La Dra Viola, es Licenciada en Ciencias Biológicas, egresada de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires e Investigadora Principal del CONICET en las Ciencias Médicas.
Se desempeña como Asesora Científica-Tecnológica en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires ( ITBA), e Investigadora Principal del CONICET.
Tiene 54 años y desde hace 30 se dedica a la ciencia, fue convocada para formar parte de la investigación iniciada por Fabricio Ballarini, un neurocientífico del CONICET al que ella misma formó años atrás en el Laboratorio de Memoria del IBCN.
Viola fue destacada en la categoría “Premio” por su participación en una investigación sobre el impacto del brote por COVID-19 en el estado emocional de universitarios argentinos.
Este año, en el marco de la pandemia y las políticas de restricciones que se llevaron a cabo para evitar la propagación del virus, la Universidad impulsó un proyecto de investigación que buscó sondear el estado mental de los estudiantes universitarios residentes en el área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
“Durante la pandemia, un grupo de estudiantes de grado, becarios, becarias, investigadores e investigadoras pertenecientes al CONICET, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) comenzamos a trabajar en este proyecto, que involucra recopilar un gran número de información y darle forma, tomar decisiones como qué preguntas hacer, analizar los datos y discutir los resultados.
La pandemia tiñó de gris nuestros cerebros. Tuvimos que aprender a lavarnos las manos de nuevo, a tomar distancia social, a usar barbijo, fuimos obligados a cambiar por completo la forma de nuestras actividades.
Eso tuvo un gran impacto sobre nuestra salud mental, en nuestro estado de ánimo y en nuestras emociones, que son las que modulan todo: nuestros recuerdos, nuestros comportamientos.
Durante la pandemia, un grupo de estudiantes de grado, becarios, becarias, investigadores e investigadoras pertenecientes al CONICET, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) comenzamos a trabajar en este proyecto, que involucra recopilar un gran número de información y darle forma, tomar decisiones como qué preguntas hacer, analizar los datos y discutir los resultados”, explica la científica.
La investigación concluyó que la ansiedad y la depresión están directamente asociadas con los niveles de actividad física y de aislamiento social.
“Este premio reafirma mi vocación por descubrir, comprender y aportar al conocimiento. El desarrollo del plan de trabajo subsidiado por este premio, permitirá brindar información sobre el impacto de la pandemia en los estados emocionales y las capacidades cognitivas de la sociedad argentina”, señaló la ganadora del premio.
Viola es autora de 60 publicaciones científicas y fue premiada en ocasiones anteriores:
En 1992, Diploma de Honor en la Lic en Ciencias Biológicas UBA;
En 1996, Premio IFS / King Baudouin, otorgado por el proyecto de investigación y el informe científico realizado,
En 1998, Premio de la Sociedad Argentina de Farmacología Experimental (SAFE),
En 2002, CAEN AWARD de la Sociedad Internacional de Neuroquímica (ISN),
En 2003, la Distinción al Investigador Joven, Facultad de Medicina, UBA, 2005, Premio AECUBA, Buenos Aires, Argentina.
El Premio Nacional L’Oréal-UNESCO es un reconocimiento que se otorga cada año desde el 2006, en colaboración con el CONICET, a las investigadoras en las ciencias de la vida, en las disciplinas Biología, Medicina, Bioquímica, Veterinaria, entre otras.
El proyecto premiado se titula: “El impacto de la COVID-19 en la Argentina sobre la ansiedad, depresión, creatividad y memoria”.
Una vez que comenzaron con el proyecto sobre la pandemia, lo primero que definieron fue el tipo de relevamiento que harían: diseñaron una encuesta virtual, con preguntas acerca de la edad, el género, la ubicación, la cercanía con la enfermedad, el tipo y la modalidad de trabajo, la frecuencia en la actividad física, el estado de vacunación, el tipo de aislamiento social mantenido, entre otras cuestiones. También incluyeron testeos de creatividad y de aprendizaje y memoria.
“Teníamos muchísimos factores que se podían comparar y categorizar en la población. A partir de ahí definimos qué queríamos ver, comparar, estudiar, y algo crucial: en qué momento hacer el relevamiento.
Lo iniciamos durante las olas en el número de contagios: fin de octubre de 2020 y mayo de 2021″, explicó Viola, y agrega: “Y ahora también queremos saber qué pasa cuando estamos en los valles, qué pasa cuando la cantidad de población vacunada es mayor, o comparar por regiones”.
El primer trabajo, realizado en octubre del 2020, lo focalizaron en una población de cientos de estudiantes universitarios que contestaron la encuesta.
En mayo de 2021, relevaron a la población mayor de 18 años: la misma encuesta se mantuvo abierta a la población en general durante dos días y circuló a través de redes sociales.En ese caso, participaron miles de personas.
En esas dos experiencias obtuvieron más de 8 mil datos, que ahora están siendo procesados por el equipo.
“Ahora esperamos identificar los estados mentales y las funciones cognitivas más afectadas y determinar las variables o sectores que representen mayor vulnerabilidad”.
En los primeros resultados procesados, el equipo identificó, por ejemplo, que las personas que realizaron actividad física al menos tres veces por semana se autopercibieron con menores niveles de ansiedad generalizada o depresión.
“ El hecho de haber estado menor tiempo en aislamiento social, es decir, haberte juntado con personas por fuera de tu núcleo familiar, fue un factor que correlacionó con que las personas se autopercibieran con menores niveles de desorden de ansiedad generalizada y depresión”, adelanta Viola.
“ Lo que nos llamó la atención, en la última encuesta que hicimos en mayo, es que a pesar de que los niveles autopercibidos de ansiedad habían aumentado, la depresión había disminuido en comparación con los niveles registrados en octubre de 2020.
Esa baja en los niveles de depresión estuvo asociada a diferentes cosas: una de ellas era estar vacunado. Así que, evidentemente, la campaña de vacunación ayudó a que la gente se autopercibiera como menos deprimida”, remarcó la científica premiada.
“ Particularmente las mujeres son los grupos de riesgo más vulnerables y en dicho trabajo se discute que ello puede deberse a que en la mujer recae mucho más el cuidado familiar, el seguimiento de los hijos en las tareas de la escuela, la desigualdad en los salarios, entre otras cosas. Siempre hay una situación de desventaja en las mujeres respecto de los varones”.
Ahora, con la información que proveerá el estudio, se podrán identificar los factores de riesgo y diseñar estrategias para mermar los efectos de la pandemia en la salud mental de la población argentina.
“Está claro que el encierro y el miedo a contagiarse no ayuda a la salud mental de las personas¨.
Si sabemos que es bueno hacer actividad física, podemos promoverlo, al menos virtualmente o promover encuentros en lugares públicos. Es importante identificar qué hace bien, mal, los factores de riesgo y las cosas que pueden beneficiar a la población local.
A partir de este estudio, se puede asociar los niveles de ansiedad generalizada, o los niveles de depresión, a determinadas variables, como el aislamiento social, la frecuencia en la actividad física semanal, el grado de vacunación, el género, la edad, la ocupación, y de este modo diseñar políticas públicas para proteger la salud mental”.
Del proyecto también participan: Fabricio Ballarini, Alejo Barbuzza, Pedro Benedetti, Celina Goyeneche ; Victoria Reppucci Franco Moscato , Daniela Ramírez Butavand, Cynthia Katche, Jorge Horacio Medina y Diego Moncada.
Este grupo está conformado por estudiantes de la carrera de Bioingeniería, posgrado e investigadores pertenecientes al ITBA, CONICET y UBA.
“Si bien yo fui muy afortunada y nunca me sentí en inferioridad de condiciones por ser mujer en el ámbito científico, reconozco que las mujeres no siempre tenemos las mismas oportunidades que los hombres en la ciencia y en la sociedad en general. Por eso, premios así son muy importantes, para luchar contra la desigualdad que padecemos desde siempre” manifestó la galardonada.