Sin lugar a dudas la práctica deportiva posee efectos beneficiosos para la salud, sin embargo en algunas ocasiones durante el desarrollo de la misma pueden producirse consecuencias indeseables en las personas que la practican.
En este sentido se hace alusión a la posibilidad de generar una muerte súbita durante la práctica deportiva.
La misma es excepcional, su incidencia es baja, varía según sexo, edad e intensidad del ejercicio.
Por definición es la muerte natural, no traumática, abrupta, inesperada en tiempo y forma de presentación en una persona con o sin antecedentes de cardiopatía de base conocida que se produce durante el ejercicio o durante la primera hora del inicio de los síntomas.
La muerte súbita siempre es precedida por una brusca pérdida del conocimiento con interrupción de la actividad mecánica del corazón, ausencia de signos circulatorios como consecuencia de una arritmia ventricular (fibrilación ventricular).
En relación a sus causas existe una estratificación por edad, las mismas pueden ser cardíacas o no cardíacas.
En menores de 35 años la causa más frecuente es la miocardiopatía hipertrofica. Asimismo se destacan las anomalías del nacimiento de las arterias coronarias, miocarditiis, enfermedades valvulares congénitas, aorta bicúspide, enfermedad de Marfan, puente coronario, displasia arritmogénica de ventrículo derecho, entre otras.
En mayores de 35 años la causa más frecuente es la cardiopatía isquémica.
Entre las causas no cardíacas se encuentran el golpe de calor, commotio cordis, asma bronquial, consumo de drogas simpáticomiméticas, efedrina, seudoefedrina, anfetaminas, entre otras.
En Medicina del Deporte se incluyen como muerte súbita a las producidas por injurias térmicas (golpes de calor), asma bronquial, commotio cordis, efectos cardiovasculares adversos por usos de drogas prohibidas (anabólicos, esteroides, hormonas del crecimiento, eritropoyetina, anfetaminas, cocaína, entre otras).
Situaciones clínicas a tener en cuenta:
Sin lugar a dudas la prevención está ligada a la evaluación a fin de mitigar riesgos potenciales.
Es por este motivo que se resalta la importancia del examen pre participativo para poder en forma preventiva detectar atletas en riesgo de situaciones clínicas fatales (muerte súbita) o no fatales que pueden agravarse con la práctica deportiva.
La realización de este examen preventivo, específico (en relación a exámenes médicos dependiendo del sexo, edad y prevalencia de determinadas patologías) y deben ser periódicos, repetirse todos los años.
Algunas situaciones clínicas a tener en cuenta como referencia para el profesional que debe evaluar a una persona que desee realizar actividad física en el marco del certificado de aptitud física.
Estos indicadores podrían ser potenciales señales de alarma a considerar, a continuación el detalle:
1. Historia de muerte súbita en familiares a edad joven. Este factor podría ser un indicador de una enfermedad cardíaca hereditaria con riesgo de muerte súbita. Por ejemplo: enfermedad de Marfan, miocardiopatía hipertrófica, displasia arritmogénica de ventrículo derecho, síndrome de Brugada, síndrome de Q.T prolongado.
2. Historia personal de enfermedades crónicas no transmisibles con riesgo cardiometabólico (sobrepeso, sedentarismo, hipertensión arterial, diabetes, dislipemias, etc).
3. Síncope de esfuerzo. Durante el ejercicio el síncope puede anteceder a la muerte súbita ante patologías cardíacas como mioardiopatías hipertróficas, anomalías coronarias, displasia arritmogénica del ventrículo derecho, siempre vinculado a arritmias ventriculares graves.
4. Presencia de un soplo cardíaco. Se debe establecer si son patológicos. Los soplos son frecuentes en deportistas sanos con las siguientes características: sistólicos, de intensidad baja, localizados en mesocardio, no se propagan, sin frémito, y varían con los cambios de posición y el decubito.
5. Arritmias ventriculares, pueden ser indicadores de miocardiopatías. Extrasístoles ventriculares fre-cuentes, igual o más de dos extrasístoles ventriculares en diez segundos de trazado, bigeminismo, trigeminismo, taquicardia ventricular sostenida y no sostenida, taquicardia ventricular sensible a catecolaminas.
6. Taquicardia supraventriculares, aleteo auricular, etc.
7. Fibrilación auricular paroxística. No hay dudas de los beneficios del ejercicio sobre la salud, pero es evidente que en alta frecuencia, prolongados e intensos pueden ir de la mano de una mayor prevalencia de fibrilación auricular en atletas de mediana edad. El entrenamiento de resistencia se podría asociar a cambios funcionales y estructurales auriculares (remodelación auricular) que podrían aumentar el riesgo de fibrilación auricular
8. Presencia de canalopatías. El electrocardiograma demostró gran sensibilidad en su diagnóstico siendo la causa más frecuente el Q.T largo. También se registran como causas el Q.T corto, la taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica, síndrome de Brugada, otras.
9. Electrocardiogramas con cambios en la repolarización. El corazón del deportista presenta cambios adaptativos en su estructura, aumento del grosor de las paredes ventriculares, aumento del tono vagal, con patrones característicos del electrocardiograma. La repolarización precoz es un hallazgo benigno que en algunas ocasiones puede estar relacionada a arritmias ventriculares de producción desconocida.
La presencia de ondas T negativas en las derivaciones precordiales anteriores en deportistas se considera un hallazgo generalmente anormal salvo en deportistas de la etnia afrocaribeña.
Al detectar dichos cambios se recomienda realizar diferentes estudios para establecer un diagnóstico diferencial entre adaptación al deporte o la presencia de miocardiopa-tías subyacentes.
Entre los estudios se destacan: el ecocardiograma, ergometría, holter, y estudios genéticos (en caso de corresponder).
10. Hipertensión arterial basal, reactiva al esfuerzo, comportamiento plano, falta de incremento, o descenso de la tensión arterial durante el desarrollo del esfuerzo.
CONCLUSIONES:
A partir de lo anteriormente descripto se resalta la importancia de cumplir con las recomendaciones establecidas, el respeto de las normativas vigentes y consensos de sociedades científicas en la materia a fin de prevenir y cuidar la salud de toda persona que desee practicar actividad física.
Si bien la muerte súbita es inesperada existen ciertos indicadores de alarma que podrían ser identificados durante una etapa pre participativa que ayudan a una correcta detección de patologías con riesgo .
Un especial agradecimiento al Dr. Hector Kunik, médico cardiólogo y especialista en Medicina del Deporte, Fellow of the American Colleague of Sports Medicine, por su contribución a la temática desarrollada en estas líneas.