La Xunta de Galicia quiere prohibir, por ley, a los menores de edad el consumo de bebidas energéticas, partiendo de la Ley de 2010 de prevención del consumo de alcohol en menores.
Estos productos que, en muchas ocasiones se toman en lugar de un refresco, contienen la cafeína equivalente a más de dos tazas de café, y pueden producir desórdenes metabólicos como la obesidad y otro tipo de dolencias de carácter neurológico, psicológico o cardíaco.
Sin embargo, la Xunta quiere ir más allá, tomando medidas para “restringir el acceso de los menores a los cigarrillos electrónicos y a las bebidas energéticas”.
En Galicia, la Ley de Prevención de Adicciones en menores equiparará las bebidas energéticas al alcohol, por lo que no se permitirá la venta y consumo de este tipo de bebidas a personas menores de edad.
También se pondrá el foco “en la publicidad y patrocinios de bebidas energéticas” y “no se podrá dirigir publicidad a la población infantil”.
“Además, en los establecimientos de ventas, las bebidas energéticas no podrán estar localizadas conjuntamente con los refrescos”, concluye.
Se trata de una medida pionera que pretende regular un tema sobre el cual ya se han pronunciado en la misma línea comunidades como Euskadi, Castilla-La Mancha o Valencia.
Por su parte, la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha emitido un comunicado en el que concluye que este tipo de bebidas “no deben ser consumidas en la edad pediátrica”. Los estudios ponen en evidencia que su consumo “se asocia a irritabilidad, insomnio, cefaleas, ansiedad, falta de concentración y patologías metabólicas y cardiovasculares, como taquicardia o aumento de la presión arterial”.
Su consumo, añade la AEP, “abre la puerta a la ingesta de otras sustancias tóxicas y a la promoción de adicciones, ya que es habitual que los adolescentes mezclen las bebidas ‘energéticas’ con alcohol”.
“La regulación por ley del consumo de bebidas energéticas es una iniciativa sin precedentes y necesaria, especialmente en menores de edad”, asegura Ana Belén Crujeiras, directora del grupo de investigación Epigenómica en Endocrinología y Nutrición del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago y miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).
Este tipo de bebidas, explica la experta, “se están consumiendo sin tener en conocimiento de los compuestos que contienen” y la realidad es que “estamos ante una bebida que contiene estimulantes como la cafeína y elevadas cantidades de azúcar”.
“Además, crea adicción por las sustancias estimulantes que contienen”, añade.
Rosaura Leis Trabazo, coordinadora del Comité de Nutrición y Lactancia Materna, también da la bienvenida a la propuesta. “Todas las medidas que fomenten la adherencia a los estilos de vida saludables van a ser de gran ayuda para la lucha contra el sobrepeso y la obesidad y otras patologías frecuentes en nuestra sociedad”, explica.
“Hoy sabemos que las principales causas de morbi-mortalidad guardan relación con estilos de vida no saludables”.
Leis Trabazo recuerda que la OMS y el Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica recomiendan que, en los niños, la ingesta de azúcares no debe superar el 5% del valor calórico total de la dieta y con una de estas bebidas “ya estaríamos sobrepasando esta cantidad, sin contar los demás alimentos azucarados que se consuman en el día”.
Los expertos también señalan que, además de prohibir su consumo, habría que reducir su publicidad, “incidiendo en la necesidad de realizar una educación nutricional y de estilo de vida saludable desde edades tempranas para conseguir un buen estado de salud en la edad adulta”, apunta Crujeiras.
La especialista también cree que “el conocimiento del etiquetado nutricional” es muy importante para que todo el mundo sea capaz de interpretar bien “el efecto que puede tener para la salud un determinado alimento o comida”.
Según la Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES) en el 2021, que estudió el impacto y alcance que tiene el consumo de bebidas energéticas con alto contenido en cafeína. Cuatro de cada diez estudiantes tomaron bebidas de este tipo en los últimos 30 días y la prevalencia era mayor en los chicos, con un 50,7% y en las chicas, se situó en el 39%.
“Respecto a los chicos de 14 años, se observa que el nivel de consumo de bebidas energéticas está próximo a la media del conjunto de los varones (41,1% frente a 50,7%).
Además, se produce un aumento progresivo según avanza la edad, hasta llegar a los 18 años, momento en el que desciende ligeramente este consumo”.
Entre las chicas, el consumo de este tipo es más reducido en cualquier grupo de edad, con la diferencia de que se produce una tendencia diferente a la anterior: “ alcanza su punto máximo a los 15 años (42,3%) y a partir de ahí, experimenta una caída notable que recupera fuerza a los 18 años, aunque ese dato (40,6%) sigue siendo inferior al consumo entre chicas de 14 y 15 años”.
Mezclar bebidas energéticas con alcohol: se observa que el 16,1% de los estudiantes de 14 a 18 años ha consumido esta mezcla en los 30 últimos días, cifra que es superior en los chicos.
La mayor proporción de este consumo, en chicos y chicas, se registra a los 18 años, con una prevalencia de consumo de 22,7% y 18,4%, respectivamente.
Félix Notario, presidente de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA), refiere que “Los adolescentes se mimetizan con gran facilidad con su círculo más cercano, de forma que, si uno consume, los demás le siguen”, comenta y añade: “Ni son refrescos ni son bebidas energéticas, abren la puerta a la ingesta de otras sustancias tóxicas y a la promoción de adicciones.
Es habitual que los adolescentes mezclen las bebidas “energéticas” con alcohol.
Las bebidas energéticas, también conocidas como hipertónicas, neurotizantes o psicoactivas, son bebidas sin alcohol que contienen sustancias estimulantes, y que ofrecen al consumidor disminuir temporalmente la sensación de fatiga y el agotamiento, además, supuestamente aumentan la habilidad mental y de la resistencia física.
Las bebidas energizantes son suplementos dietarios que contienen ingredientes tales como: agua carbonatada, glucuronolactona, vitaminas del Grupo B (tales como B2, B3, B4, B5, B6, B12), taurina, cafeína, guaraná o extracto, azúcar (las versiones no dietéticas), aspartamo (las versiones dietéticas), L-Carnitina, vitamina C, ácido cítrico, acidulantes, ginseng o extracto, betacaroteno, ácido pantoténico, fosfato monopotásico, D–Ribosa, colorante, caramelo, etc. Todo varía según el fabricante y la bebida que se escoja.
Sus efectos, más que energizantes, son estimulantes por sus componentes.
Algunas bebidas energéticas contienen guaraná, que contiene los valores de cafeína más altos que cualquier otra planta del mundo.
En las bebidas que contienen guaraná, el valor real de cafeína es probablemente muy superior al referido en el etiquetaje.
Aportan energía en una cantidad aproximada de 45 kcal/100 ml .
Es una obligación incluir un adecuado etiquetado nutricional en las bebidas una nueva leyenda que dice: “El consumo con alcohol es nocivo para la salud”
La Unión Europea obliga a los estados miembros a etiquetar las botellas o latas de líquidos energéticos que contengan más de 150 miligramos de cafeína por litro, avisando al consumidor que son bebidas “con alto contenido de cafeína”.
No deben ser consumidas en la edad pediátrica.
Los estilos de vida saludables adquiridos en la edad pediátrica son un seguro de salud durante toda la vida.