Durante siglos, el hombre ha especulado acerca de la causa de la gripe, atribuyéndola a las estrellas, al tiempo, a los miasmas (efluvio dañino que emana de materias en descomposición o aguas estancadas) e incluso a la ira de algún dios.
TIPOS DE VIRUS DE LA GRIPE: A, B y C.
Los virus gripales de tipo A infectan a los humanos y animales en formas muy diferentes.
Los virus gripales de tipo B solo circulan entre las personas y causan las epidemias estacionales.
Los virus gripales de tipo C pueden infectar tanto a las personas como a los porcinos, pero la infección suele ser leve y por lo general no se notifica.
El ser humano puede contraer el virus de la gripe aviar y otros virus de la gripe de origen zoonótico, como el virus de la gripe aviar de los subtipos A(H5N1), A(H7N9) y A(H9N2) y el virus de la gripe porcina de los subtipos A(H1N1) y A(H3N2).
Los virus de la gripe de tipo A se dividen en subtipos según las combinaciones de diferentes subtipos de dos proteínas de superficie, la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N). Hay 18 subtipos diferentes de hemaglutinina y 11 de neuraminidasa.
En función del huésped original, los virus de la gripe de tipo A se pueden clasificar como aviares, porcinos o de otros animales.
Las infecciones humanas se contraen principalmente a través del contacto directo con animales infectados o medios contaminados, aunque no dan lugar a una transmisión eficiente de los virus entre las personas.
No hay datos que indiquen que el virus de la gripe aviar y otros virus de la gripe de origen zoonótico puedan infectar a las personas si los alimentos que consumen han sido bien cocinados.
La mayoría de los casos de infección humana por los virus A(H5N1) y A(H7N9) se han relacionado con el contacto directo o indirecto con aves de corral infectadas, vivas o muertas.
VIRUS GRIPE A: GRIPE RUSA:
Se duda sobre el origen de esta pandemia, se atribuyó la enfermedad al virus influenza A de origen aviar subtipo H3N8.
Los primeros casos de esta afección se reportaron en diciembre de 1.889 en San Petersburgo, aunque se discute si se originó en Siberia o en Turquestán. Se extendió rápidamente a Paris, Berlín, Londres, Madrid y Viena.
En enero de 1.890 ya había cruzado el Océano Atlántico y se difundía por América; en marzo llegaba a Australia.
Lo cierto es que 70 días más tarde llegaba a Norteamérica (Nueva York y Boston) consideradas ambas ciudades, por la importancia de sus puertos, las más receptoras de población inmigrante procedente de Europa y en 4 meses había llegado a todo el mundo.
Viajaba a una velocidad sorprendente y la culpa la tenían los avances en transportes y en las redes de comunicación propiciados por la revolución industrial y el desarrollo comercial.
El ferrocarril, los tranvías y los barcos habían acortado las distancias y el mal viajaba en ellos.
Se le otorga una gran influencia a las redes de comunicación ferroviaria en la propagación de la enfermedad, ese mismo año se completaron alrededor de 1.500 kilómetros del Ferrocarril de Asia Central también llamado “Trans Caspian Railway” por un ramal desde Boskhara llegó a San Petersburgo ,Finlandia y Europa y por otro ramal a Siberia.
Para evitar el contagio de la enfermedad se cerraron colegios, escuelas y universidades con el consiguiente adelanto de las vacaciones de navidad
Los hospitales resultaron insuficientes para atender a los miles de contagiados, fue necesaria la instalación de hospitales de campaña en jardines y patios.
La gripe rusa evolucionó en tres brotes (como lo haría años más tarde la gripe española), con una última aparición en 1.894.
Infectó a más de 20.000.000 de personas y ocasionó aproximadamente un millón de muertes.
VIRUS DE LA GRIPE A: GRIPE ESPAÑOLA
El siglo XX comenzó con la gripe llamada “Española”, que mató en 7 meses -de septiembre de 1.918 a abril 1.919- a cinco veces más personas que los combates de la primera Guerra Mundial.
Fue causada por un virus de origen porcino subtipo H1N1 con genes de origen aviar. Aunque no existe un consenso universal sobre dónde se originó el virus, se propagó por todo el mundo durante 1918-1919.
Los primeros casos se registraron en Estados Unidos en marzo de 1.918, en Fort Riley, en el estado de Kansas, uno de los muchos centros de instrucción de las tropas que se enviaron a Francia
El país llevaba once meses en guerra contra Alemania y las potencias centrales, y su exiguo ejército se había convertido en un enorme contingente que acabaría sumando más de dos millones de efectivos enviados a Europa.
Muchos soldados enfermos abordaron los barcos y se considera que 20% de ellos murió durante el viaje.
Las abarrotadas trincheras y campamentos de la primera guerra mundial se convirtieron en el hábitat ideal para la epidemia. La infección iba desplazándose con los soldados. .
Lo que permitió la segunda ola fue el movimiento marítimo de tropas aliadas portadoras del virus desde las estáticas trincheras del frente occidental o desde el Étaples (Pas-deCalais, Francia), donde un campamento hospitalario concentraba gran cantidad de enfermos de gripe y de afectados por gas mostaza.
Fue bautizada así porque España se mantuvo neutral en la Gran Guerra y la información sobre la pandemia circulaba con libertad, a diferencia de los demás países implicados en la contienda que trataban de ocultar los datos.
Esta virulenta cepa del virus de la gripe se extendió por todo el mundo al mismo tiempo que las tropas se repartían por los frentes europeos.
La mayor parte de las muertes fue atribuida a la neumonía, ya fuera directamente provocada por el virus o por una infección secundaria de otro patógeno.
Los sistemas de salud se vieron desbordados y las funerarias no daban abasto, buena parte de los fallecidos acabaron en fosas comunes.
La mortalidad fue alta en personas menores de 5 años, de 20 a 40 años y de 65 años o más.
La Pandemia de influenza de 1.918 fue la más grave de la historia.
Se estima que alrededor de 500 millones de personas, un tercio de la población mundial, se infectaron con este virus.
Se calculó que el número de muertes fue entre 50 y 100 millones en todo el mundo.