Grandes cambios en el tratamiento del cáncer de cuello de útero
Pese a los avances en la vacunación y en los tratamientos, el cáncer de cuello de útero sigue representando un desafío, especialmente en países con menores recursos.
Desde hace más de una década se lleva a cabo la administración de vacunas para el virus del papiloma (VPH), causa principal para el desarrollo de cáncer de cuello de útero.
El cáncer de cuello de útero sigue siendo uno de los problemas más relevantes de la salud pública a escala global.
A pesar de los avances en la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) y los programas de detección precoz, esta enfermedad representa todavía la cuarta causa más común de cáncer en mujeres.
El cáncer de cuello de útero (CCU) es un tipo de cáncer causado, en prácticamente el 100% de los casos, por el virus del papiloma humano (VPH). Es frecuente entre las mujeres jóvenes.
Su prevención es posible mediante la vacuna frente al VPH o la detección de lesiones precursoras mediante la citología.
El cáncer de cuello de útero (CCU), cáncer de cérvix o cáncer cervical, consiste en la presencia de células malignas (cancerosas) en los tejidos que forman parte del cuello uterino.
Cuello uterino
El cuello uterino es la parte inferior del útero y comunica el cuerpo uterino con la vagina.
El cérvix forma un canal que desemboca en la vagina que conduce al exterior del cuerpo. La mucosa que recubre el cérvix está próxima a la vagina y se denomina ectocérvix, y la que recubre el conducto o canal cervical que lleva hasta la cavidad del cuerpo uterino, se denomina endocérvix.
La mayoría de tumores aparecen en la zona de unión entre el ectocérvix y el endocérvix.
Por lo general, el cáncer de cuello uterino se forma lentamente a lo largo del tiempo. Antes de que este cáncer se forme, las células del cuello uterino pasan por cambios (displasia) hasta que aparecen células anormales en el tejido del cuello uterino.
Con el tiempo, las células anormales se vuelven cancerosas, se multiplican y se diseminan hacia las zonas más profundas del cuello uterino y hacia las áreas que lo rodean.
Tipos de Cáncer de Cuello de Útero
Los cánceres de cuello uterino y los precánceres se clasifican según el aspecto que presentan al observarlos con un microscopio.
Los tipos más comunes de cánceres de cuello uterino son:
- Carcinoma de células escamosas. Es el tipo de cáncer de cuello uterino más frecuente (90%). Se desarrolla a partir de lesiones premalignas del revestimiento de la superficie externa del cuello, formado por muchas capas de células que se descaman (epitelio escamoso) y su malignización provoca cánceres de tipo escamoso.
- Adenocarcinoma. Con menor frecuencia el epitelio que recubre la parte interna del canal del cuello del útero, formado por una sola capa de células glandulares o productoras de moco, se maligniza y provoca cánceres de células glandulares o adenocarcinoma.
Los tumores malignos desarrollados a partir de otro tipo de células (músculo, vasos sanguíneos, estroma, células productoras de hormonas o de melanina) son muy excepcionales y dan lugar a sarcomas, carcinomas neuroendocrinos, melanomas, etc.
Las metástasis en el cuello del útero (crecimiento de tumores cuyo origen está en otro órgano) son extremadamente infrecuentes.
Prevalencia
El cáncer de cuello de útero es el cuarto cáncer más frecuente a nivel mundial.
Aproximadamente el 80% se diagnostican en países en vías de desarrollo en los que no existen programas de prevención ni vacunación.
En Europa, cada año se diagnostican unos 35.000 nuevos casos (a lo largo de la vida afecta a 1 de cada 110 mujeres).
La máxima prevalencia se observa entre 45 y 55 años. En Europa, entre las mujeres menores de 45 años es el segundo cáncer más frecuente.
En España se estima que afecta a 7 de cada 100.000 mujeres. Anualmente se diagnostican unos 2.100 casos y fallecen por dicha enfermedad unas 800 mujeres.
Avances Terapéuticos
Sin embargo, nos encontramos en un momento histórico, con avances terapéuticos que podrían redefinir su manejo y mejorar sus resultados.
En los últimos años, hemos presenciado una auténtica revolución en el tratamiento del cáncer de cuello de útero.
Tradicionalmente, las principales opciones incluían la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia basada en platino. Aunque éstas siguen siendo fundamentales, la irrupción de las inmunoterapias y las terapias dirigidas ha marcado un antes y un después en la lucha contra esta enfermedad.
Los avances en las técnicas quirúrgicas y radioterápicas también están transformando el tratamiento del cáncer de cuello de útero.
La cirugía menos invasiva y la biopsia del ganglio centinela están reduciendo la morbilidad sin comprometer los resultados oncológicos.
Asimismo, las técnicas de radioterapia guiadas por imagen están permitiendo una mayor precisión y menos efectos secundarios.
Inmunoterapia
Un cambio de paradigma
Uno de los avances más significativos ha sido la incorporación de los inhibidores de puntos de control inmunitario, como el pembrolizumab.
Recientemente aprobado por la FDA, este medicamento combinado con quimiorradioterapia ha demostrado mejoras significativas en la supervivencia de pacientes con cáncer de cuello de útero localmente avanzado.
Esto representa un cambio de paradigma, puesto que por primera vez disponemos de una estrategia que potencia el sistema inmunológico para combatir el tumor.
Además, el ensayo INTERLACE sugirió que la quimioterapia de inducción, previa a la quimioradioterapia, está asociada a una mejora significativa en la supervivencia global, abriendo la puerta a nuevas estrategias terapéuticas.
Este enfoque, que busca reducir la carga tumoral antes del tratamiento estándar, podría convertirse en un nuevo estándar de tratamiento.
Las terapias dirigidas
La adición de bevacizumab en la quimioterapia ha mejorado la supervivencia de pacientes con enfermedad metastásica, mientras que los conjugados anticuerpos-fármacos como el tisotumab vedotin han mostrado resultados prometedores en pacientes con enfermedad recurrente o refractaria.
Estas estrategias permiten una medicina cada vez más personalizada, basada en biomarcadores y en las características específicas del tumor.
Accesibilidad, la asignatura pendiente
A pesar de estos progresos, todavía queda mucho trabajo por hacer.
El acceso desigual a los nuevos tratamientos y barreras socioeconómicas siguen siendo obstáculos importantes en la lucha contra el cáncer de cuello de útero.
La implementación universal de programas de vacunación, el cribado sistemático y la disponibilidad de estas nuevas terapias deben ser prioridades globales para reducir la incidencia y mortalidad de esta enfermedad.
Nos encontramos en una nueva era para el tratamiento del cáncer de cuello de útero. Los recientes avances nos dan motivos para la esperanza, pero también nos recuerdan la importancia de seguir invirtiendo en investigación y en políticas de salud pública para garantizar que ninguna mujer se quede atrás en esta revolución.