Difusión del conocimiento de las ciencias médicas

27/05/2022

Moisés Maimónides (Mūsā b. Maymūn) y su ¨Juramento médico¨- Siglo Xll

Por Prof. Mahmud Rosa

. Lectura de 5 minutos

Como hombre de ciencia, rechazaba la práctica de la medicina frecuente de esa época, en la que se prescribían remedios irracionales, mágicos y supersticiosos.

Maimónides, para hacer frente a los gastos de subsistencia de la familia comenzó a dedicarse a la práctica de la medicina.

En la Mišné Tora expone un tratado de higiene de vida elevándola al rango de norma religiosa.

Como norma para alcanzar una buena salud física prescribía evitar los abusos en el comer y el beber, y proponía quedarse con hambre al abandonar la mesa.

Señalaba la bondad del vino y de las bebidas fermentadas tomadas con moderación para los adultos, pero desaconsejada para los niños.

 Recomendaba dormir ocho horas y levantarse al alba, pero rechazaba dormir durante el día y exhortaba al trabajo y al ejercicio físico como medios para alejar las enfermedades graves.

Pedía mantener una higiene sexual muy estricta y no tener una vida disoluta, causa de la muerte de la mayoría de los hombres, según afirmaba.

Advertía que la vida corporal, con sus placeres y gozos, debía estar subordinada a la vida del alma y a las reglas que rigen la conducta de ésta.

“Sólo quienes tomen las reglas morales de la religión y de la filosofía, llegarán a controlarse y a asegurar para su espíritu una cierta libertad.¨

En  el año 1185, el visir Saladino, el cadí al-Fāḍil al-Baysāmī le nombró médico personal, cargo que luego ejercería para su hijo. Compuso escritos de medicina que dedicó a estos dos personajes

La abundante obra médica de Maimónides, escrita en lengua árabe, la realizó en la última etapa de su vida.

Su producción literaria consta de diez tratados.

El primero se titula ¨Extractos de Galeno¨, corresponde a una síntesis de las enseñanzas más importantes del médico griego (cerca de 100 libros), cuyo objetivo era facilitar su estudio y comprensión por los estudiantes de medicina.

El segundo se titula ¨Comentario sobre los aforismos de Hipócrates¨, obra la cual comenta y disiente con  Hipócrates y Galeno algunas  de sus observaciones, por ejemplo, critica la afirmación de Hipócrates ¨un varón nace del ovario derecho y una mujer del izquierdo¨.

Su tercera obra y más voluminosa, se titula ¨Aforismos médicos de Moisés¨. Incluye 1.500 aforismos organizados en 25 capítulos, cada uno versando sobre un área diferente de la medicina, tales como anatomía, fisiología, patología, sintomatología y diagnóstico, etiología de enfermedades y terapéutica, fiebres, flebotomías, laxantes y eméticos, cirugía, ginecología, higiene, dietética, farmacología y curiosidades médicas.

Completan su obra médica una serie de tratados, titulados ¨Tratado sobre las hemorroides¨,¨ Tratado sobre el coito¨, ¨ Tratado sobre el asma¨, ¨ Tratado sobre los venenos y sus antídoto¨, ¨ Tratado sobre el régimen de la salud¨, ¨ Tratado sobre las causas de los síntomas¨ y la obra ¨Comentario sobre los nombres de las drogas¨, glosario de 450 párrafos cortos que incluye nombres de drogas en árabe, griego, sirio, persa, beréber y español.

En el área de la Infectología, Maimónides describió numerosas enfermedades, signos y síntomas, destacándose abscesos, blefaritis, carbunco, conjuntivitis, disentería, gangrena, hepatitis, lepra, neumonía y sepsis, entre otras.

En las postrimerías del reinado de Saladino, el ¨cólera morbo¨ se declaró en El Cairo, procedente de la India, afectando a un gran número de personas (el número de hospitalizados habría excedido los 1.500).

Para combatir los vómitos y la diarrea que provoca esta enfermedad, Maimónides dispuso la preparación de una bebida compuesta de goma de Arabia, arroz y corteza de pan, posiblemente una de las primeras soluciones rehidratantes conocidas.

Proscribió la ingesta de carnes descompuestas y alimentos que desprenden olor, recomendando la higiene y el aseo.

Encarnó las virtudes a alcanzar por quienes practican la medicina: humanitarismo, intelectualidad y dedicación.

Maimónides falleció el día 13 de diciembre de 1204 en El Cairo, a los 69 años.

Su muerte fue sentida por judíos, cristianos y musulmanes, quienes guardaron un riguroso luto en su memoria.

Cumpliendo el deseo de su padre, su hijo Abraham trasladó su cadáver a Tiberíades, donde fue sepultado.

El Juramento Médico de Maimónides:

Es reconocido por muchos como lo más cercano al ideal de la profesión médica.

“Ahora me dispongo a cumplir la tarea de mi profesión. Asísteme, Todopoderoso, para que tenga éxito en esta gran empresa.

Que siempre me inspire el amor a la ciencia y a sus criaturas.

Que en mi afán no se mezcle la ansiedad de dinero y el anhelo de gloria o fama, pues estos son enemigos de la verdad y del amor al hombre, y me podrían también llevar a errar en mi tarea de hacer el bien a mis semejantes.

Conserva las fuerzas de mi cuerpo y de mi alma para que siempre y sin desmayo este dispuesto a auxiliar y asistir al rico y al pobre, al bueno y al malo, al enemigo y al amigo. En el que sufre, hazme ver solamente al hombre.

Alumbra mi inteligencia para que perciba lo existente y palpe lo escondido e invisible.

Que yo no descienda y entienda mal lo visible y que tampoco me envanezca, porque entonces podría ver lo que en verdad no existe. Haz que mi espíritu esté siempre alerta, que junto a la cama del enfermo ninguna cosa extraña turbe mi atención, que nada me altere durante los trabajos silenciosos.

Que mis pacientes confíen en mí y en mi arte; que obedezcan mis prescripciones e indicaciones. Arroja de su lecho a todos los curanderos y la multitud de parientes aconsejadores y sabios enfermos, porque se trata de personas crueles que con su palabrerío anulan los mejores propósitos de la ciencia y a menudo traen la muerte a tus criaturas.

Cuando médicos más inteligentes y sabios quieran aconsejarme, perfeccionarme y enseñarme, haz que mi espíritu les agradezca y obedezca, pero cuando tontos pretenciosos me acusen, haz que el amor fortifique plenamente mi espíritu para que con obstinación sirva a la verdad sin atender a los años, a la gloria y la fama, porque el hacer concesiones traería perjuicio a tus criaturas.

Que mi espíritu sea benigno y suave cuando camaradas más viejos, haciendo mérito a su mayor edad, me desplacen y befen, ofendiéndome, me hagan mejor. Haz que también esto se convierta en mi beneficio, para que conozca algo que no sé, pero que no me hiera su engreimiento: son viejos y la vejez no es un freno para las pasiones.

Hazme humilde en todo, pero no en el gran arte. No dejes despertar en mí el pensamiento de que ya sé lo suficiente, sino dame fuerza, tiempo y voluntad para ensanchar siempre mis conocimientos y adquirir otros nuevos. La ciencia es grande y la inteligencia del hombre cada vez cava más hondo”. |

Su actitud hacia la práctica de la medicina se fundamentó en sus profundas creencias religiosas, las cuales transformaron la preservación de la salud y de la vida en un mandato divino.

La profunda intelectualidad y especialmente la espiritualidad de Maimónides fueron dos elementos cuya conjunción le elevaron a la categoría de médico excepcional y ejemplar.

Fuentes:

Galenus :https://www.galenusrevista.com/?Maimonides-Medico-de-principes-y Real Academia de la historia https://dbe.rah.es/biografias/12679/maimonides. Cuspide-https://www.cuspide.com/9788472457539/Maimonides-Joel Kraemer Galenus :https://www.galenusrevista.com/?Maimonides-Medico-de-principes-y Scielo :https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-10182009000500013 Rev. chil. infectol. v.26 n.4 Santiago ago. 2009:http://dx.doi.org/10.4067/S0716-10182009000500013-Jaime Cerda L

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