Cuando estas moléculas presentan utilidad en el contexto del cáncer reciben el nombre de biomarcadores tumorales y pueden ser empleados para la toma de decisiones clínicas.
En este sentido, hay tres tipos claves de biomarcadores con aplicación clínica que son los biomarcadores de diagnóstico, de pronóstico y predictivos.
Los biomarcadores de diagnóstico facilitan principalmente la identificación o clasificación de un tipo o subtipo concreto de cáncer. Los de pronóstico ayudan a determinar el riesgo de recaída o progresión de la enfermedad después del tratamiento, permitiendo que los pacientes de alto riesgo puedan ser seleccionados para una terapia adyuvante y de esta manera prevenir la recurrencia de la enfermedad.
Los biomarcadores predictivos permiten clasificar a los pacientes en función de la probabilidad de respuesta a ciertas terapias, permitiendo así seleccionar la terapia más adecuada para cada paciente.
Los biomarcadores tumorales empleados en la clínica deben de presentar varias de las siguientes características:
- Originarse por parte del tejido maligno o premaligno de manera específica y temprana en la progresión de la enfermedad.
- Producirse a niveles detectables en los pacientes con un tumor concreto.
- Producirse en un órgano o tejido de manera específica.
- Presentar en fluidos biológicos obtenidos de manera no invasiva o en tejidos de fácil acceso.
- Correlacionarse cuantitativamente con el volumen del tumor, con su comportamiento biológico o con la progresión de la enfermedad.
- presentar una vida media relativamente corta, reflejando así cambios temporales en la carga tumoral y en la respuesta a la terapia.
- Disponer de una metodología estandarizada, reproducible, objetiva, cuantitativa y validada para su análisis.
Al igual que los biomarcadores genéticos, un biomarcador epigenético es un marcador cuantificable en una muestra de tejido, que nos proporciona información sobre un aspecto de la biología de un individuo, como puede ser de una enfermedad.
En el caso de los biomarcadores epigenéticos, se trata de marcas epigenéticas como la metilación o la acetilación, entre otras.
En la actualidad, los biomarcadores epigenéticos se han convertido en uno de los mejores aliados para los profesionales sanitarios que trabajan en el área de Oncología.
Sus principales ventajas como marcadores son las siguientes:
- Algunos biomarcadores epigenéticos pueden ser analizados en diferentes fluidos corporales a partir de técnicas no invasivas(saliva, orina, heces). Esto hace que su obtención sea mucho más sencilla y cómoda, tanto para el paciente como para el profesional que realiza la extracción.
Otros biomarcadores epigenéticos deben ser extraídos mediante técnicas semi-invasivas (sangre) o invasivas (biopsias tradicionales).
- Tras su extracción, los biomarcadores epigenéticos han demostrado ser biomarcadores establecen diferentes condiciones de preparación de la muestra.
- Los biomarcadores epigenéticos pueden revelar información relevantesobre una enfermedad, facilitando su diagnóstico y monitorización.
Biomarcadores epigenéticos en Oncología:
Existen diferentes biomarcadores epigenéticos para el diagnóstico y monitorización de diferentes tipos de cáncer.
Muchos de estos biomarcadores son alteraciones de la metilación presentes en las células cancerosas y que no existen en las células sanas.
Un ejemplo de alteración de la metilación como biomarcador se observa en el gen SEPT9, cuya metilación se analiza para el diagnóstico del cáncer colorrectal (test Epi proColon).
En estos casos, se extrae una muestra de sangre, para obtener ADN circulante que permite determinar el grado de metilación del gen SEPT9. Gracias a esta sencilla prueba, es posible identificar de forma rápida qué pacientes pueden presentar cáncer colorrectal.
El test Cologuard, también, se utiliza a para la detección de cáncer de colon. Este test se basa en la metilación de dos genes, N-Myc y NDRG4, facilitando el diagnóstico del cáncer de colon.
En casos de cáncer de prostata se aplica el análisis de metilación en GSTP1. Este procedimiento, puede realizarse en muestras de suero y de orina, y facilita el diagnóstico del mismo con buena especificidad y sensibilidad.
Otro ejemplo, de la utilización de biomarcadores epigenéticos es el test EPICUP , desarrollado por el laboratorio del médico español Dr. Manuel Esteller, Director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras.
Este test analiza el perfil de metilación de ADN en una muestra, determinando el tipo de tumor primario al que pertenece, e identificando los tumores de origen desconocido o cancer of unknown primary (CUP).
Esta prueba epigenética, permite guiar mejor la terapia en función del origen del tumor, mejorando la evolución de los pacientes, representando un claro ejemplo de cómo la epigenética puede ser incorporada a la clínica.
Además de la metilación del ADN, existen más biomarcadores epigenéticos que se utilizan en Oncología, como son los ARN no codificantes, moléculas de ARN implicadas en una amplia variedad de procesos biológicos.
Otro biomarcador con potencial en el diagnóstico y la monitorización del cáncer es la modificación de las histonas, como es el caso, de la dimetilación de la lisina 9 en la histona H3 que se produce en casos de cáncer colorrectal.