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25/12/2024

Nutrición Deportiva – Ingesta de proteínas

Por Difusión DOCMED

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Las ingestas de proteínas superiores a Ingesta Dietaria Recomendada (Recommended Dietary Allowances, RDA) son seguras.

De la Declaración de Posición de la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva Proteínas y Ejercicio, surge que las ingestas de proteínas superiores a Ingesta Dietaria Recomendada (Recommended Dietary Allowances, RDA) de 0,8 g.kg-1.día-1 , son seguras.

Erróneamente es reportado por los medios populares que una ingesta alta en proteínas en forma crónica no es saludable y que puede resultar en un estrés metabólico innecesario para los riñones, lo cual conduce a una afección de la función renal.

Otra preocupación que frecuentemente es citada, es que las dietas con proteína incrementan la excreción de calcio, por lo que incrementan el riesgo de sufrir osteoporosis.

Estas dos preocupaciones son infundadas, ya que no hay evidencia considerable que indique que la ingesta de proteínas en el intervalo sugerido arriba vaya a tener efectos adversos en individuos sanos que realizan ejercicio.

Uno de los principales puntos del debate en relación a la ingesta de proteínas y la función de los riñones, es la creencia que el consumo habitual de proteína que excede a la RDA, promueve la enfermedad renal crónica a través del incremento de la presión e hiperfiltración glomerular.

La mayor parte de la evidencia científica citada por los autores fue generada a partir de modelos animales y pacientes con enfermedades animales coexistentes.

Así, la extensión de esta relación a individuos sanos con una función renal normal, es inapropiada .

En un estudio de cohorte, prospectivo y bien diseñado, fue resumido que una ingesta alta de proteínas no estuvo asociada con una disminución en la función renal en mujeres con riñones que operan en forma normal.

Además, ha sido reportado que no hay diferencias estadísticamente significativas en la edad, sexo, peso, y función renal entre no vegetarianos y vegetarianos (un grupo que ha mostrado tener una menor ingesta de proteínas).

Tanto el grupo no vegetariano como el vegetariano poseían una función renal similar, y presentaron la misma tasa de deterioro en la fisiología renal con la edad.

Los estudios clínicos y epidemiológicos preliminares han sugerido un beneficio de las dietas relativamente elevadas en proteínas sobre los principales factores de riesgo para enfermedad renal crónica, tales como hipertensión, diabetes, obesidad y síndrome metabólico.

Son necesarios trabajos futuros para estudiar el rol de las dietas relativamente altas en proteínas para la pérdida de peso, fuente de proteínas de la dieta (calidad) y cantidad, sobre la prevalencia y desarrollo de enfermedades renales en poblaciones de pacientes en riesgo.

Mientras que parece que la ingesta dietaria de proteínas por encima de la RDA no es perjudicial para los individuos sanos que realizan ejercicio, aquellos individuos con insuficiencia renal poco severa necesitan monitorear de cerca su ingesta de proteína, ya que datos observacionales a partir de estudios epidemiológicos proporcionan evidencia que indica que la ingesta dietaria de proteína puede estar relacionada a la progresión de enfermedad renal.

Además de la función renal, la relación entre la ingesta dietaria de proteína y el metabolismo óseo también ha servido como la causa de cierta controversia.

Específicamente, preocupa que una alta ingesta de proteínas dietarias resulte en la pérdida de calcio desde los huesos, lo cual puede conducir a osteopenia y predisponer a algunos sujetos a la osteoporosis.

Esta suposición surge de los primeros estudios que reportaron un incremento en la acidez urinaria a partir de las proteínas dietarias que parece estar relacionada a la pérdida de calcio a partir de los huesos para amortiguar la carga de ácido.

Sin embargo, los estudios que reportaron este efecto, estuvieron limitados por tamaños de muestra pequeños, errores metodológicos, y el uso de altas dosis de formas purificadas de proteína.

Se sabe que el contenido de fosfato de los alimentos con proteínas (y los suplementos fortificados con calcio y fósforo) contrarresta este efecto.

De hecho, algunos dato sugieren que los hombres y mujeres ancianos (el segmento de la población más susceptible a la osteoporosis) deberían consumir proteínas dietarias por encima de las recomendaciones actuales (0,8 g.kg-1.día-1) para optimizar la masa ósea].

Además, están surgiendo datos a partir de los estudios que utilizaron isótopos de calcio estables, los cuales sugieren que la fuente principal del incremento en el calcio urinario a partir de una dieta alta en proteínas es intestinal (dietaria) y no a partir de la resorción ósea .

Dado que el entrenamiento aporta el estímulo para incrementar las proteínas del músculo esquelético, son recomendados niveles en el intervalo de 1,4 a 2,0 1,7 g.kg-1.día-1 para transformar este estímulo en tejido contráctil adicional, el cual es un factor de predicción importante en la acumulación de masa ósea durante el crecimiento prepuberal.

Es necesario que sean conducidas más investigaciones en adultos y ancianos en relación al ejercicio, hipertrofia del músculo esquelético e ingesta de proteína y sus efectos acumulativos sobre la masa ósea.

En general, hay una falta de evidencia científica que relacione las ingestas de proteínas de la dieta a las respuestas adversas en individuos saludables y que realizan ejercicio.

Sin embargo, hay un cuerpo de literatura científica que ha documentado un beneficio de la suplementación con proteínas sobre la salud de los sistemas de múltiples órganos.

De este modo la posición de la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva refiere que los individuos ancianos y activos requieren ingestas de proteína que varían desde 1,4 a 2,0 g.kg-1.día-1, y que este nivel de ingesta es seguro.

La posición de la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva refiere que los individuos que realizan ejercicio ingieran proteínas en un intervalo de 1,4 a 2,0 g.kg-1.día-1.

Los individuos que realizan ejercicio de resistencia deberían ingerir una cantidad correspondiente al extremo inferior del intervalo, los individuos implicados en actividades intermitentes deberían ingerir cantidades correspondientes a la mitad del intervalo, y aquellos sujetos que realizan ejercicios de fuerza/potencia deberían ingerir una cantidad correspondiente al extremo superior del intervalo mencionado.

Para la mejor comprensión de este contenido sugerimos referirse al articulo Nutrición Deportiva- Introducción, dado el espacio asignado continuamos su desarrollo en forma independiente. 

Fuentes:

Imagen:http://nutriciondeportiva-gnd.blogspot.com/2014/02/proteinas-y-rendimiento-deportivo.html Autores: Gse – PubliCE https://g-se.com/es/declaracion-de-posicion-de-la-sociedad-internacional-de-nutricion-deportiva-proteinas-y-ejercicio-1167-sa-g57cfb271d01f1 Tim Ziegenfuss, Richard B Kreider & cols.– Exercise and Sport Nutrition Laboratory, Dept. of Health, Human Performance, and Recreation, Baylor University, One Bear Place 97313, Waco, TX 76798-7313, Estados Unidos.

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