Estar preparado para una epidemia no siempre equivale a un buen desempeño en la vida real.
Medir la capacidad de respuesta de un país requiere una revisión de cómo todos los elementos del sistema mundial de seguridad de la salud (desde los laboratorios y la vigilancia, hasta la cobertura universal de salud y el liderazgo) trabajan juntos para detectar y responder a las amenazas de enfermedades..
Es crucial que los países actúen rápidamente ante los brotes: las amenazas de enfermedades infecciosas no respetan fronteras y pueden viajar por el mundo en solo 36 horas.
La alianza 7-1-7: es la primera evaluación completa en tiempo real de la rapidez con que un país la detecta y contiene las amenazas de enfermedades infecciosas.
Está presidida por el Dr. Issa Makumbi del Centro de Operaciones de Emergencia de Salud Pública de Uganda y apoya la implementación del enfoque 7-1-7 con asistencia técnica, apoyo financiero y una práctica en la comunidad global.
Estas métricas de oportunidad han sido incluidas en el marco de los resultados del Fondo Pandemia por las siguientes razones:
- Son simples, enfocadas y fáciles de entender para cualquier persona.
- Miden el funcionamiento de todo el sistema de detección y respuesta, en condiciones del mundo real, no solo los componentes individuales.
- Fomentan la mejora rápida del rendimiento: las partes interesadas pueden evaluar continuamente los cuellos de botella que producen las debilidades particulares en el sistema y luego analizar sus
La evidencia, muestra que el objetivo 7-1-7 es alcanzable en países de altos, medios y bajos ingresos.
7 días para detectar un presunto brote de enfermedad,
1 día para notificar a las autoridades de salud pública pertinentes,
7 días para completar las acciones de respuesta temprana.
Las métricas claras y simples facilitan la comunicación de los socios, los políticos y el público. Crear transparencia, facilita la defensa y promueve la rendición de cuentas.
Genera una rápida mejora en la detección temprana de brotes y su respuesta. Muchos cuellos de botella surgidos por 7-1-7 resultan ser fáciles y económicos de solucionar. Los problemas más grandes se abordan más rápido con datos claros para informar cómo se deben priorizar las actividades y los fondos.
Esta métrica se ha probado y establecido con éxito en seis países y ha sido adoptado por la Oficina Regional de la OMS para Africa como parte de su estrategia Regional para la Seguridad sanitaria y Emergencias 2022-2030. Ha sido incluido en el marco de los resultados de The Pandemic Fund (Banco Mundial), el interés en apoyar el enfoque 7-1-7 está creciendo en todo el mundo.
Para mejorar la detección temprana y el control rápido de las amenazas para la salud, se deben establecer objetivos claros de desempeño, cuantificar mejor las variaciones entre países, identificar los factores responsables de estas variaciones, mejorando la velocidad , la calidad de la detección y la respuesta.
Desde la epidemia de ébola en África occidental de 2014-16, se han desarrollado varios marcos para medir la capacidad de preparación. Estos marcos se centran en componentes discretos de los sistemas de salud (por ejemplo: laboratorio, vigilancia y cobertura universal de salud) en lugar del desempeño general del sistema, y no toman en cuenta adecuadamente las capacidades que son menos fáciles de medir, como el acceso al financiamiento, logística rápidas, transparencia, la gobernanza, el liderazgo o la equidad general del sistema.
La rapidez con la que un sistema detecta y responde eficazmente a una amenaza es la medida óptima de rendimiento.
Evaluar y mejorar continuamente la puntualidad puede identificar cuellos de botella en el rendimiento y ayudar a acelerar el progreso, mejorando la velocidad de detección y la calidad de la respuesta.
Estas métricas pueden complementar las medidas de capacidad existentes del Reglamento Sanitario Internacional (2005), incluida la Evaluación Externa Conjunta, que han demostrado ser útiles pero no suficientes para predecir una respuesta eficaz a la COVID-19.
Parte de la renuencia a financiar la preparación para la salud se deriva de la ausencia de medidas simples de progreso.Generar entusiasmo y apoyo para un programa de salud pública es más fácil si tiene una métrica de desempeño que sea sencilla, fácil de recordar y catalizará el progreso en el problema que se está abordando.
Sugieren un nuevo objetivo global de 7-1-7 ,mediante el cual , cada presunto brote se identifique dentro de los 7 días posteriores a la aparición, se informe a las autoridades de salud pública con el inicio de la investigación, los esfuerzos de respuesta dentro de 1 día y, respondiendo de manera efectiva, dentro de 7 días .
Este objetivo puede proporcionar una base global para la rendición de cuentas, y que permita aplicarse a nivel nacional para evaluar y mejorar el desempeño, y también puede aplicarse localmente para promover la equidad en la detección y las capacidades de respuesta adecuadas al contexto.