Un estudio de ISGlobal confirma la presencia de noma en Mozambique y alerta de que el problema es global.
La palabra “noma” viene del griego “numein”, que significa devorar, roer.
Investigación
Un equipo investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, ha documentado por primera vez la presencia de la enfermedad de noma en Mozambique.
El estudio, publicado en BMJ Global Health, muestra que esta devastadora enfermedad, prevenible y tratable, sigue afectando a comunidades en situación de pobreza extrema, pasando inadvertida para los sistemas de salud.
El trabajo concluye que la situación no es exclusiva de Mozambique: allí donde hay pobreza, probablemente hay noma.
Aunque el continente más afectado es África, también se han notificado casos en Asia, las Américas y otras regiones
El noma
El noma, también conocido como cancrum oris o estomatitis gangrenosa, es una infección multibacteriana oral que destruye rápidamente los tejidos de la boca y de la cara, pudiendo ser mortal en sólo dos semanas si no se trata.
Comienza como una lesión de los tejidos blandos (llaga) de las encías, evolucionando hacia una gingivitis necrotizante aguda, que progresa rápidamente a gangrena destruyendo los tejidos blandos, luego los tejidos duros y la piel de la cara.
En general se considera que es una afección oportunista y no contagiosa.
Afecta sobre todo a niños y niñas, entre 2 y 6 años, que viven en condiciones de pobreza extrema, bajo condiciones de desnutrición, con una higiene bucal deficiente y tras infecciones como el sarampión o la malaria.
El noma también puede presentarse en adultos inmunodeprimidos debido al VIH, la leucemia y otras enfermedades.
Secuelas
Quienes sobreviven arrastran de por vida secuelas físicas, funcionales y sociales que generan un fuerte estigma.
Entre ellas secuelas estéticas y funcionales, como desfiguración facial, dificultades para respirar, deglutir y hablar, así como deficiencias visuales.
Las secuelas de Noma sólo se pueden tratar mediante cirugía reconstructiva por equipos multidisciplinares de cirujanos maxilofaciales y plásticos.
Aunque puede prevenirse y tratarse con antibióticos y apoyo nutricional en sus primeras fases, si no se aborda a tiempo la tasa de mortalidad alcanza el 90%.
Enfermedad Tropical Desatendida (E.D.T.)
En el 2023, la OMS reconoció oficialmente al noma como una Enfermedad Tropical Desatendida, un paso clave para impulsar la investigación y la acción global.
Sin embargo, sigue siendo una enfermedad invisible en muchos países.
Primeras evidencias en Mozambique
El equipo de ISGlobal, en colaboración con el Programa de Salud Oral de la provincia de Zambezia, en Mozambique, y la Universidad de Navarra, ha aportado las primeras evidencias empíricas de que el noma existe en este país africano, pese a que hasta ahora no había sido documentado en la literatura científica.
Durante cinco semanas de trabajo de campo en la provincia de Zambezia, el equipo puso en práctica una estrategia de búsqueda activa de casos.
Campaña que se inspiró en la campaña de erradicación de la viruela: mostrar posters con imágenes de las secuelas del “noma” a profesionales de salud y grupos de personas en mercados y centros de salud para preguntar si conocían a alguien que hubiese sufrido la enfermedad.
Se identificaron 21 supervivientes, algunos con secuelas que datan de los años setenta y dos casos agudos fueron atendidos en el hospital de referencia.
Incidencia-Prevalencia y Letalidad
Las cifras mundiales de incidencia, prevalencia y letalidad que la OMS calculó en 1998 (incidencia de 140 000 casos al año, prevalencia de 770 000, letalidad del 90%)
A partir de los casos detectados en esta investigación, el equipo pudo calcular una tasa aproximada de incidencia de 13,7 casos por cada 100.000 niños menores de nueve años.
Esta cifra es similar a otras estimaciones de incidencia en Etiopía y Nigeria.
Si además, se tiene en cuenta que la mortalidad sin tratamiento ronda el 90%, el equipo investigador calcula que en la provincia de Zambezia se producen al menos 200 casos anuales en menores de nueve años.
En otras palabras: las cifras oficiales representan solo la punta del iceberg.
Una enfermedad que refleja inequidades
El “noma” no es contagioso, pero su aparición está íntimamente ligada a determinantes sociales de la salud: pobreza, malnutrición, falta de vacunas, infecciones recurrentes y un acceso limitado a servicios médicos de calidad.
Los testimonios recogidos en Mozambique muestran además que muchas comunidades interpretan la enfermedad como brujería o castigo, lo que estigmatiza a los pacientes y puede retrasarla búsqueda de atención médica.
Más allá de Mozambique
Aunque este estudio se centra en un país concreto, sus conclusiones son extrapolables: allí donde hay pobreza, hay “noma”.
Declaraciones
Marta Ribes, investigadora de ISGlobal y primera autora del es vulnerables, invisibilizadas incluso en las estadísticas de salud global, refirió:
“Que no existan registros no significa que no exista la enfermedad, sino que no se están poniendo esfuerzos en identificarla”. “Nuestro trabajo pone de manifiesto que, al igual que en Mozambique, el noma probablemente está presente en muchos otros lugares donde la pobreza expone a los niños al riesgo de padecerlo.
Además, este estudio valida una forma sencilla y de bajo coste para detectar casos en estos lugares, que permita crear las primeras evidencias para exigir políticas de salud pública para combatir la enfermedad”.
Carlos Chaccour, coautor e investigador de ISGlobal en el momento del estudio, señaló:
“Este estudio demuestra que, con herramientas sencillas se pueden detectar enfermedades invisibles para los sistemas sanitarios…”.
Comentarios finales
La falta de diagnósticos y de información refleja el abandono de comunidades vulnerables, invisibilizadas incluso en las estadísticas de salud global.
Los y las autoras subrayan la necesidad de aumentar la sensibilización entre profesionales sanitarios, desarrollar planes nacionales de vigilancia y garantizar recursos para la detección precoz y el tratamiento.
Con higiene bucal, antibióticos y soporte nutricional a tiempo, el noma es prevenible y curable.






















































