La obra médica de Averroes, constituye una de las piezas imprescindibles de un sistema construido a lo largo de los siglos, superponiendo conocimientos procedentes de otros troncos culturales, estudiados por los árabes.
Para ellos las ciencias se dividen en dos tipos bien diferenciados: en el primero, las¨ ciencias árabo-islámicas¨, relativas a la religión o bien a la tradición literaria propia y en el segundo, las denominadas «ciencias de los antiguos» heredadas de culturas ajenas a la árabe, como la india, la persa o, sobre todo, la griega.
Integran dichas «ciencias de los antiguos» la filosofía, las ciencias exactas y naturales, la ingeniería mecánica y, por supuesto, la medicina.
Por lo que respecta a Al-Andalus, el período de dominio almorávide y almohade constituye la época más floreciente de la medicina andalusí.
Si bien, la segunda mitad del siglo X vió crecer la figura mayestática del médico Abu-1-Qasim al Zahrawi, el Abulcasis de las traducciones latinas, famoso por sus estudios farmacológicos y, por su tratado sobre cirugía , la etapa de los reinos de taifas produjo la desaparición casi total de la práctica médica.
No es hasta bien entrado el siglo XI y a lo largo de todo el XII, cuando se produce una nueva eclosión de la médicina.
Averroes afirma en su Cántico de Avicena: «El arte de la medicina es un arte operatorio fundado sobre principios verdaderos, por medio del cual, se busca la conservación de la salud y el alejamiento de la enfermedad en un cuerpo cualquiera».
Ibn Rushd, sentía una mayor preocupación por la formación teórica del médico, se encuentra en consonancia con un hombre que, aun que ejerció como médico, era ante todo un filósofo con intereses enciclopédicos.
Creyendo más valiosa y sustancial la tarea del filósofo que la del médico, Averroes tomó partido siempre por Aristóteles en las divergencias con Galeno a propósito de ciertos aspectos de la fisiología.
La obra médica de Averroes admite dos grandes divisiones:
En primer lugar hallamos los comentarios a Galeno, a Aristóteles y a Avicena, el segundo bloque incluye la obra médica averroísta que podríamos considerar como estrictamente original, y encontramos los siguientes textos:
l.Kitabal-Kulliyyatal-tibbiyya o Libro sobre las generalidades de la Medicina, traducida al latín bajo el título de ¨Colliget¨.
- Sobre la triaca.
- Aserto sobre los diversos temperamentos.
- Sobre el momento de la crisis.
- Sobre la conservación de la salud.
- De spermate, edición latina de Venecia de 1567.
- Canones de medicinis laxativis , manuscrito latino contenido en la Biblioteca Nacional de París, 6949.
- Sobre los venenos, ediciones latinas.
- Aserto sobre la respiración.
- Compendio del libro de Galeno, acerca de los signos y las causas de los miembros dolorosos, manuscrito de El Escorial 8492.
- Consejos sobre la disentería, versión hebrea. Manuscrito árabe (Bodleian Library, Oxford).
- Sobre la complexión equilibrada.
- Sobre !a fiebre intermitente.
- Sobre las fiebres infectas.
- Sobre los medicamentos del Kulliyyat, escrito en colaboración con Ibn Tufayl.
- Sobre el animal.
El Kitab a l-Kulliyyat al-tibbiyya, conocido en el mundo latino bajo el título ¨Colliget¨, obra cimera de la producción médica de Averroes, está dividido en siete grandes volúmenes o bloques temáticos, siguiendo el Canon de Avicena:
- Anatomía, o conocimiento de las partes del cuerpo humano que pueden ser percibidas y, por lo tanto, descritas.
- Fisiología, o sobre el funcionamiento normal del cuerpo humano y de cada uno de sus componentes, categorías que, unidas, constituyen el estado de salud.
- Patología, o descripción y sistematización de las enfermedades.
- Semiótica, o análisis de los síntomas y síndromes.
- Terapéutica, o el arte de curar, en el que se describen los distintos regímenes dietéticos y las características de los diferentes fármacos.
- Higiene, o sobre las necesarias condiciones para el mantenimiento de una buena salud.
- Medicación, o descripción de los distintos medicamentos o tratamientos y su aplicación a los padecimientos concretos de la salud
Averroes independiza en su clasificación la anatomía de la fisiología, contradiciendo con ello el parecer de Galeno.
En realidad, el filósofo médico de Córdoba sigue los criterios de Aristóteles, aceptados también por Al-Farabi, para quien el cuerpo humano condiciona el movimiento, razón por la cual todo estudio médico ha de partir de la anatomía.
La dietética ocupa una parcela importante en el pensamiento médico de Averroes.
Mantiene el criterio de que el secreto de la salud reposa en dos elementos: la correcta alimentación y la buena evacuación de las diferentes sustancias tóxicas.
En el texto titulado ¨Sobre la conservación de la salud¨, Averroes enumera, de forma prolija los alimentos más saludables.
Entre los pescados recomienda los del mar y, desaconseja aquellos que proceden de los ríos que circundan o atraviesan las ciudades; entre las carnes, las de gallina, perdiz y la de terneros lactantes; en cuanto a las frutas, es partidario de los higos y las uvas.
Considera que todas las verduras, a excepción de la lechuga, provocan en el quimo alteraciones de distinta consideración.
Entre los alimentos más recomendables cita el pan, elaborado con trigo de la mejor calidad.
Averroes, siguiendo las normas dietéticas de Galeno, desaconseja la ingestión de especias, aduciendo, al igual que hace el médico griego, que no nutren.
Sobre la cantidad de alimentos a ingerir y la distribución de éstos en las diferentes comidas, aboga por no cargar el estómago en exceso y recomienda realizar tres comidas al día, sostiene, que siempre se han de tomar en primer lugar las sopas de hortalizas, en especial las de acelgas.
Averroes señala los tres medios más eficaces para expulsar los excedentes tóxicos del cuerpo: el ejercicio físico, el baño y el masaje.
Considera central realizar dieta, tanto para conservar la salud, como para recuperarla.
¨Colliget¨ se alinea con los fundamentos higiénicos que el ¨Corán¨ dicta a los fieles, al adoptar «un modo de vivir adecuado a la total perfección de la persona«.
El honor que le cabe a nuestro médico filósofo es el de haber sido capaz de elogiar ya en época almohade, las virtudes del aceite de oliva, hoy tan pregonadas.
Entre sus logros más destacados como médico y teórico están: la primera explicación de la función de la retina, su observación de la metástasis o transmigración del reuma de los brazos a los intestinos y el descubrimiento, de lo que más tarde se convertiría en la base de las vacunas, al reconocer que un ataque de viruela confería una inmunidad subsiguiente.
Un aspecto destaca sobre los demás: como buen aristotélico, todo el conocimiento de Averroes parte siempre de la propia observación. “Lo visible puede permitir atisbar lo invisible”, afirma Ibn-Rushd¨, es la observación, y no las preconcepciones de cualquier orden, las que deben guiar la labor del médico en sus investigaciones.
Averroes define la medicina como el “arte que, arrancando de principios y verdades, busca la conservación de la salud y la curación de las enfermedades”. Arte, aquí, en su sentido clásico, como técnica o procedimiento.
El conocimiento de las cosas se logrará cuando lleguemos a descubrir sus principios, sus elementos y sus causas, los tres pilares sobre los que construirá la doctrina que sostiene el Kulliyyât.
Del ¨Kitabal- Kulliyyât al-Tibb¨, o ¨Libro sobre las generalidades de la Medicina¨ (Colliget en su síntesis latina), se hicieron numerosas ediciones en árabe, hebreo y latín, coincidiendo las últimas, con la aparición de las primeras ediciones de Vesalio y Fernel, en los inicios del Renacimiento.
El Colliget fue un libro de referencia en varias universidades cristianas de la época. En la Universidad de Padua-Bollogna, se utilizó como libro central en los estudios de Medicina.