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28/04/2025

Historia del dopaje en el deporte – II –

Por Difusión DOCMED

. Lectura de 4 minutos

El gobierno francés publica su ley anti-dopaje en 1963 y Bélgica hace lo propio en 1965.
 El siglo xx y el dopaje

En el primer cuarto del siglo XX el dopaje no era común entre los deportistas y prácticamente estaba circunscrito al ciclismo.

Los deportistas, en esta época,  valoraban más la participación que la victoria, que era la filosofía implantada por Coubertin.

En 1904, en los JJ.OO. de San Luis, se produce una casi-muerte por dopaje, la primera documentada en los juegos olímpicos modernos:

El maratoniano Thomas Hicks usa una mezcla de brandy y estricnina y casi fallece por ello.

Al inicio de los años 20 se inició el debate sobre si se debían efectuar restricciones al uso de sustancias dopantes en el deporte y en 1928 la International Amateur Athletic Federation (IAAF) se convierte en la primera Federación Deportiva Internacional que prohíbe el uso de dopaje (uso de substancias estimulantes).

Otras Federaciones Internacionales se unieron a esta iniciativa, aunque las restricciones resultaron inefectivas pues no se realizaban controles de dopaje.

El problema empeora con la introducción de las hormonas sintéticas en 1930, aunque su uso asiduo no se documenta hasta los años 50.

Los estimulantes en la  II guerra mundial 

En la II Guerra Mundial se utilizan dos sustancias extremadamente eficaces para aumentar el rendimiento: las anfetaminas y los esteroides anabólicos.

Las anfetaminas se usaron para mejorar la capacidad de combate de los pilotos de aviación y comandos especiales en la guerra, eliminando o disminuyendo la sensación de hambre, de sed y de fatiga.

Tras la guerra, los soldados se convierten en atletas y llevan a los estadios los conocimientos sobre este estimulante.

Los anabolizantes esteroideos se usaron tras la guerra para recuperar el caquéctico sistema muscular de los prisioneros de guerra que se encontraban extremadamente desnutridos.

Los médicos del ejército norteamericano utilizaron, inicialmente testosterona, sustituida más tarde por la nandrolona, sintetizada artificialmente y más eficaz en su efecto anabolizante para recuperar a sus soldados liberados de los campos de concentración coreanos.

 Poco tiempo después, el conocimiento de que estas sustancias  podían aumentar la masa muscular llegó al deporte a través de la halterofilia (levantamiento de pesas) pasando después a los deportistas de potencia, lanzamientos, saltos y velocidad.

Los Juegos Olímpicos y los estimulantes

De 1936 a 1964, se realizaron seis Juegos Olímpicos, excluyendo el periodo de la Segunda Guerra Mundial.

En este momento el deporte es un instrumento de lucha por la supremacía política y una forma de promover la raza, la religión o las formas de gobierno.

Esto modifica irremediablemente los valores propuestos por Coubertin, de tal manera que la victoria se convierte en una necesidad imperiosa para los deportistas y se busca con cualquier coste y de cualquier forma.

De ahí, el auge del dopaje en este momento en el que las sustancias más usadas en este periodo son la anfetamina en los deportes aeróbicos y los esteroides anabólicos, después de 1954, en los deportes de fuerza y de potencia.

En 1950, el equipo soviético usa hormonas masculinas para incrementar su potencia y resistencia y los norteamericanos, en respuesta, desarrollan los esteroides anabólicos y se tiene conocimiento de una amplia utilización de sustancias dopantes en los Juegos de Helsinki de 1952 y algo menos en los de Melbourne de 1956.

En los JJ.OO. de invierno de Oslo 1952 varios patinadores de velocidad enferman y requieren atención médica por tomar anfetaminas.

Controles contra el dopaje

Este conocimiento de las crecientes prácticas dopantes provoca una preocupación naciente de algunos países sobre el daño que podía causar el dopaje tanto en los propios individuos como sobre el propio deporte.

El drama del dopaje en los Juegos culmina con la muerte del ciclista danés Jensen durante los juegos de Roma (1960).

La autopsia reveló trazas de anfetaminas y, como consecuencia de ello aumentó la presión de las autoridades deportivas para introducir controles de dopaje.

Como reacción, en ese mismo año de 1960, el Consejo Europeo publica una resolución contra el uso de sustancias con efecto dopante en el deporte, lo que constituye la primera medida gubernamental significativa contra el dopaje a nivel internacional y marca lo que será el futuro compromiso de las autoridades políticas mundiales en la lucha contra el dopaje.

Otro hito lo marca el uso masivo de esteroides anabólicos en Tokio (1964), lo que supone una repercusión extremadamente negativa para el Movimiento Olímpico.

Por ello, el gobierno francés publica su ley anti-dopaje en 1963 y Bélgica hace lo propio en 1965.

Sin embargo, la promulgación de estas leyes tiene un escaso impacto sobre los programas anti-dopaje.

El caso de dopaje más famoso de los años 80 tuvo como protagonista a Ben Johnson, el campeón de 100 metros que resultó positivo en estanozolol (esteroide anabólico) en los Juegos Olímpicos de 1988 en Seúl.

El caso de Johnson centró la atención mundial en el problema del dopaje a un nivel sin precedentes.

Fuentes:

Imagen:Mundo Bici- https://www.mundobici.co/noticias/la-historia-dopaje-en-el-ciclismo Federación Española de Medicina del Deporte- https://femede.es/documentos/guia_prevencion_dopaje_muestra.pdf PEDRO MANONELLES MARQUETA / ANTONIO LUQUE RUBIA . Agencia Mundial Antidopaje – https://www.wada-ama.org/en

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