Hace dos años, en Febrero del año 2021, la Declaración de OPS/OMS durante la Conferencia de Alto Nivel sobre Sistemas de Información para la Salud expresaba:
Considerando que la transformación digital es una realidad irreversible, y convencidos de que los beneficios de las tecnologías de la información deben dejar de ser dominio de pocos para pasar a ser derecho de todos, la Organización Panamericana de la Salud insta a los Estados Miembros y a todas las instituciones y trabajadores del sector de la salud a trabajar en las siguientes líneas de acción estratégicas:
- Trabajar juntos para que la transformación digital nos impulse al logro de la Agenda 2030.
- Coordinar acciones relacionadas con decisiones técnicas y jurídicas que no dejen a nadie atrás.
- Motivar la cooperación supranacional para que fluya el conocimiento necesario, en el momento justo y el formato adecuado.
- Incorporar la alfabetización digital como una política pública desde las primeras etapas de la educación.
- Fortalecer las bases fundacionales y los mecanismos de gobernanza para que las inversiones y acciones sean costo efectivas, informadas y sostenibles.
- Garantizar que todas las acciones relacionadas con la transformación digital tengan en cuenta los principios y fundamentos éticos de la inclusión y los derechos humanos.
En forma conjunta declararon los 8 principios rectores de la transformación digital del sector de la salud, incluyendo:
Conectividad universal : Asegurar la conectividad universal en el sector de la salud para 2030.
Las iniciativas para posicionar al sector de la salud en la era de la interdependencia digital deben vehicularse en políticas sólidas y sostenibles, que logren la comprensión y consideración total de sus características y el abordaje de las necesidades y desafíos, tanto de las personas y comunidades como de los prestadores de servicios. También se deben tener en cuenta los beneficios de considerar la conectividad y el ancho de banda como nuevo determinante social de la salud.
Bienes públicos digitales: Cocrear bienes de salud pública digitales para un mundo más equitativo .
Los bienes públicos digitales, para fortalecer la salud y el bienestar de la población mundial, deben incluir software de código abierto, normas, algoritmos, datos, aplicaciones y contenidos diseñados con la arquitectura y el licenciamiento adecuado.
Estos atributos deben permitir escalarlos en poblaciones y contextos diversos, además de aplicar las adaptaciones locales que proceda.
Siempre primarán la responsabilidad y la sostenibilidad, pensando en un diseño centrado en el usuario, especialmente en poblaciones vulnerables con necesidades especiales en materia de tecnología y alfabetización digital.
Salud digital inclusiva: Acelerar los esfuerzos hacia una salud digital inclusiva con énfasis en los más vulnerables.
No dejar a nadie atrás en la era digital requiere no solo llegar a las poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad social, económica, geográfica o cultural, sino también a aquellas personas y grupos poblacionales que no están digitalmente alfabetizados.
Las TIC tienen el potencial de reducir las desigualdades en salud, al permitir que las personas accedan a información y herramientas digitales de prevención y cuidado en el momento justo y el formato adecuado.
La inclusión digital implica acceso apropiado, habilidades digitales y aspectos de usabilidad y navegabilidad en el desarrollo de soluciones tecnológicas. Todo esto debe alentar la inclusión, pero sin dejar de respetar la autonomía de las personas y poblaciones que decidan o no utilizar los servicios digitales.
Interoperabilidad : Implementar sistemas de información y salud digital interoperables, abiertos y sostenibles.
Los sistemas de información para la salud —acceso oportuno y abierto a datos correctamente desagregados e integración de los sistemas nacionales y locales, salud digital y TIC— facilitan la identificación eficaz, la notificación y el análisis de casos y contactos, la búsqueda y detección tempranas de los mismos, la definición y el seguimiento de la población de riesgo, de manera segura, interoperable y lo más personalizada posible.
Derechos humanos: Transversalizar los derechos humanos en todas las áreas de la transformación digital en salud.
Asegurar la protección de los derechos humanos dentro de la salud digital requiere una revisión profunda de los instrumentos jurídicos relacionados con el sector de la salud. La dignidad humana, en su dimensión individual y social, debe ser uno de los valores fundamentales de este proceso de transformación digital, como también lo es el medio ambiente donde se desarrolla la vida.
Para ser justo y equitativo, el marco normativo debe estar desprovisto de todo sesgo geográfico, educativo, cultural, político, religioso o de género.
Inteligencia artificial: Participar en la cooperación mundial sobre inteligencia artificial y cualquier tecnología emergente.
La cooperación mundial en inteligencia artificial implica comprender la dimensión individual y social en una realidad globalizada e interconectada que pertenece a la condición humana.
Dicha cooperación, así como el trabajo en redes multisectoriales e interdisciplinarias, es vital a la hora de diseñar y adoptar soluciones de inteligencia artificial que promuevan los enfoques de equidad, género y diversidad cultural con algoritmos seguros, confiables y abiertos.
Seguridad de la información: Establecer mecanismos de confianza y seguridad de la información en el entorno digital de la salud pública.
Adoptar instrumentos normativos sobre el tratamiento y la protección de datos sensibles de salud, así como pautas y normas internacionales de seguridad para los sistemas de información centrados en el paciente.
Estos sistemas deben implementarse respetando los derechos relativos a la salud, a fin de generar una “cultura de manejo de datos seguros y confiables”, entendida como el equilibrio entre la necesidad de acceder a los datos y la privacidad.
Arquitectura de salud pública: Diseñar la arquitectura de la salud pública en la era de la interdependencia digital.
La arquitectura de salud pública, en la era de la interdependencia digital, debe enmarcarse en la agenda digital del gobierno. Debe ser transversal, para articular las distintas vertientes de gobernanza y optimizar la planificación estratégica y la gestión de los recursos.
Debe basarse en el aprovechamiento de normas y procedimientos a favor de múltiples áreas, no solo de la esfera de la salud; especialmente en la conectividad y el ancho de banda, que influyen indistintamente en salud, en educación y en todos los sectores.
Transcurridos dos años de aquella Conferencia de Alto Nivel, consideramos que los avances no han sido los esperados, al verificar una gran desigualdad entre los países más o menos ricos y desarrollados, nos parece importante insistir con todo lo expresado en aquella Conferencia.
Para ampliar estos conceptos sugerimos referirse a este documento en la página de la Organización Panamericana de la Salud-