Los expertos alertan que ciertas zonas de Europa ya están bajo amenaza.
Sin un tratamiento específico para curarla, las dos vacunas disponibles presentan soluciones demasiado complejas para frenar los contagios.
La mayoría de los casos de dengue, hasta el 75 %, suceden de forma asintomática.
Pero, una vez desatados los primeros signos, fiebre muy alta, cefalea, náuseas, dolor abdominal y detrás de los ojos, mialgia y una molestia horrenda en las articulaciones, comienza el peligro del dengue, llegando a provocar fallo multiorgánico en el cuerpo.
En su peor versión, la infección de tipo hemorrágica, resulta altamente letal: sin atención médica, llega a causar la muerte en hasta el 50 % de quienes lo padecen.
De origen tropical, esta enfermedad se transmite por la picadura del mosquito tigre, afectando a 400 millones de personas anualmente según la OMS. Es la afección viral transmitida por insectos de propagación más rápida en todo el planeta.
Su agente infeccioso, un arbovirus que en la década de los 70 solo se localizaba en nueve países, ya es endémico en más de 120.
Establecido en África, América, Asia y zonas del Pacífico occidental, la incidencia del dengue ha crecido significativamente en todo el mundo en las últimas décadas, ampliando su expansión fuera de las áreas históricas de transmisión.
Este problema de salud pública también ha puesto en amenaza a Europa.
Hasta el 2018, se habían detectado solamente casos importados procedentes principalmente de América Latina y países de la región de Asia-Pacífico.
En el 2022, se registraron 71 casos de dengue adquiridos localmente en la zona continental de la Unión Europea”, detalla Francesca F. Norman, especialista en Medicina Tropical y Parasitología del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal. Francia y España notificaron 65 y 6 casos respectivamente.
El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), alertó sobre el preocupante el aumento del riesgo de las enfermedades transmitidas por mosquitos en la Unión Europea, dicha situación se debe a la propagación de especies de mosquitos Aedes, que pueden transmitir además del dengue, el Chikungunya y el Zika, con síntomas similares a la primera infección y que agrava sus riesgos y gravedad.
“Hay muchos casos que se están informando como otras enfermedades, como covid-19, provocando un infradiagnóstico”.
Para la experta existe además “un desconocimiento de las manifestaciones de esta infección en lugares donde no es común. No existe inmunidad previa al no haber estado nunca la población expuesta al virus, lo que añade un escalón al riesgo de salud pública global”.
El 70% de la carga mundial de la enfermedad se concentra en Asia.
En América Latina la infección se expande, desde el 2022, cuando se reportaron más de 2,8 millones de afectados en el continente, habiéndose registrado un aumento significativo de casos y muertes.
Este año, las alarmas sanitarias se dispararon por la situación epidemiológica en regiones como Perú, Honduras y Argentina, que registraron el mayor número de muertes por la infección. Hace solo unos meses Bolivia sufrió su peor brote en la última década y México, que actualmente reporta casos en 28 de sus 32 estados, ha sido en la última década escenario de hasta una de cada cinco fallecimientos del hemisferio.
Diversos trabajos científicos señalan como responsables de la cada vez más veloz propagación de esta enfermedad a los cambios en el clima y las temperaturas ambientales.
Vacunas disponibles
El tratamiento específico antiviral con eficacia demostrada frente al dengue es todavía inexistente y el manejo de los pacientes se basa en el tratamiento sintomático y de soporte, según la gravedad del cuadro.
A la falta de abastecimiento de inmunizantes suficientes para ciertas regiones,se agrega que las vacunas desarrolladas para prevenir el dengue presentan complicaciones y han sido sujeto de muchas críticas.
En el 2015, se autorizó en México, Dengvaxia, la primera vacuna para prevenir la infección. Este inmunológico, desarrollado por la farmacéutica Sanofi, se constituye de una vacuna viva atenuada tetravalente, es decir, que contiene los 4 serotipos del virus: DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4, siendo el segundo el más letal.
La vacuna recibió una autorización de comercialización válida en toda la UE el 12 de diciembre de 2018, pero los resultados posteriores sobre sus efectos demostraron que, en aquellos que fueron vacunados, si no se había pasado un dengue previo, podía aumentar la posibilidad de la enfermedad grave.
Esto se debe a la complejidad del virus y los distintos serotipos que conforman el abanico de su transmisibilidad y peligrosidad. “Como el cuerpo reacciona según el serotipo del agente infeccioso, el sistema inmunitario puede brindar una respuesta defensiva efectiva contra uno de ellos, pero insuficiente frente a otro”.
Efectos adversos
En noviembre del 2017, el Gobierno filipino paralizó su uso después de que el laboratorio fabricante admitiera que la vacunación tenía efectos adversos.
Un año después, la OMS declaró que la vacuna resultaba ineficaz y que incluso podría aumentar el futuro riesgo de hospitalización o dengue grave en algunas poblaciones.
Como señalan los estudios, hay un mayor riesgo de dengue grave en niños vacunados sin antecedentes de infección previa.
Esta inyección ha demostrado una eficacia frente a la infección sintomática de un 80 % tras tres dosis de vacuna en niños que habían pasado dengue anteriormente.
Por lo que esta vacuna solo se debería utilizar en personas con antecedentes de infección previa, confirmada mediante una prueba de laboratorio”.
Aunque en Europa fue autorizada por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) hace años, nunca se comercializó porque estaba destinada solo para viajeros, y no merecía la pena debido a los altos costes de fabricación.
Accesibilidad
La vacuna disponible en Europa desde el 2022 es Qdenga, vacuna también viva y tetravalente, desarrollada por el laboratorio japonés Takeda.
En los principales estudios realizados, este inmunológico demostró eficacia en la prevención de la fiebre por el virus en niños y adolescentes, con una reducción de un 80 % y una disminución de la hospitalización de un 90 % en los 12 a 18 meses tras la administración de la segunda dosis de la vacuna.
Sus ventajas son que está indicada para la prevención de dengue en personas a partir de los 4 años de edad y más de los 60, se administran solo dos dosis y no hace falta haber pasado dengue previo para vacunarse.
El inconveniente es el alto costo.
Además de Europa y Reino Unido, esta vacuna solo ha llegado aIndonesia y Tailandia en el continente asiático y a solo a dos países de América Latina (Brasil y la Argentina). El resto de los países sigue utilizando el primer inmunológico, Dengvaxia, con sus contraindicaciones.
El camino más efectivo en la actualidad para frenar esta zoonosis es el control de vectores, evitando la proliferación de mosquitos.
“Para detener su expansión son imprescindibles las medidas de vigilancia epidemiológica, de control antivectorial y de información tanto a los profesionales sanitarios como al público general”, apunta Norman.
Algunos países han apostado por métodos de control sofisticados, como la tecnología del insecto estéril, conocida como el SIT, implementada en programas piloto en Brasil, Cuba y Argentina, entre otros.
Su objetivo es liberar machos incapaces de reproducirse tras dosis de radiación, para evitar la descendencia tras el apareamiento.
Al margen de estas innovaciones, el dengue es desde hace años una epidemia crónica en muchas regiones.