El objetivo de establecer un día, es realizar un recordatorio, crear conciencia sobre la misma y reducir el estigma contra quienes la padecen.
Se celebra todos los años el último domingo del mes de Enero, correspondiendo al 28 de Enero en el 2024, es una jornada que tiene como objetivo denunciar la preocupante presencia que esta enfermedad milenaria que se mantiene aún en países de Asia, América Latina y África, y sensibilizar a la sociedad en la lucha contra la enfermedad.
Si bien, en la región de las Américas, los casos de lepra han disminuido en un 30% en los últimos 20 años, la discriminación, el estigma y los prejuicios que rodean a la lepra continúan obstaculizando los esfuerzos para detener aún más su transmisión.
Esto, ha llevado a que a las personas afectadas por la enfermedad se les niegue el acceso a la atención, la educación e incluso la libre circulación. Esta discriminación continua implica que muchos no busquen tratamiento médico, hasta que los síntomas les alteren su vida de manera definitiva.
La situación tiene un impacto negativo en el acceso al diagnóstico, el resultado del tratamiento y el resultado de la atención, además de violar los derechos civiles, políticos y sociales.
La Organización Mundial de la Salud combate las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD), más de 20 enfermedades, incluyendo la lepra, a través de programas de distribución de medicamentos en todo el mundo. Esta tarea la realiza en asociación con laboratorios farmacéuticos donantes de medicamentos utilizados para combatir a las ETD para más de mil millones de personas.
Las personas afectadas por la lepra a menudo son discriminadas y estigmatizadas.
Las heridas visibles que produce la enfermedad en estadios avanzados, ha causado un gran rechazo social y se ha relegado a los enfermos al abandono y a la pobreza.
Aún existen leyes en muchos países que producen discriminación a las personas afectadas. Se considera que hay de más de 50 países en el mundo que legislan a espaldas de estos enfermos, generando en la práctica la costumbre de relegar a los enfermos y tratarlos como parias.
Todavía, existen más de 100 leyes en todo el mundo que discriminan a las personas afectadas por la lepra.
Creadas hace décadas o incluso siglos; estas leyes continúan marginando a las personas afectadas por una enfermedad que es curable desde hace más de sesenta años.
En algunos países a los niños que contraen la enfermedad no se les permite asistir a la escuela.
Poner fin a la discriminación, el estigma y los prejuicios es fundamental para acabar con la lepra.
La Federación Internacional de Asociaciones de Lucha contra la Lepra (International Federation of Anti-Leprosy Associations, ILEP) sostiene que las personas con discapacidades relacionadas con la lepra o desfavorecidas por el estigma son precisamente las que necesitan apoyo intensivo.
- En todo el mundo, se notifican 210.000 nuevos casos anualmente, de los cuales 15.000 son niños.
- Se estima que hay 3-4 millones de personas que ya se han curado, pero tienen algún grado de discapacidad.
- La lepra se encuentra en 127 países (datos de 2018), con un 80% de los casos en India, Brasil e Indonesia.
- Se han notificado casos de lepra en 24 países de las Américas, algunos de ellos con más de 100 casos por año: Argentina, Colombia, Cuba, México, Paraguay, República Dominicana y Venezuela.
De los pacientes diagnosticados en 2018, más de 2.000 tenían deformidades visibles provocadas por la lepra.
Desde 1987 la lepra tiene cura, igualmente existen más de siete millones de enfermos en el mundo.
La lepra, en sí misma, no produce la muerte a quien la padece; sin embargo, provoca una reducción drástica de las defensas inmunitarias de los afectados, que unido a las difíciles condiciones socio-económicas que suelen padecer, facilita que contraigan otras enfermedades que puedan ocasionarles su fallecimiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que el diagnóstico precoz y el inicio temprano del tratamiento mediante poliquimioterapia es la mejor estrategia para eliminarla como problema de salud.
El objetivo es alcanzar una prevalencia de la lepra por debajo de 1 caso por cada 10.000 habitantes, prevenir la discapacidad e impedir la transmisión de la enfermedad.
La lepra es una enfermedad infecciosa crónica que afecta fundamentalmente a la piel y al sistema nervioso. Causada por el bacilo Mycobacterium leprae, es conocida también como enfermedad o mal de Hansen, en honor al doctor noruego Armauer Hansen (1841-1912), quien descubrió en 1876 el bacilo que la origina.
Se trata de una enfermedad que avanza muy lentamente, lo que dificulta determinar el momento y lugar donde se contrajo. Las primeras lesiones no se manifiestan hasta transcurridos entre tres y hasta diez años desde el momento del contagio.
Los síntomas iniciales son manchas o nódulos claros u oscuros en la piel, que provocan lesiones cutáneas, pérdida de sensibilidad en la zona afectada, debilidad muscular y hormigueo en manos y pies. También puede afectar la mucosa del tracto respiratorio superior y los ojos.
Cuando los casos no se tratan al inicio de los signos y síntomas, la enfermedad puede provocar secuelas progresivas y permanentes, que incluyen deformidades y mutilaciones, movilidad reducida de las extremidades e incluso ceguera.
En diferentes personas, la lepra se manifiesta de diferentes maneras, probablemente esto se deba a las diferencias en la fuerza de la respuesta inmunitaria del cuerpo a la infección.
La mayoría de las personas tienen una respuesta inmunitaria eficaz a la enfermedad que evita por completo que se desarrolle.
Otras personas pueden tener una respuesta moderada que limitando los efectos a solo unas pocas lesiones en la piel.
Esto estos casos, el número de bacilos de la lepra es bastante pequeño (menos de un millón). Los bacilos no aparecen en una prueba de frotis de piel, es negativa. Este tipo de lepra se llama paucibacilar, que significa “pocos bacilos”.
Si hay una respuesta inmune débil, los bacilos de la lepra pueden multiplicarse y propagarse a casi todas las partes de la piel y los nervios periféricos. El frotis de piel será positivo y la enfermedad se clasifica como multibacilar, lo que significa “muchos bacilos”.
El tratamiento de ambos tipos es mediante terapia multidrogas (MDT) en una combinación de Dapsona y Rifampicina para la lepra paucibacilar durante seis meses. Se agrega Clofazimina para la lepra multibacilar y el tratamiento dura 12 meses. Las dosis se ajustan adecuadamente para niños menores de 10 años.
La Estrategia mundial contra la lepra 2021–2030 “Hacia la lepra cero” se desarrolló a través de un amplio proceso de consulta con todas las principales partes interesadas durante 2019 y 2020, y pretende contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La interrupción de la transmisión y la eliminación de la enfermedad están en el centro de la Estrategia.
Se libran dos batallas épicas contra la lepra, como ha sido el caso durante muchos miles de años.
La batalla contra los efectos del patógeno y la batalla contra el prejuicio que existe desde hace mucho tiempo en torno a la enfermedad.