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06/04/2023

Rugby infantil – Entrenamiento de fuerza

Por DOCMED

. Lectura de 4 minutos

El entrenamiento de fuerza para niños cuando se da en un entorno seguro y supervisado puede ser muy productivo.

No hay una edad mínima para que un niño comience a entrenar siempre que se enfaticen los métodos adecuados de entrenamiento y sea supervisado.

La mejora del rendimiento y la prevención de lesiones son las dos razones claves para incluirlo en el programa de entrenamiento infantil.

Si bien se puede introducir en una edad muy temprana de entrenamiento, la clave es su formato. Los niños disfrutan jugando y cuando los juegos y actividades divertidas están diseñadas de manera adecuada se puede esperar ver ganancias de fuerza en los niños.

Los ejercicios apropiados relacionados con la fuerza para los niños pueden incluir cualquier ejercicio de peso corporal donde el niño aprende a manejar su peso corporal durante una serie de actividades estáticas y dinámicas.

También se pueden incorporar pesas y mancuernas al entrenamiento de fuerza siempre que el niño esté listo para avanzar y pueda mantener una buena técnica con la resistencia adicional.

La ganancia de fuerza se producirá a través del aprendizaje motor, las mejoras en la coordinación motora y mediante un movimiento más eficiente.  No es raro ver mejoras en la fuerza sin cambios notables en la composición corporal.

La fuerza es un factor clave para el desempeño en el rugby. Los jugadores más fuertes pueden correr más rápido, saltar más alto y son capaces de resistir/aplicar más las grandes fuerzas de contacto comunes en el juego.

La infancia es un buen momento para aprender movimientos y técnicas ya que este aprendizaje de movimientos solo se dificulta con la edad.

Si los entrenadores desarrollan adecuadamente y con cuidado la fuerza en sus jugadores infantiles estos niños tendrán una base adecuada en  la capacidad física más importante para los deportes y el rendimiento en el rugby.

La propia selección del tipo de ejercicio dependerá de la competencia técnica, objetivo de entrenamiento, medidas antropométricas del niño o adolescente y de los recursos disponibles.

En todos los casos la prioridad será fijar patrones técnicos correctos, en variedad de ejercicios con resistencias bajas, tanto mono como multiarticulares y levantamientos olímpicos.

La niñez es considerada un periodo crucial para desarrollar la suficiente competencia motriz, durante estos años la coordinación neuromuscular es más susceptible de cambiar.

Los ejercicios seleccionados para la sesión deberán permitir una implicación repartida de los grupos musculares principales de todo el cuerpo, de forma equilibrada (balance muscular agonista-antagonista).

Especial atención merecen aquellos ejercicios específicos para la musculatura estabilizadora del tronco o core.

Respecto del orden de ejecución de los ejercicios en la sesión de entrenamiento, se recomienda empezar primero por aquellos ejercicios de mayor demanda o complejidad técnica y producción de potencia (v. g.: levantamientos olímpicos o ejercicios secuenciales y pliométricos).

Se deben realizar primero aquellos ejercicios para grupos musculares grandes y centrales, antes que los ejercicios para grupos musculares pequeños y periféricos, o lo que supone lo mismo, realizar los ejercicios que demanden un mayor número de grupos musculares, por ser poliarticulares, antes que los monoarticulares.

El orden de los ejercicios debe organizarse en función de los objetivos perseguidos, a la vez que aquellos ejercicios que se estén aprendiendo deberán realizarse siempre sin fatiga y, por tanto, irán al inicio de la sesión.

La recomendación general, para sujetos jóvenes sin experiencia previa de entrenamiento de fuerza, es realizar inicialmente de 1-2 series por ejercicio. A medida que se adquiere experiencia de entrenamiento podemos progresar hasta completar de 3 a 4 series por ejercicio.

 La condición que siempre deberá cumplirse será poder mantener una correcta competencia técnica, durante todas y cada una de las series y repeticiones realizadas, antes de incrementar este componente de la dosis del entrenamiento.

Por esta razón, es clave que el técnico responsable de la supervisión realice feed-back frecuentes durante la ejecución de los ejercicios más complejos.

Respecto del número de ejercicios por sesión de entrenamiento, y considerando que deberá haber un reparto equilibrado para todo el cuerpo, se recomienda hacer de 3-8 ejercicios por sesión según las características de los ejercicios, objetivo de entrenamiento y nivel de experiencia de entrenamiento acumulada.

Es necesario que los incrementos del volumen de entrenamiento se realicen con cuidado, con respecto a la tolerancia individual al estrés de cada niño, para evitar síntomas de sobrecarga y/o lesiones agudas.

La relación entre el número de ejercicios en función de las regiones corporales sobre los que van a distribuirse los mismos, recomendamos que se realicen sesiones generalmente globales (es decir, que permitan entrenar todos los grandes grupos musculares en la misma sesión mediante acciones motrices de empuje y tracción que impliquen al hemisferio superior y/o inferior).

Durante la niñez y prepubescencia los mecanismos fisiológicos responsables y atribuibles a estas mejoras de fuerza son principalmente de tipo neuronal, mientras que a medida que avanza la pubertad los mecanismos explicativos asociados a tales incrementos apuntan poder ser tanto de tipo neural como estructural (incrementos del tejido magro y sección transversal muscular).

Fuentes:

Imagen: Rugby.com.ar : https://rugby.com.ar/modificaciones-al-reglamento-nacional-de-rugby-infantil -Asociación Civil de Medicina del Deporte de la Provincia de Buenos Aires- ACMDBA / REVISTA #53 /ABRIL 2023/ Dr Santiago Kweitel -https://www.flipsnack.com/FA597A99E8C/b53_abril23_acmdba/full-view.html -Universidad de Favaloro- Diplomatura en Medicina Deportiva Pediátrica- RUGBY, Aprendiendo a entrenar-Jefe TP: Lemmes, Gabriel- 2022.

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