La enfermedad del virus del Ébola es causada por un virus que es originario de los murciélagos. En los últimos años, los humanos también se han convertido en reservorios del virus, propagándolo a través de los fluidos corporales.
Aunque ha habido pocos focos de brotes desde que se descubrió en 1976, los mismos han sido devastadores, con tasas de mortalidad que oscilan entre un 20 y un 90 %.
Los síntomas iniciales a menudo son similares a los de la gripe, pero pueden evolcionar a disfunción hepática, renal y hemorragia interna y externa. Los tratamientos, con líquidos orales o intravenosos y anticuerpos monoclonales, pueden mejorar en gran medida las posibilidades de supervivencia.
Las vacunas eficaces contra la cepa Zaire del virus están disponibles desde el 2019, pero el suministro sigue siendo limitado.
Entre el 2014 y el 2016 y entre el 2018 y el 2020, las brechas en la detección y la respuesta, provocaron retrasos que permitieron que dos brotes de ébola se convirtieran en epidemias.
El primero, en África Occidental, comenzó en Guinea y se extendió a Liberia y Sierra Leona, así como a otros siete países, incluidos Estados Unidos e Italia, entre el 2014 y el 2016. El análisis posterior, señaló fallas que obstaculizaron los esfuerzos de respuesta.
En el 2014, Guinea carecía de un sistema formal de respuesta a emergencias, una agencia de salud pública y epidemiólogos de campo capacitados. Se manejó de manera deficiente la comunicación sobre cómo limitar el riesgo de propagación del ébola, lo que generó resistencia, desconfianza y la propagación viral de información errónea; un rumor sostenía que el virus ni siquiera era real.
Partes enteras del país fueran acordonadas simultáneamente para evitar la propagación de enfermedades esto se sumó a una cultura de miedo. Los controles fronterizos para limitar la propagación a los países vecinos no se establecieron hasta cinco meses después de la declaración del brote. Las vacunas no estaban disponibles al comienzo del brote; a medida que avanzaba la epidemia, solo aquellos inscriptos en ensayos clínicos podían acceder a ellos.
La implementación de la vacunación se vio obstaculizada, aún más, por la información errónea, que incluía que la vacuna dejaba infértiles a las mujeres o impotentes a los hombres.
Cuando terminó la epidemia de ébola en África Occidental en el 2016, aproximadamente 28600 personas habían sido infectadas y 11325 habían muerto. El costo para la economía global se estimó en U$S 53 mil millones.
En el segundo caso , a pesar del éxito que contuvo varios brotes anteriores de ébola, la respuesta de la República Democrática del Congo (RDC), se vio obstaculizada desde el principio del 2018, lo que resultó en una epidemia que duró hasta 2020.
Debido al conflicto regional en curso, el sistema de vigilancia de la enfermedad se había roto. Los trabajadores de la salud estaban en huelga debido a una disputa sobre el pago de salarios en mayo del 2018, fecha en que las investigaciones determinaron más tarde que había surgido el primer caso de ébola. Como resultado de ello, no se identificaron casos sospechosos y no se emitieron alertas durante dos meses.
El brote se hizo tan grande que, en su punto máximo, se necesitaron 16.000 socorristas locales, además de 1500 miembros del personal enviados por la OMS y más personas desplegadas por otros socios internacionales.
Un total de 171 trabajadores de la salud se infectaron, y en total, la epidemia provocó unas 2.280 muertes entre 3.470 casos diagnosticados.
En cambio, en el año 2021, surgieron nuevamente brotes de ébola de la cepa Zaire tanto en Guinea como en la República Democrática del Congo, en circunstancias tensas, y cada país lidiaba con múltiples brotes de enfermedades infecciosas simultáneamente, incluido el COVID-19.
A diferencia de las anteriores, el brote de Guinea se declaró terminado después de seis meses y 12 muertes; el brote en la RDC terminó después de tres meses y 11 muertes.
Las vacunas se administraron con éxito, las infecciones de los trabajadores de la salud fueron limitadas y ninguno de los brotes se propagó más allá de la región en la que surgió.
Dado el espacio asignado se continuará desarrollando el tema en forma independiente.