Virus que tienen una amplia circulación en épocas de altas temperaturas en todos los países de América Latina.
Las enfermedades transmitidas por mosquitos como el paludismo, el dengue, el zika, la fiebre chikungunya y la fiebre amarilla representan alrededor del 17% de todas las enfermedades infecciosas del mundo, se cobran la vida de más de 700 000 personas al año e infligen sufrimientos a muchas más.
Se ha relacionado el brote de Zika que tuvo lugar en el Brasil en 2015 con un aumento del número de bebés nacidos con microcefalia.
La CNEA tiene una vasta experiencia en la aplicación de esa técnica para luchar contra las plagas de insectos. “Trabajamos con T.I.E. para mosca de los frutos desde hace muchos años y también realizamos estudios sobre la polilla del tomate¨.
La licenciada Mariana Malter Terrada, Jefa de la División Aplicaciones Agronómicas de la Gerencia de Aplicaciones y Tecnología de las Radiaciones de la CNEA, refirió que al tener esa experiencia fueron convocados para optimizar esa técnica y ser aplicada en ¨Aedes aegypti”.
Se trata de un método de control biológico que utiliza insectos para controlarse a sí mismos. Mediante radiación gamma se logra la esterilización de los mosquitos machos que, al copular con las hembras, no producen descendencia, produciendo una reducción natural de la población de mosquitos.
Considerando que la mayor parte de las hembras copulan una sola vez en su vida, se produce una reducción de la fertilidad de la población natural, disminuyendo así la cantidad de la misma, hasta provocar incluso su desaparición o erradicación.
El método no es nuevo, se originó en la década del ’40 del siglo pasado en el Centro de Investigaciones Entomológicas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y es propiciada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
En Europa, las «fábricas» de insectos machos estériles están clasificadas y autorizadas según la cantidad de insectos producidos por día (1,5 kg / día, 150 kg / día o más). En el caso de los mosquitos, se espera que la mayoría de las fábricas no produzcan más de 1,5 kg por día de artrópodos. En el 2018 se iniciaron las pruebas de campo en Montenegro, Alemania, Francia, Italia, y también en España (Valencia) en 2018.
Lo primero que hicieron los especialistas de la División Aplicaciones Agronómicas de la CNEA fue buscar un espacio donde se pudiera llevar adelante este proyecto. Para ello, se refaccionó un antiguo invernáculo que estaba en desuso en el Centro Atómico Ezeiza y allí se instaló un laboratorio que hoy tiene capacidad de cría y producción de mosquitos estériles.
Una de las integrantes del equipo, la licenciada Marianela García Alba, viajó a los laboratorios del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Viena para recibir una capacitación específica. “Allí aprendí a criar los mosquitos, a preparar las muestras para la irradiación, a medir las variables. También cómo manejar a los insectos, cómo construir las jaulas y, cómo alimentarlos”, detalla la especialista.
García Alba y sus compañeros se trasladaron hasta Resistencia (Chaco) para obtener muestras de huevos salvajes del mosquito, necesarios para fundar una colonia autóctona y sobre la cual se realizaron las primeras pruebas de irradiación.
En el laboratorio del Centro Atómico Ezeiza se trabaja con cuatro colonias en paralelo: dos de Argentina (una de área subtropical y la otra de área templada) y otras dos que cuyas cepas se incorporaron este último año provenientes de Paraguay y de Uruguay.
Según la investigadora, “En Argentina tenemos ingreso de Aedes aegypti por Brasil y Bolivia, y en el centro del país se juntan las dos. Es probable que, genotípicamente, estas colonias sean distintas y podría pasar que si los mosquitos que vienen de Bolivia se largan en Buenos Aires, quizá no copulan porque tienen conductas distintas”.
El momento adecuado para hacer la irradiación es cuando están en estado de pupa madura (cuando el adulto ya está casi formado). “La irradiación tiene que realizarse en un momento concreto. Para ello, es necesario ‘sincronizar’ la cría para que todos los individuos estén en el estadio necesario al momento de la irradiación. Esto depende mucho del tipo de comida y de la temperatura, aspectos que podemos regular en el laboratorio”, comenta García Alba.
Para encontrar las dosis y tiempos justos de irradiación, los investigadores de la CNEA debieron evaluar una amplia variedad de parámetros, como cantidad de huevos puestos por la hembra, duración de la copula, longevidad y número de adultos capaces de volar.
La definición de estos parámetros llevó varios años de pruebas y ensayos. El primer ensayo de marcado, liberación y recaptura en jaulas se realizó dentro de un invernáculo ubicado en el predio del Centro Atómico Ezeiza.
En el período 2019-2020, los especialistas del Laboratorio de Control de Mosquitos, junto con el OIEA, realizaron dos liberaciones de 25.000 mosquitos machos esterilizados cada uno, los cuales fueron soltados de forma manual y mediante drones.
Estos mosquitos machos fueron criados por los investigadores a cargo del estudio e irradiados en la Planta de Irradiación Semi Indusitral (PISI) del Centro Atómico Ezeiza durante el estado de pupa madura (cuando el adulto ya está casi formado). Posteriormente, se los coloreó mediante el uso de un polvo llamado fluoreceina.
Los mosquitos irradiados liberados pueden trasladarse en un radio de unos 150 metros y no pican. Durante un periodo de dos semanas serán recapturados con trampas y ovitrampas ubicadas en distintos puntos del Centro Atómico Ezeiza y se harán monitoreos semanales para recolectar datos antes, durante y luego del ensayo que servirán para evaluar la efectividad de la TIE.