One Health es un concepto que nace de la observación ligada a proteger la salud mediante la prevención y control de los patógenos en los animales de acuerdo con la interacción hombre – animal – medio ambiente.
El análisis de estas situaciones de salud debe contemplar las modificaciones del ambiente de causa antropogénica.
La globalización, la explosión demográfica y la expansión de la población humana han producido una mayor circulación de personas, bienes, alimentos, animales y sus subproductos, con aparición de nuevos patógenos (en general, de origen zoonótico) y la (re) emergencia de antiguas enfermedades supuestamente controladas y de enfermedades transfronterizas.
La gran cantidad de enfermedades de origen animal generan riesgos mundiales para la Salud Pública, siendo indispensable su prevención controlando la fuente animal y los vectores de transmisión para proteger a ambos.
El 29 de setiembre de 2004, en Nueva York (EE.UU.), se llevó a cabo un simposio organizado por la Sociedad de Conservación de la Fauna de los EE.UU. y por la Universidad Rockefeller, al que asistieron expertos de salud y representantes de Organizaciones de la OMS, la FAO, OIE y UNICEF.
Organizaciones que en el año 2008 publican un documento, en el fundamentan un método holístico para prevenir las enfermedades epidémicas y epizoóticas, respetando la integridad de los ecosistemas, en beneficio de los seres humanos, los animales domésticos y la biodiversidad del mundo entero.
¨LOS PRINCIPIOS DE MANHATTAN¨:
Identifican los factores que colaboran en la propagación de las enfermedades infecciosas, emergentes o re emergentes, capaces de afectar seres humanos, animales y ecosistemas:
- Cambio climático.
- Globalización.
- Explosión demográfica.
- Urbanización creciente.
- Modificaciones de sistemas agropecuarios.
- Incremento de las poblaciones animales.
- Interacciones entre especies animales domésticas, silvestres y sus respectivos depredadores y competidores.
- Deforestación, alteración, funcionamiento y capacidad de recuperación de los ecosistemas.
- Uso de la tierra.
- Almacenamiento de agua e irrigación.
- Mundialización del comercio de animales y sus subproductos.
El corolario del simposio fue el concepto “Un Mundo, Una Salud”, como síntesis del pensamiento sanitario de esta época de globalización e interdependencia social, cultural y económica entre países.
BIODIVERSIDAD- ECOLOGÍA
Los importantes vínculos entre humanos, animales y el ambiente, como abordaje de los problemas de salud, implica implementar programas, políticas, legislación e investigación en el que múltiples sectores trabajen juntos para lograr mejores resultados de salud pública.
La interfaz entre los ecosistemas animales y humanos, es preciso que los especialistas en la fauna salvaje participen más estrechamente en la formulación de normas científicas.
Es de suma importancia, la estrecha participación de la comunidad veterinaria y la estabilidad de la colaboración de tres componentes, los Servicios Veterinarios públicos, los veterinarios privados y los productores animales.
Los cruces de fronteras como consecuencia del comercio, el turismo, las catástrofes naturales o las guerras han alcanzado máximos históricos. Sumado a eso, las políticas que favorecen el libre comercio en muchas áreas del planeta hacen cada vez más difícil impedir la potencial circulación de agentes y la entrada de alguna enfermedad transfronteriza.
Al evaluar las posibles consecuencias de estas enfermedades se consideran:
- Los daños en la salud humana y animal.
- El impacto social por pérdidas económicas en la producción de alimentos y la posible pérdida de mercados externos e internos.
- La creación de barreras para arancelarias para restringir el ingreso de determinadas mercancías de origen animal o vegetal.
- Erogaciones suplementarias para implementar programas de control o de erradicación.
Las áreas de trabajo del enfoque de «Una Salud» incluyen la seguridad alimentaria, el control de las zoonosis, y la lucha contra la resistencia a los antibióticos.
Los componentes clave de los programas de prevención de enfermedades animales y humanas son las siguientes:
- Una infraestructura adecuada y un verdadero sistema de asesoramiento técnico. tanto a escala nacional, como local y en las vías de acceso.
- Un sistema de vigilancia capaz de reaccionar con la rapidez necesaria para proteger las poblaciones animales y humanas.
- Una preparación y unos planes de actuación de avanzada.
- La capacidad de comunicar el nivel de riesgo.
- La capacidad de aplicar los acuerdos y normas internacionales.
- La evaluación y mejora permanentes de las disposiciones de bioseguridad.
- Una gestión y una reglamentación conformes a las normas internacionales.
- Una infraestructura laboratorial adecuada y duradera, cuya garantía de calidad se someta a auditoría externa.
- Un sistema de control y evaluación de los servicios de sanidad animal y salud pública.
- Un marco reglamentario que incluya incitaciones a la cooperación con el sector privado.
- Un protocolo de comunicación entre los sistema de vigilancia de las enfermedades animales y humanas.
La prevención y el control de las enfermedades emergentes y (re) emergentes constituyen bienes públicos mundiales.
Muchos de los mismos microbios infectan a animales y seres humanos, ya que comparten los ecosistemas en los que viven.
Al aceptar el concepto “Una (sola) Salud”, veterinarios, médicos, biólogos y funcionarios de salud pública deben trabajar de manera transdisciplinaria, para prevenir, controlar y entender estas enfermedades.