Difusión del conocimiento de las ciencias médicas

15/06/2023

Deportes con prótesis en miembros inferiores

Por Lic. Pacho Damiana

. Lectura de 4 minutos

Cuando un paciente amputado inicia la rehabilitación, la evaluación nos define el objetivo final de tratamiento.

En este proceso existen factores determinantes, como la edad del paciente, el estado general, antecedentes, enfermedades concomitantes, el nivel y la causa de la amputación, tipo de prótesis y adherencia al tratamiento.

El comienzo de los ejercicios y el vendaje elástico posoperatorio deberían ser inmediatos. Comúnmente, se deriva al paciente para que comience su rehabilitación demasiado tarde,  complicando los tiempos de recuperación y muchas veces origina complicaciones secundarias como retracciones musculares, limitaciones del ROM articular, entre otras.

Rango de Movimiento – Range of Movement ( ROM) es el ángulo máximo entre dos segmentos del cuerpo con un plano de referencia realizado por articulaciones, es decir , es el  número de grados a través del cual una articulación es capaz de moverse, para esta determinación se utiliza la goniometría.

Es responsabilidad del equipo médico el objetivo del tratamiento que se propone para ese paciente, primando la posibilidad de que el amputado se pueda insertar social  y laboralmente en la sociedad. El paciente debe estar de acuerdo.

Si el paciente está hemodinámicamente estable debe comenzar a las 24 hs. del posoperatorio con :

  • Ejercicios isométricos de los músculos proximales a la articulación más distal remanente.
  • Movilización de las articulaciones libres.
  • Ejercicios respiratorios.
  • Ejercicios de tronco y de MMSS.

 

Al  día 7, debe continuar con:

  • Vendaje elástico suave al principio.
  • Monopedestación.
  • Deambulación progresiva (paralelas, andador, muletas y bastones antebraquiales).

El plan de ejercicios debe ser adecuado y específico para cada paciente, teniendo como objetivo el fortalecimiento de los grupos musculares débiles y responsables de movilizar la prótesis durante la marcha.

Al día 21: se confecciona la prótesis provisoria de marcha.
A los 4 meses  aproximadamente se proporciona al paciente la prótesis definitiva y se da comienzo a la etapa protésica del tratamiento.

Durante el tiempo que se tarde en confeccionar la prótesis, el paciente continúa su rehabilitación con un plan de ejercicios más exigentes indicados por un kinesiólogo especialista.

Una vez que tenga la prótesis se comienza el entrenamiento de la marcha, etapa protésica.

En esta etapa, es de gran importancia que el kinesiólogo asista y controle al paciente en forma individual por varias sesiones, porque es donde comienzan los vicios de marcha que hay que corregir apenas se observan.

De lo contrario, pasado cierto tiempo, el paciente queda con un patrón de marcha vicioso y con posibilidad de lesionarse por la sobre exigencia de grupos musculares, además  de una cadencia de marcha muchas veces no estética.

Idealmente, una vez lograda una marcha adecuada, se continúa el entrenamiento de los pacientes jóvenes que quieren correr o comenzar una actividad deportiva.

Más allá de los beneficios que produce una práctica deportiva en el cuerpo, no debemos perder de vista que el amputado es un paciente que sufre un sentimiento de rechazo e inaceptación en el primer período por su imagen corporal. Por ende la pertenencia a un equipo o grupo alivia enormemente con esta situación.

Cuando se considera que un paciente tiene las posibilidades de realizar alta actividad se inicia la misma en la rehabilitación y luego continúa su perfeccionamiento en lugares específicos, como clubes.

La tecnología de las prótesis actuales se han desarrollado de tal manera que acompaña la habilidad y la posibilidad  de “correr”, como así también, realizar otras destrezas.

Conseguido el objetivo del tratamiento,  el paciente es citado a controles cada 3 meses al principio, luego a 6 meses y finalmente cada año.

Lógicamente los tiempos de tratamiento van a estar supeditados a las complicaciones que se vayan originando durante el entrenamiento (lesiones de piel, de partes blandas, dolor fantasma, etc.) y a la patología agregada que sufra el paciente.

Un paciente que sufre una amputación de causa traumática no tiene los mismos tiempos de recuperación que un paciente con patología vascular.

Antes de comenzar con la práctica deportiva o alta actividad debe haber entrenado el mejor patrón de marcha posible y actividades funcionales como: sentarse y pararse de una silla y del suelo, subir y bajar una escalera y una rampa, marcha en terreno irregular, AVD independientes.

Hace unos años era impensable incluir la alta actividad en un plan de rehabilitación básica, actualmente se considera necesaria, si bien muchos de nuestros pacientes no acceden a este tipo de rehabilitación por diferentes motivos.

No debemos establecer como un impedimento el no tener una prótesis deportiva, pues se puede entrenar al paciente con una prótesis muy básica y enseñarle el gesto de la carrera y luego mejorar los parámetros de su patrón de carrera si accede a una prótesis más indicada para realizar deportes.

Podemos afirmar que el equipo tratante debe indicar, enseñar e informar sobre la posibilidad que tiene un paciente amputado de MMII de volver a la práctica deportiva para aprovechar los beneficios que le brinda la alta actividad.
Dependiendo del país donde resida existirán facilitadores que permiten mayor posibilidades a que el paciente incursione en el deporte.

Fuentes:

Artículos destacados

error: Content is protected !!