El sodio, pese a ser un nutriente esencial, incrementa el riesgo de cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, y la muerte prematura cuando se toma en exceso. La fuente principal de sodio es la sal de mesa (cloruro de sodio), pero otros condimentos, como el glutamato de sodio, también lo contienen.
En el informe se demuestra que solo el 5% de los Estados Miembros de la OMS están protegidos por políticas obligatorias e integrales de reducción de sodio y de los restantes el 73% de los Estados Miembros de la OMS no aplican plenamente dichas políticas.
Se estima que la introducción de políticas de reducción de sodio, podría salvar la vida de unos 7 millones de personas de aquí al 2030.
Solo nueve países (Arabia Saudita, Brasil, Chile, España, Lituania, Malasia, México, República Checa y Uruguay) cuentan con un conjunto integral de políticas recomendadas para reducir la ingesta de sodio.
«La alimentación malsana es una de las principales causas de muerte y enfermedad a nivel mundial, y la ingesta excesiva de sodio es culpable en gran medida de ello», señaló el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
«Este informe deja claro que la mayoría de los países, todavía, no han adoptado ninguna política obligatoria de reducción de sodio, por lo que sus poblaciones corren riesgo de sufrir infartos, accidentes cerebrovasculares y otros problemas de salud. La OMS insta a todos los países a poner en marcha las ‘mejores inversiones’ para la reducción de sodio, y a los fabricantes a aplicar los valores de referencia de la OMS para el contenido de sodio en los alimentos».
Para reducir el sodio se requiere un enfoque integral que incluya la adopción de políticas obligatorias y la aplicación de las cuatro recomendaciones de la OMS relativas al sodio, que constituyen las «mejores inversiones» y contribuyen a prevenir las enfermedades no transmisibles. Se trata de las siguientes:
- Reformular los alimentos para que contengan menos sal y establecer metas sobre la cantidad de sodio en los alimentos y las porciones.
- Establecer políticas públicas de compra de alimentos, que limiten los ricos en sal y/ o sodio en instituciones públicas como hospitales, escuelas, lugares de trabajo y hogares de ancianos.
- Introducir el etiquetado frontal en los envases que ayude a los consumidores a seleccionar productos con bajo contenido en sodio.
- Realizar campañas de comunicación y en los medios de difusión que insten a un cambio de comportamiento para reducir el consumo de sal y sodio.
Se alienta a los países a establecer metas sobre el contenido de sodio en los alimentos procesados, en consonancia con los valores de referencia mundiales de la OMS para el misno, y hacerlos cumplir a través de estas políticas.
Las políticas obligatorias de reducción de sodio son más eficaces, logran una cobertura más amplia y protegen contra los intereses comerciales, a la vez que establecen condiciones igualitarias entre los fabricantes de alimentos.
La OMS ha elaborado para los Estados Miembros un mapa de puntuación por país para el sodio, en función del tipo y número de políticas de reducción aplicadas.
«Este importante informe demuestra que se deben trabajar urgentemente para instaurar políticas obligatorias audaces de reducción de sodio dirigidas por los gobiernos, a fin de lograr la meta mundial de reducir el consumo de sal para el 2025», declaró el Dr. Tom Frieden, Presidente y Director Ejecutivo de Resolve to Save Lives, una organización sin fines de lucro que colabora con los países para prevenir 100 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares en un intervalo de 30 años.
«Existen medidas de reconocida eficacia e innovaciones importantes, como sales bajas en sodio, que los gobiernos pueden aplicar. Es necesario tomar medidas urgentes, o serán muchas más las personas que tendrán infartos y accidentes cerebrovasculares discapacitantes o mortales que podrían haberse evitado».
La ingesta media mundial de sal se estima en 10,8 gramos al día, más del doble de lo recomendado por la OMS, esto es, menos de 5 gramos de sal al día (una cucharadita). Tomar demasiada sal es el principal factor de riesgo de muerte vinculada a los alimentos y la nutrición. Se dispone cada vez de más datos que documentan los vínculos entre una alta ingesta de sodio y un mayor riesgo de sufrir otras afecciones de salud como cáncer de estómago, obesidad, osteoporosis y nefropatías.
La OMS se ha asociado con Resolve to Save Lives, una organización sin fines de lucro, para ayudar a los países de todo el mundo a reducir el consumo de sodio de la población. Resolve to Save Lives publicó recientemente una base de datos mundial sobre nutrición de los alimentos envasado ( Global Nutrition Database for Packaged Foods), que contiene información sobre los nutrientes de los alimentos envasados de 25 países.