Nominó al cirujano mayor del Ejército, Francisco Puig, y al boticario mayor Luis Blet para que examinaran y reconocieran los títulos de los facultativos.Para cumplir la disposición, el Virrey puso a disposición de Puig un sargento y ocho soldados.
La fundación del Protomedicato en el Río de la Plata fue impulsada por el médico irlandés Miguel Gorman ( O´Gorman), nacido en 1748 en la costa oeste de Irlanda, con estudios en las Universidades de Reims y París, en Francia.
En 1774, Gorman revalidó su diploma en España y fue designado “primer médico” en la expedición a Argel contra los moros. De regreso en España, estuvo a cargo de la organización sanitaria de la poderosa expedición de Pedro de Cevallos con más de 9000 hombres y veinte buques de guerra.
Debido a disputas internas con otros integrantes de aquella tripulación, el irlandés debió quedarse en Montevideo al llegar al Río de la Plata. No tardó en notar el precario estado de higiene y salud en que se encontraban sus habitantes y así lo reportó a diversos funcionarios.
En julio de 1777, escribió a Juan Gómez, médico de cámara del rey, manifestando el desorden, impericia e ignorancia en que estaban sumidos los habitantes del Río de la Plata:
“Todos visitan y recetan como médicos y ninguno tiene práctica, estudio, examen ni aprobación y por lo mismo comprendo que es muy preciso que en Buenos Aires, como capital de nuevo virreinato, se estableciese el Tribunal de Protomedicato, en los mismos términos que lo hay en Lima”.
En Montevideo, trabó una muy fructífera amistad con Juan José Vértiz y Manuel Ignacio Fernández. Fue una suerte para el desarrollo de la medicina en estas tierras, ya que Vértiz no tardó en ser nombrado Virrey, a quien recurrió el médico irlandés proponiéndole la instalación de un Protomedicato en Buenos Aires.
Vértiz accedió a su establecimiento, siendo creado provisoriamente el 1º de febrero de 1779.
Encargó a su subordinado Manuel Ignacio Fernández tramitar la aprobación real para un Protomedicato definitivo, consiguiéndolo posteriormente el Virrey Vértiz, con el apoyo de Fernández.
Gorman juró como protomédico pocos días después, instalando el tribunal en dos piezas bajas del Colegio de San Carlos, también llamado Real Convictorio Carolino, en la Manzana de las Luces.
La institución se inauguró, aunque sin aprobación del rey, el 17 de agosto de 1780.
El Protomedicato tenía entre sus múltiples atribuciones la revalidación de títulos; la información sobre problemas médicos; la difusión de medidas que debían tomarse para combatir epidemias, la fijación de aranceles médicos y de medicamentos, el tratamiento de denuncias por mal desempeño de la medicina, la persecución de curanderos y otras prácticas condenadas, la fiscalización de extranjeros que arribaban, el examen de esclavos y el examen de quienes pretendían ejercer la medicina, como médicos, cirujanos, boticarios, sangradores.
Contaba Vértiz en su Memoria:
“Otro de los establecimientos que me dictó la humanidad fue el del Real Protomedicato que se erigió en esta Capital, pues el de todo el Perú estaba según la Ley de Indias, unido y anexo a la cátedra de Primera Medicina de la Universidad de Lima; aquel Protomedicato descuidaba en estas partes extremadamente sus obligaciones y aún se dio casos de que a algunos que aquí habían de ejercitar la materia médica los aprobase sin examen y comparecencia personal ante él, contraviniendo a otra expresa disposición de las mismas leyes y en cuya virtud les retiré sus nombramientos, de modo que este experimental conocimiento y la reflexión de que a la distancia de mil leguas nunca podría remediar bastantemente los desórdenes que perjudicaban la salud y conservación de los vasallos del Rey y menos precaver el desarreglo de las boticas, estando siempre a la mira de la bondad de los medicamentos y composiciones, y de la equidad de los precios de esta inaveriguable y enmarañada administración, me indujeron con precisión a no desamparar unos objetos tan importantes como es mantener para la sociedad la vida del ciudadano y aprovecharse la oportunidad de hallarse aquí el Primer Médico de la Expedición a esta América Meridional Dr. Don Miguel de Gorman mandado detener para el arreglo de los hospitales y economizar sus consumos.
Con esta ocasión y por la muy notoria suficiencia y conducta de este Profesor de Medicina, le despaché título de Real Protomédico, concediéndole cuantas facultades corresponden por las leyes a este empleo y con la extensión y distrito de todo el Virreynato¨.
En diciembre de 1778, llegaba la Orden Real que confirmó la designación, pero en diciembre del año siguiente, el Protomédico de Lima protestaba ante el Rey, aduciendo que en la ciudad de Buenos Aires, Provincia de Tucumán y otras inmediatas, no se encontraban Profesores de Medicina, porque habituadas las gentes de esos países a los remedios conocidos y aprobados en su práctica, no procuran proveerse de facultativos y fomentarlos para que los asistan en sus dolencias…
Aunque en los Suburbios de otras Ciudades, otros pueblos y Provincias que comprende este Virreinato nuevo de Buenos Aires, escasean los Profesores de Medicina, proviene esto de la misma causa que antes se ha expuesto, porque siendo los principales habitantes de Nación Indios y mixtos de ella, padecen ciertos accidentes conocidos, contra quien la misma naturaleza ha indicado los remedios específicos, minerales, vegetales y animales, que distinguen bien sus prácticos.
De esta suerte no extrañan esos provincianos a los facultativos, ni estos se acomodarían a ejercer su facultad entre ellos porque nunca corresponderían los emolumentos a la importancia de su trabajo y pericia, ni serían bastantes para poder cómodamente costear su subsistencia.
Desde Lima llegó D. Antonio Corbello, trayendo una designación del Protomédico de Lima que lo nombraba Teniente Protomédico en Buenos Aires. Vértiz rechazó esa designación y querelló ante el Rey, abriendo un pleito que duraría varios años. Quedaba, otra vez, claramente expresada la relación difícil de los habitantes de los territorios del Plata con las instituciones virreinales del Perú.
El 1º de febrero de 1779, un decreto del Virrey Vértiz designaba a Gorman Protomédico General y, después del enojoso asunto con Corbello, que exhibía su nombramiento de Teniente Protomédico expedido por el Protomédico de Lima, lo ponía solemnemente en posesión de su cargo el 17 de agosto de 1780. La nacionalidad de Gorman no era un problema para Vértiz, que lo conocía y apreciaba, pero generaba resistencias en España.
En la ceremonia de toma de posesión de su cargo, Gorman pronunció su “Oratio nuncupatoria pro felece inauguratione. Tribunalis Protomedicatus in civitate Bonaerensis”, conferencia en latín de media hora de duración.
En agosto de 1783 el Consejo de Indias aconsejó al Rey que se aprobase “lo obrado por el Virrey”, y S.M. lo aprobó en forma reservada, convencido de la conveniencia de que existiese un Protomedicato en Buenos Aires, pero con dudas acerca de Gorman, por su nacionalidad.
En ese momento, se decidía el reemplazo de Vértiz por el marqués de Loreto. La real resolución dice:
“Aunque el Rey se conforma con el dictamen del Consejo en cuanto al establecimiento del Protomedicato independiente en Buenos Aires no se resuelve ahora a confirmar el nombramiento del Virrey Vértiz en Gorman por su calidad de extranjero; y quiere S.M. que se dé orden al Marqués de Loreto con referencia de los hechos anteriores, para que informe reservadamente después de haber observado cuidadosamente la conducta e inclinaciones de Gorman, la patria de éste y demás circunstancias que en él concurran a fin de que se pueda determinar con pleno conocimiento y entretanto reservarse en la Mesa esta consulta.