La peste ha asolado diversas zonas del planeta a lo largo de la historia, y especialmente a Europa.
Esta zona sufrió varias oleadas recurrentes, a cual más mortífera.
La peste negra ha sido una de las plagas más letales de la historia de la humanidad. Esta terrible pandemia, es causada por la bacteria Yersinia pestis.
La Yersinia pestis, es una bacteria que puede transmitirse de animales a humanos a través de las mordeduras de la pulga, el contacto con fluidos o tejidos contaminados y la inhalación de gotitas infecciosas procedentes de la tos y/o de los estornudos de las personas con peste neumónica.
La peste de Justiniano en 561 d.C., mató a 10.000 personas al día, pero una de las más famosas y mortíferas fue la epidemia de peste que asoló Europa en el siglo XIV , la cual acabó con la vida de millones de personas, un tercio de los europeos entre 1334 y 1372.
Los brotes de la peste asolaron a Europa desde Grecia, Pericles falleció durante uno de ellos y Roma, en diferentes momentos de su imperio, pagó caro la propagación de algunas infecciones, debilitando sus legiones, agudizando sus crisis y decadencia.
La viruela fue una de las pandemias más virulenta (costando 300 millones de vidas desde que apareció por primera vez), seguida por el el sarampión (se calcula que ha cercenado cerca de 200 millones de almas) y, por último , la temida peste negra, que provenía de Oriente y asoló en sucesivos brotes en el Viejo Continente produciendo la muerte de 90 millones de personas, hasta 1879
Las víctimas de la peste sufrían una hinchazón dolorosa de los nódulos linfáticos, ennegrecimiento de la piel y, al final, una muerte agónica.
No existía cura y los médicos de la época sólo podían prescribir lo que ellos consideraban brebajes protectores y antídotos. Estos personajes médicos también registraban testamentos y realizaban autopsias.
La indumentaria protectora, fue diseñada en 1619 por el Dr.Charles de Lorme, médico personal de muchos miembros de la realeza europea del siglo XVII.
Su padre había ejercido el oficio de la medicina y su prestigio lo había llevado a servir para Marie de Medicis. Charles. heredó una vocación que había visto practicar en su casa desde pequeño y estudió en la Universidad de Montpellier.
Charles de Lorme gozó de una excelente reputación y llegó a ser el médico personal de importantes celebridades de su época, como de tres reyes de Francia (Enrique IV, Luis XIII y Luis XIV) o los cardenales Mazarin y Richelieu.
Era un hombre de carácter amable, fuerte, con verbo, conocedor de idiomas y con un excelente humor. Determinó instituir el uso de un traje para evitar los contagios de los profesionales, decidiendo que todos los médicos debían llevar un abrigo largo que llegara hasta el suelo, unas botas de caña alta y un sombrero para recubrirse la cabeza.
Lorme, describe el atuendo incluyendo un abrigo revestido de ceras aromáticas, unos calzones dentro de las botas, una camisa metida dentro del pantalón, un sombrero y guantes de piel de cabra. Los médicos también llevaban una vara para no tocar a las víctimas con las manos.
Este atuendo tenía por objeto proteger al médico del ¨miasma¨. En las épocas anteriores a la teoría microbiana de la enfermedad, los facultativos creían que la peste se propagaba por el aire envenenado, que podía generar desequilibrio en los humores (o fluidos corporales) de una persona.
El bastón de madera o metálico, era una vara que les ayudaba con el examen de los pacientes sin tener que tocarlos, además era utilizado como herramienta para el arrepentimiento de pecados; muchos creían que la peste era un castigo de Dios y pedían ser golpeados como parte de su arrepentimiento. En la calle, les ayudaba a mantenerse alejados de otros pobladores, potenciales enfermos.
El abrigo de cuero estaba cubierto de cera aromática, los calzones metidos en las botas, la camisa metida en el pantalón, un sombrero y unos guantes hechos de cuero de cabra.
El ¨sombrero¨ de alas anchas, era particularmente inusual: ¨incluía anteojos y una máscara con una nariz de «15 centímetros en forma de pico de ave, llena de perfume y con solo dos agujeros, uno a cada lado de las fosas nasales, pero que eran suficientes para respirar y transportar en el aire que se respiraba la impresión de las hierbas, colocadas en la punta del pico.
Los médicos de la peste llenaban las ¨máscaras¨ con ¨triaca¨ , una preparación farmacéutica de más de 55 hierbas y otros componentes, como carne de víbora en polvo, canela, mirra y miel.
El relleno se completaba con algunas sustancias aromáticas incluyendo ámbar gris, hojas de menta, estoraque, mirra, láudano, pétalos de rosa, alcanfor y clavos de olor. Se consideraba que protegía al médico del mal aire miásmico. La paja servía como filtro para dicho «mal aire».
De Lorme pensaba que la forma picuda de la máscara daría al aire el tiempo suficiente para impregnarse de las hierbas protectoras antes de llegar a las fosas nasales y a los pulmones de los médicos de la peste negra.
«Por desgracia, las estrategias terapéuticas de los primeros médicos modernos de la peste negra hacían bien poco para prolongar la vida, aliviar el sufrimiento o lograr una cura», escribe el historiador Frank M. Snowden
Cabe destacar que, erróneamente, suele añadirse imágenes o de iconografía en las que aparece la máscara de pico de pájaro para representar a los médicos que atendieron las pandemias de peste negra del siglo XIV, cuando en realidad, dicha indumentaria apareció tres siglos después.
¨Los médicos de la peste¨ de toda Europa llevaban estos atuendos, el aspecto era tan emblemático, que en Italia el «médico de la peste» se convirtió en un personaje básico de la commedia dell’arte para las celebraciones carnavalescas, y sigue siendo en la actualidad, un disfraz popular.