La enfermedad de Chagas es una enfermedad infecciosa causada por un parásito protozoario (Trypanosoma cruzi).
Sin embargo, esta afección es el resultado de un problema de salud complejo típico de las enfermedades tropicales desatendidas y de las enfermedades socialmente determinadas.
Un diagnóstico erróneo o tardío con un tratamiento y seguimiento inexistentes o incompletos puede hacer que esta infección sea potencialmente letal.
Se estima que entre 6 y 7 millones de personas en todo el mundo están infectadas por T. cruzi, lo que provoca aproximadamente 12 000 muertes cada año.
A pesar de ser una afección de creciente presencia mundial, la enfermedad de Chagas se da principalmente en áreas endémicas de 21 países continentales de América Latina, donde la transmisión está relacionada en gran medida con la presencia del vector.
En este grupo de países se encuentran: Argentina, Belice, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guayana Francesa, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Suriname, Uruguay y Venezuela (República Bolivariana de ).
Actualmente se considera que hay unos 75 millones de personas en riesgo de infección.
La enfermedad de Chagas lleva el nombre de Carlos Chagas, un médico e investigador brasileño que el 14 de abril de 1909 diagnosticó la enfermedad en una persona por primera vez.
También se la denomina Enfermedad de Chagas-Mazza, en reconocimiento el médico argentino Salvador Mazza, quien retomó las investigaciones realizadas por el Dr. Carlos Chagas sobre la tripanosomiasis americana (enfermedad de Chagas), consiguiendo demostrar la presencia del parásito trypanosoma cruzi en los corazones de los pacientes enfermos, describió de forma más precisa los síntomas de la enfermedad y perfeccionó el tratamiento de la misma.
Distribución
Hubo un tiempo en que la enfermedad de Chagas se limitaba por completo a las zonas rurales continentales de las Américas.
Debido al aumento de la movilidad de la población, la mayoría de las personas infectadas viven ahora en entornos urbanos, y la infección se ha detectado en 44 países (entre ellos el Canadá, los Estados Unidos de América y muchos países europeos y algunos del Pacífico Occidental, África y el Mediterráneo Oriental).
Transmisión
En América Latina, el parásito T. cruzi se transmite principalmente por contacto con las heces o la orina infectadas de triatominos que se alimentan de sangre.
Los triatominos (Triatominae) son una subfamilia de insectos de la familia Reduviidae del orden Hemiptera.
Las aproximadamente 130 especies que conforman esta subfamilia son todas hematófagas, es decir, se alimentan de sangre de vertebrados.
La vinchuca o chinche picuda es un insecto hematófago.
Se encuentra distribuido desde el norte de América del Sur (Colombia, Venezuela, Ecuador, y Perú) pasando por todos los países de América Central hasta llegar a México.
Habita diversos ambientes incluyendo rocas apiladas, cuevas de murciélagos y agujeros en los árboles ocupados por mamíferos o aves
La vinchuca es generalmente introducida al domicilio humano accidentalmente.
También pueden colonizar casas activamente desde hábitats selváticos o domésticos, pues los insectos en cualquiera de sus estadios caminan y los adultos son capaces de volar.
Es común en zonas rurales, también se le puede encontrar en zonas urbanas.
Esta tendencia a invadir zonas urbanas es acentuada tanto por la pérdida de su hábitat natural como por la presencia de animales domésticos tales como perros y gallinas, y animales salvajes.
Por lo general, estos insectos viven en las grietas de paredes y tejados de casas y estructuras circundantes, como gallineros, corrales y almacenes, en zonas rurales y suburbanas.
Normalmente permanecen ocultos durante el día y entran en actividad por la noche para alimentarse de la sangre de animales y seres humanos.
En general, pican en zonas expuestas de la piel, como la cara, y defecan u orinan cerca de la picadura.
Los parásitos penetran en el organismo cuando la persona que ha sufrido la picadura se frota instintivamente, haciendo que las heces o la orina entren en contacto con la picadura, los ojos, la boca o alguna lesión cutánea abierta.
El T. cruzi, también puede infectar a los animales; las “zarigüeyas comunes” se consideran uno de los reservorios silvestres de la infección más importantes.
La zarigüeya común o “comadreja overa” (Didelphis albiventris) es un género de marsupiales didelfimorfos de la familia Didelphidae .
Didelphis significa «útero doble» del griego di: dividido, y delphys: matriz (útero).
Estos animales prefieren los ambientes húmedos de la jungla y el bosque templado.
Son animales de mediano tamaño, el cuerpo está cubierto por una capa de pelo largo áspero y desgreñado de color variable (negro, gris, rojizo o más raramente blanco) bajo la cual existe otra de pelo blanco más corto y denso. La cola, con capacidad prensil es larga, de mayor longitud que el cuerpo.
Son omnívoros, aprovechando prácticamente cualquier tipo de material comestible que encuentran en su constante deambular nocturno.
Son parte habitual de su dieta alimentos tan dispares como frutos, granos, insectos y otros artrópodos, pequeños vertebrados o carroña.
Son animales nocturnos con escaso comportamiento social.
Pasan las horas de luz solar refugiados en cavidades entre las rocas, en el interior de troncos huecos, al amparo de arbustos o material vegetal muerto e incluso en el interior de madrigueras, en muchas ocasiones excavadas por ellos mismos.
Son portadoras de Trypanosoma cruzi, agente causal de la enfermedad de Chagas, asociándose también a estos marsupiales la vinchuca Triatoma dimidiata que es el vector principal del protozoo.
El parásito T. cruzi también puede transmitirse:
- por consumo de alimentos contaminados por el parásito a través del contacto, por ejemplo, con heces u orina de triatominos o zarigüeyas comunes infectados; este tipo de transmisión suele causar brotes;
- durante el embarazo o el parto;
- a través de transfusiones de sangre o de productos sanguíneos;
- a través de trasplantes de algunos órganos (como el corazón o el riñón); y
- por accidentes de laboratorio.
Signos y síntomas
La enfermedad de Chagas tiene dos fases.
La fase aguda inicial dura unos dos meses tras la infección. Aunque un gran número de parásitos pueden circular en la sangre, en la mayoría de los casos no aparecen síntomas o estos son leves e inespecíficos (fiebre, dolor de cabeza, ganglios linfáticos agrandados, palidez, dolor muscular, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico).
Con mucha menor frecuencia, las personas picadas por un triatomino presentan los signos iniciales visibles característicos, que pueden ser una lesión cutánea o una hinchazón amoratada de un párpado (Signo de Romaña).
Durante la fase crónica, los parásitos permanecen ocultos principalmente en los músculos cardiaco y digestivo.
Entre uno y tres decenios después de la infección, hasta un tercio de los pacientes sufren trastornos cardiacos y uno de cada diez presenta alteraciones digestivas (típicamente, aumento del tamaño del esófago o del colon), neurológicas o mixtas.
Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias cardíacas o insuficiencia cardiaca progresiva como consecuencia de la destrucción del sistema nervioso y del músculo cardiaco.
Dado el espacio asignado continuamos esta presentación en forma independiente.