En ocasiones, tras pasar tiempos muy prolongados y continuados sobre el sillín, pueden aparecer algunas molestias, e incluso dolencias, en la zona perineal.
Dentro de estas disfunciones del suelo pélvico en el ciclismo encontramos las lesiones perineales.
Suelo pélvico y ciclismo femenino
El suelo pélvico es un complejo interrelacionado de músculos, ligamentos y fascias que actúan como una unidad funcional.
El propósito de esta unión es dar soporte a los órganos pélvicos, asegurar la continencia, ofrecer función sexual, proporcionar estabilidad en la región lumbopélvica, e incluso hay indicios de cierta contribución al patrón respiratorio.
El fallo de cualquiera de estos sistemas puede alterar la armonía de dicha unión, dando lugar a diferentes trastornos en la región pélvica.
Estos trastornos reciben el nombre común de disfunciones de suelo pélvico.
Sistema CORE
La musculatura del suelo pélvico se incluye dentro del CORE. La palabra viene del inglés y significa núcleo, está formado por la musculatura del suelo pélvico, diafragma torácico, transverso del abdomen y oblicuo interno (musculatura abdominal) y multífidos (musculatura paravertebral) e incluso podríamos incluir glúteo medio y psoas.
Cuando una de estas estructuras está debilitada provocará una incorrecta transmisión de fuerzas pudiendo provocarnos lesiones e incluso disminuir nuestro nivel de rendimiento.
A través de unos cuestionarios que obtenidos de una de las mayores asociaciones de mujeres ciclistas en Holanda, se observó que, a partir de dos horas de ciclismo, las mujeres referían disuria, estranguria, entumecimiento genital, dolor vulvar y dispareunia.
En otros estudios epidemiológicos, se resalta la necesidad de abordar el dolor genital y el entumecimiento en las ciclistas ya que está asociado a índices más altos de disfunción sexual (excitación, lubricación, dolor y anorgasmia).
Las lesiones perineales más comunes entre las ciclistas son los nódulos fibrosos subcutáneos, foliculitis, forúnculos, dolor genital, entumecimiento, disuria, hematuria y alteraciones cutáneas como laceraciones.
Entre las lesiones perineales se destaca la induración nodular perineal del ciclista, también conocida por el “nódulo del ciclista”.
Se trata de un pseudotumor que se desarrolla en la región perineal, en las proximidades de la tuberosidad isquiática. Se produce como consecuencia de la fricción repetida de la región perineal contra el sillín de la bicicleta. Se da tanto en hombres como en mujeres, pero es más común en los primeros.
Para su diagnóstico se utilizan pruebas de imagen como el TAC o resonancia electromagnética y para su tratamiento se pueden hacer técnicas conservadoras, técnicas invasivas (infiltración de corticoide y/o ácido hialurónico) o técnicas quirúrgicas.
La foliculitis es una afección cutánea bastante común entre las ciclistas. Cada pelo nace en un folículo piloso y desarrolla un tallo que se proyecta saliendo por la superficie de la epidermis. Se produce cuando uno o varios folículos que sustentan el vello se inflaman generalmente a causa de una infección (bacteriana o fúngica).
Es más común en zonas donde hay fricción, zonas de contacto con ropa que no transpira y partes afectadas por la depilación.
Son pequeños bultos enrojecidos o con cabeza blanca alrededor del folículo piloso; está provocada en la mayoría de las ocasiones por una infección bacteriana pero también la puede producir un hongo o vello encarnado.
Los factores que pueden agravar este tipo de lesión en las ciclistas son el rozamiento frecuente de la piel con el culote (por ello, es necesario llevar un culot adecuado y utilizar cremas específicas para mantener hidratada la zona y evitar este roce), utilizar ropa transpirable y la irritación asociada a la depilación (sobre todo, depilación con cera).
También se puede utilizar el láser para evitar que el vello en esa zona se quede encarnado. Cuando la foliculitis se agrava da lugar a los forúnculos.
Otras de las lesiones perineales comunes son el entumecimiento y dolor genital.
La presión del sillín sobre el periné puede afectar a la respuesta sexual genital en la excitación y la erección del clítoris, lo que probablemente contribuya al dolor genital y el entumecimiento experimentado por algunas ciclistas.
La primera causa parece ser la compresión de la arteria y nervio pudendo por su paso por el canal de Alcok.
La “neuralgia del pudendo o síndrome de atrapamiento del nervio pudendo” es una entidad dolorosa, que se produce cuando el nervio o una de sus ramas se daña, se inflama, es comprimida o es atrapada.
Las causas que pueden provocar esta lesión pueden ser la compresión mecánica, trastornos digestivos como el estreñimiento crónico, parto vaginal, episiotomía, radioterapia pelviana, trastorno inflamatorio asociado a enfermedades autoinmunes, entre ellas.
El dolor es la causa más común de consulta y se localiza en la zona anal y genital. Se agrava al sentarse, disminuye o desaparece al estar de pie y al acostarse.
También son habituales en las ciclistas la disuria (expulsión dolorosa e incompleta de orina), hematuria (sangre en la orina) y lesiones cutáneas.
Las dos primeras generalmente son producidas por el exceso de presión provocado en el periné por el sillín, mientras que las lesiones cutáneas (laceraciones y/o heridas) son producidas por la fricción y falta de hidratación en la zona.
Para el evitar estas patologías perineales lo más importante es la prevención.
Prevención
– Hidratación adecuada de la zona perineal con cremas ricas en Vit. E. Cuidado con las cremas de fricción, muchas de ellas llevan alcohol en su composición, así que antes de utilizarla deberemos fijarnos en los componentes que llevan.
Mantener la zona perineal sana e hidratada nos ayudará a evitar complicaciones como laceraciones o foliculitis producida por un vello encarnado.
– Utilización de un sillín adecuado a nuestra anatomía, es decir, un sillín en que haya un apoyo adecuado de los isquiones y la presión no caiga exclusivamente en la zona del periné.
Con esto evitaremos desde las laceraciones al entumecimiento y dolor genital provocado por la compresión del nervio y arteria pudendos.
– Cambios posturales durante la salida en bicicleta para evitar el constante apoyo de la zona sobre el sillín, sobre todo en bicicletas de carretera y contrarreloj que por la posición que llevamos hay más presión en la zona que si fuera una salida en bicicleta de montaña.
– Invertir en un buen culote y una badana femeninas.
Uno de los factores que influye en la foliculitis es la ropa transpirable, es mejor tener un culote transpirable y antibacteriano que nos ayude a prevenir la foliculitis.
Además de una buena badana que nos proteja de las lesiones cutáneas, ya que, si usamos la gama de hombre, estas son más estrechas y es más probable que suframos mayor fricción en la zona perineal.
Fortalecimiento del suelo pélvico
Existen muchos ejercicios de reeducación postural, entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico, entrenamiento abdominopélvico como gimnasia abdominal hipopresiva o ejercicios de propiocepción en plano inestable.
Es muy importante una correcta programación de los entrenamientos y el descanso, para poder asimilar las cargas, el suelo pélvico es muscular.
Lo más aconsejable es hacer consulta a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para que haga una valoración completa y conocer el motivo de la lesión.