y viceversa.
Más del 70% de las infecciones emergentes de los últimos cuarenta años han sido zoonosis.
Pueden hacerlo a través del contacto físico directo, a través del aire o el agua, o mediante un huésped intermedio. Con frecuencia, estos patógenos zoonóticos no afectan a los animales en los que residen, pero pueden representar un riesgo enorme para los humanos que no tienen inmunidad natural contra ellos.
Al analizar las secuencias genómicas. de longitud completa, de pacientes infectados en una etapa temprana del brote de COVID-19, se encontró que la secuencia de SARS-CoV-2 es casi idéntica y comparte 79,6% de identidad de secuencia con SARS-CoV,(coronavirus causante de SARS.)
El SARS-CoV-2 está muy relacionado con el virus que causa el síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-1), que se extendió por todo el mundo hace casi 20 años, y fue controlado después de causar unas 8.000 muertes en China.
SARS-CoV-2 es 96% idéntico a nivel de genoma completo en comparación a un coronavirus de murciélago, particularmente del murciélago de herradura.
Quedó demostrado que SARS-CoV-2 utiliza el mismo receptor que SARS-CoV en su proceso de entrada a las células. Este receptor es la enzima convertidora de angiotensina II (ACE2).
La estructura molecular general del SARS-CoV-2 se parece a los virus encontrados en murciélagos y pangolines. Estos últimos habían sido poco estudiados y de los cuales se ignoraba que causaran daño a los humanos.
Los coronavirus detectados en un pequeño número de pangolines que fueron introducidos de contrabando en China, están estrechamente relacionados con el coronavirus SARS-CoV-2.Esto fue detallado en un artículo titulado ¨Identifying SARS-Cov-2 related coronavirus in Malayan pangolins¨ publicado en la revista Nature.
Para el SARS-CoV-2 se considera que existe, muy probablemente, un hospedero intermediario (o amplificador) entre murciélagos y seres humanos. Dentro de él este coronavirus habría adquirido algunas o todas las mutaciones necesarias para una transmisión eficiente hacia los humanos.
El origen del coronavirus de Wuhan podría estar en los murciélagos, pero no se sabe si ha habido intermediarios o no entre estos y las personas. Como en el inicio de la pandemia, no era época de venta de murciélagos en el mercado por estar hibernando, esta situación ha llevado a pensar que pueden haber intervenido animales intermediarios.
En esa búsqueda del intermediario es donde ha entrado en escena el pangolín, así como la serpiente y la civeta.
José Luis Tellería, biólogo, investigador del Departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la UCM, explica que, ¨los pangolines presentan una armadura compuesta de escamas y unas extremidades anteriores preparadas para excavar a la búsqueda de sus presas.
Son animales muy especializados en una dieta mirmecófaga (termitas, hormigas) y están provistos de una lengua larga con la que capturan a estos insectos. Cuando se sienten amenazados, se enrollan sobre sí mismos, son nocturnos, discretos y en absoluto agresivos o peligrosos”.
Los pangolines se componen de ocho especies que varían mucho en tamaño (de 3 a 30 kilos). Cuatro son asiáticas y otras cuatro africanas.
Debido a la gran demanda de su carne como alimento y a las propiedades de sus escamas de queratina destinadas a su uso en medicinas tradicionales orientales, son los mamíferos silvestres más cazados y traficados del mundo.
Según el grupo de especialistas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza , tres de las especies asiáticas están en situación crítica, al borde la de la extinción debido al consumo abusivo de su carne y el uso de sus escamas en medicina tradicional.
“Tras el casi exterminio de sus poblaciones asiáticas, la fuerte demanda ha trasladado la presión extractora a África, donde dos de las especies están ya amenazadas y otras dos en situación vulnerable”. El biólogo de la UCM compara este situación con el de las aletas del tiburón, el marfil de los elefantes o los huesos de los tigres.
En países como China o Vietnam, su carne es considerada un manjar y sus escamas son utilizadas para remedios contra el asma, el reumatismo o la artritis. Las escamas se pueden encontrar en mercados medicinales en toda Asia, incluyendo Vietnam, Tailandia, Laos y Birmania.
En China, donde ese tipo de tratamientos es permitido por el gobierno, más de 200 compañías farmacéuticas producen cerca de 60 tipos de medicamentos tradicionales que contienen escamas de pangolín, según un informe de 2016 por parte de la Fundación para el Desarrollo Verde y la Conservación de la Biodiversidad en China.
China prohibió el consumo de carne de animales salvajes en medio de la epidemia y Vietnam está considerando una regulación similar.
«Sabemos que entre 2010 y 2015 las incautaciones se han incrementado en número y en cantidad, con una media 20 toneladas anuales», afirma Luis Suárez, responsable de Biodiversidad Terrestre de WWF España.
El 11 de febrero de 2019 la entidad conservacionista Traffic alertaba de la incautación de 30 toneladas de carne de pangolín en Sabah, Malasia.
Según la UICN (Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza) en los últimos diez años la cifra de capturas anuales alcanza al millón de ejemplares.
Cada año, las provincias chinas en conjunto emiten permisos para que las compañías usen un promedio de 26.6 toneladas de escamas, cifra equivalente a unos 73 000 pangolines.
Tellería aboga por una mayor regulación y control efectivo en la captura y el uso de los pangolines y de otros animales salvajes. Busca prevenir la aparición de epidemias que afectan al hombre y para proteger sus poblaciones silvestres.
Las costumbres religiosas, culturales y de estatus, difíciles de suprimir, promueven la captura y venta de animales, sin vigilancia sanitaria.
La identificación del hospedero intermediario de SARS-CoV-2 es importante para comprender el origen de la emergencia de la pandemia actual y para prevenir eventos epidémicos similares en el futuro. Indudablemente, los descubrimientos en el área de genómica y filogenética serán de gran relevancia para la prevención y el control del origen de SARS-CoV-2.
Precisar la fuente de origen de este coronavirus también es fundamental para prevenir brotes epidémicos de otros patógenos relacionados, así como para aportar datos relevantes para la obtención de una vacuna para SARS-CoV-2.
La búsqueda de este hospedero intermediario debe incluir los esfuerzos colaborativos de médicos y otros profesionales de la salud humana, así como de médicos veterinarios, biólogos y profesionales del medioambiente bajo el enfoque de “Una Sola Salud” (One Health). Esta concepción holística que integra la salud humana, animal y ambiental, recuerda el concepto de “Una Medicina” de Virchow.
La reducción de selvas tropicales por el avance de las ciudades y las superficies cultivadas, combinada con los efectos del cambio climático, acercan a estos animales a zonas habitadas y los empujan a «interactuar cada vez más con las poblaciones humanas»
La forma exacta en la que el virus primero saltó de un animal salvaje, presumiblemente un murciélago, luego a otro animal y después a los humanos sigue siendo un misterio.
La especie de murciélago de herradura y el pangolín están implicadas, pero se desconoce la secuencia precisa de los eventos.
Si bien el pangolín es el hospedador natural de muchos virus, su papel en la transmisión del SARS-CoV-2 no ha sido establecido.