Las agencias de la Unión Europea se unen para abordar la resistencia a los fungicidas azólicos en los hongos Aspergillus.
El uso extensivo de fungicidas azólicos (azoles), en particular en algunas prácticas agrícolas y hortícolas, puede aumentar el riesgo de que los hongos Aspergillus desarrollen resistencia a los tratamientos antimicóticos esenciales.
Este hallazgo significativo se destaca en un informe elaborado por las cinco agencias de salud y medio ambiente de la Unión Europea (UE), con el apoyo del Centro Común de Investigación (CCI) de la Comisión Europea.
Las agencias colaboraron bajo un enfoque de ‘Una sola salud’ —‘One Health’— para abordar esta creciente amenaza.
Por primera vez, las cinco agencias de salud y medio ambiente de la UE (EFSA, ECDC, ECHA, AEMA y EMA), apoyadas por el JRC, revisaron cómo el uso de sustancias azólicas fuera de la medicina humana afecta a la salud pública.
Los medicamentos azólicos son esenciales para tratar la aspergilosis, una infección grave causada por hongos Aspergillus.
Sin embargo, estos hongos se están volviendo cada vez más resistentes a las terapias azólicas, lo que hace que el tratamiento sea menos efectivo.
Las sustancias azólicas se utilizan ampliamente en productos fitosanitarios (pesticidas) para controlar enfermedades fúngicas en la agricultura y la horticultura, como medicamentos veterinarios para tratar infecciones fúngicas en animales, como biocidas en conservantes de madera, como productos químicos industriales (por ejemplo, intermedios y colorantes) y en cosméticos (por ejemplo, como agentes anticaspa).
El informe conjunto destaca que su uso amplio fuera de la medicina humana, particularmente en la agricultura, contribuye al riesgo de que Aspergillus se vuelva resistente a los azoles.
La exposición en entornos donde se utilizan fungicidas azólicos, como sitios agrícolas y carpintería, puede aumentar potencialmente el riesgo de infección con Aspergillus spp. resistentes a los azoles.
Los datos recopilados de los países de la UE/EEE (2010-2021) e incluidos en el informe detallan el uso de fungicidas azólicos en toda Europa.
Los productos fitosanitarios representan la mayor parte de las ventas notificadas en todos los sectores.
Aspergilosis- Consideraciones
La aspergilosis se refiere a una variedad de afecciones causadas por Aspergillus spp, un moho saprofítico ubicuo que se encuentra comúnmente en el suelo, agua, plantas y materiales de construcción.
Su transmisión es por la inhalación de esporas de hongos, y principalmente afecta a individuos inmunocomprometidos o aquellos inmunocompetentes con enfermedades pulmonares crónicas subyacentes.
El Aspergillus fumigatus produce la mayoría de las infecciones en humanos, seguido de Aspergillus flavus, Aspergillus terreus, Aspergillus niger y Aspergillus nidulans.
La respuesta del huésped después del contacto con este microorganismo, determinará si el huésped eliminará el microorganismo sin desarrollar enfermedad, si será colonizado, infectado o desarrollará una enfermedad por hipersensibilidad.
Las formas invasivas de las infecciones fúngicas afectan con frecuencia a pacientes gravemente enfermos y a personas con importantes afecciones subyacentes del sistema inmunitario.
Entre los grupos de población con mayor riesgo de infecciones fúngicas invasivas se incluyen las personas con cáncer, VIH/sida, trasplantes de órganos, enfermedades respiratorias crónicas y tuberculosis posprimaria.
“UNA SALUD”: principales recomendaciones
“Para combatir la resistencia a los azoles en Aspergillus, se necesita una colaboración intersectorial”, han señalado las agencias de la UE.
En este sentido, destacan que, bajo el enfoque Una Salud, se ha reunido a expertos de la UE de medicina humana y veterinaria, agricultura y ciencias medioambientales para revisar las pruebas existentes, identificar los factores que promueven la resistencia a los azoles y proponer medidas para prevenirla y controlarla.
Así, los expertos de las agencias han recomendado una serie de acciones, como añadir nuevos requisitos específicos a los procesos de aprobación y autorización de fungicidas azólicos, y apoyar la investigación y el desarrollo de nuevos fungicidas con mecanismos de acción innovadores que no produzcan resistencia a los medicamentos antimicóticos utilizados en tratamientos humanos.
También, abogan por:
- seguir buenas prácticas agrícolas y hortícolas,
- almacenar adecuadamente los residuos orgánicos,
- gestionar los residuos de forma eficaz,
- utilizar y desechar los productos tratados con azol de forma responsable, e
- implementar una gestión eficaz de residuos de madera tratada con biocidas a base de azoles.
Por otro lado, aconsejan recopilar más datos sobre los usos de fungicidas a base de azol y de antifúngicos a base de azol; seguir desarrollando orientaciones técnicas específicas y evaluaciones de riesgos y metodologías para respaldar las decisiones regulatorias sobre la aprobación de sustancias azólicas y mitigar el riesgo de resistencia a los azólicos en Aspergillus; así como realizar más investigaciones para abordar las incertidumbres existentes.
En definitiva, el informe refuerza el valor de un enfoque de Una Salud para abordar amenazas sanitarias complejas como la resistencia a los antimicóticos.
“Si continuamos colaborando entre disciplinas, podremos reforzar la vigilancia, avanzar en la investigación e implementar medidas eficaces para proteger la salud pública, la salud animal y el medio ambiente”, concluyen las agencias de la UE.