Ante la necesidad de reducir la huella ambiental del sector de la salud y lograr que hospitales sean un lugar más saludable para los empleados, los pacientes y las visitas mediante la incorporación de prácticas y principios ecológicos en el diseño y la construcción de las instalaciones sanitarias.
El entorno construido influye en la salud.
Los sistemas de saneamiento, los servicios públicos de suministro de agua, los requerimientos de ventilación y luz natural en las viviendas son ejemplos de respuestas constructivas a los impactos que el desarrollo ha producido en la salud.
En la actualidad, una gran cantidad de problemas de salud ambiental (cambio climático, contaminación tóxica, pérdida de biodiversidad y otros) están relacionados con la producción y el mantenimiento del entorno construido.
A medida que el desarrollo evoluciona en muchas regiones, la construcción de edificios consume cada vez más recursos, exigiendo metodologías y materiales de construcción locales y autóctonos más allá de su capacidad sustentable.
Los edificios dejan una enorme huella en la salud ambiental.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), las actividades relacionadas con la construcción son responsables de un 30% o un 40% de las emisiones de dióxido de carbono en todo el mundo.
Las emisiones industriales de CO2 siguen aumentando en el sector de la construcción. El Director ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner, ha sugerido que la implementación de una estricta política internacional de eficiencia energética podría lograr una reducción de más de dos mil millones de toneladas de emisiones, o un valor cercano al triple de la cantidad prevista en el Protocolo de Kyoto.
Las actividades relacionadas con la construcción de edificios consumen el 40% del total de piedra bruta, grava y acero que se generan, así como el 25% de la madera virgen de todo el mundo.
La construcción y la demolición de edificios producen alrededor del 50% de los residuos sólidos municipales.
Los edificios dañan la capa de ozono estratosférico con el uso de refrigerantes y productos elaborados con compuestos que agotan el ozono, incluyendo los materiales aislantes.
Los edificios utilizan más del 75% de la producción mundial de PVC. Un ingrediente básico del PVC, el cloro, es uno de los procesos industriales que más energía consumen en todo el mundo (alrededor del 1% de toda la producción eléctrica mundial).
En muchos entornos actuales, las personas pasan hasta el 90% de su vida en espacios cerrados.
Los cálculos sugieren que el nivel de contaminación en interiores es hasta cinco veces mayor que el nivel de contaminación al aire libre .
Mediante un análisis de las fuentes contaminantes en interiores de las edificaciones, que van, desde polvo hasta formaldehído, plastificantes con ftalatos y productos de limpieza, surge la necesidad de utilizar materiales de construcción más seguros y saludables.
Soluciones hospitalarias:
El sector de la salud tiene la posibilidad, a través de su poder de mercado, de inducir a la industria de la construcción a desarrollar productos y sistemas que sean más seguros, resilientes, verdes y saludables.
El gran impacto que los hospitales tienen sobre el medio ambiente y la salud, originó la creación y adopción de una amplia variedad de herramientas y recursos para “hospitales verdes”.
A nivel mundial, se han personalizado diversas herramientas y recursos para edificios verdes con el fin de adaptarlos al sector de la salud y a zonas o regiones climáticas específicas.
Estas herramientas comparten un mismo concepto: los principios para la construcción de edificios verdes tienen en cuenta el uso de la tierra y el emplazamiento, el consumo de agua y energía, las prácticas para la obtención de materiales de construcción y la calidad medioambiental de los espacios internos.
Tanto el emplazamiento de los hospitales en lugares accesibles a rutas con transporte público, como el uso de materiales para la construcción locales y regionales, la plantación de árboles en el sitio, la incorporación de componentes de diseño como la luz del sol, la ventilación natural, las energías alternativas y los techos verdes, son medidas que permitirán a las instalaciones sanitarias ya existentes disminuir su huella ambiental, su impacto en las comunidades locales, y posibilitar diseñar los nuevos edificios de manera que utilicen mucho menos recursos .
Esto es aplicable a todo tipo de edificio sanitario, ya sean instalaciones de gran envergadura, hospitales centralizados o pequeñas clínicas comunitarias.
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