Hay tres tipos principales de cáncer de piel:
- Carcinoma de células basales (CCB).
- Carcinoma de células escamosas (CCE).
- Melanoma.
El cáncer de piel no melanoma es el cáncer más común, y el CCB es el más común de ellos, representa cerca del 75% de los cánceres de piel no melanoma.
Aunque el cáncer de piel no melanoma es la neoplasia maligna más común de todas, representa menos del 0,1 % de las defunciones por cáncer.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo de cáncer de piel no melanoma son los siguientes:
- Exposición al sol y a la radiación ultravioleta (UV) (incluso en cámaras de bronceado). La evidencia epidemiológica indica que la exposición acumulada a la radiación UV y la sensibilidad cutánea individual a esta radiación son factores de riesgo del cáncer de piel. Sin embargo, el tipo de exposición (exposición a una intensidad alta y de corta duración vs. exposición crónica) y la modalidad de exposición (patrón continuo vs. patrón intermitente) tal vez difiera entre los tres tipos principales de cáncer de piel.
- Antecedentes de quemaduras solares. Las personas que tuvieron quemaduras solares están predispuestas a presentar un CCE.
- Tez y ojos claros. Las personas con tez clara (piel clara con facilidad de presentar pecas y quemaduras), ojos claros (color azul, verde u otro color claro) y pelo claro (rojo o rubio) que se expusieron a mucha luz solar tienen un aumento de riesgo de presentar cáncer de piel no melanoma.
- Antecedentes familiares o personales de CCB, CCE, queratosis actínica, síndrome de nevo displásico familiar o nevo atípico.
- Inflamación cutánea crónica. Las personas con inflamación cutánea crónica, como se observa en las úlceras cutáneas de larga duración, están predispuestas a presentar CCE.
- Inmunodepresión. Los receptores de trasplantes de órganos que reciben fármacos inmunodepresores y las personas con enfermedades inmunodepresoras tienen un riesgo elevado de cánceres de piel, en particular de CCE.
- Otras exposiciones ambientales. La exposición al arsénico también aumenta el riesgo de CCE cutáneo.
Tipos de cáncer de piel
Aunque el CCB y el CCE son claramente los tipos más frecuentes de cánceres de piel no melanomas (con una amplia variabilidad de comportamientos clínicos), igualmente la categoría de cáncer de piel no melanoma incluye alrededor de 82 tipos de neoplasias malignas de la piel.
Otros tipos de enfermedad maligna de la piel son los siguientes:
- Melanoma.
- Carcinoma de células de Merkel.
- Linfomas cutáneos de células T (por ejemplo, micosis fungoide).
- Sarcoma de Kaposi.
- Enfermedad de Paget extramamaria.
- Carcinoma apocrino de piel.
- Neoplasias malignas metastásicas de distintos sitios primarios.
1.Carcinoma de células basales (CCB)
El CCB es por lo menos tres veces más común que el CCE en pacientes sin inmunodepresión.
Habitualmente, se presenta en las áreas de la piel expuestas al sol; la nariz es el sitio más frecuente. Aunque hay muchos cuadros clínicos diferentes de CCB, el tipo más característico es la lesión nodular asintomática o nodular ulcerosa que se eleva de la piel circundante, tiene aspecto nacarado y contiene vasos telangiectásicos.
Los CCB se componen de células no queratinizantes derivadas de la capa de células basales de la epidermis. Son de crecimiento lento y rara vez hacen metástasis.
El CCB tiende a causar destrucción local y produce deformidad grave si se deja sin tratar o si las recidivas locales no se pueden extirpar por completo.
Las zonas de riesgo alto para la recidiva tumoral, después del tratamiento inicial, son el centro de la cara (por ejemplo, región periorbitaria, párpados, surco nasogeniano o ángulo entre la nariz y la mejilla), la región posauricular, el pabellón auricular, el conducto auditivo externo, la frente y el cuero cabelludo.
2.Carcinoma de células escamosas (CCE)
Las personas con daño crónico por exposición al sol, antecedentes de quemaduras, exposición al arsénico, inflamación cutánea crónica (como se observa en úlceras de la piel de larga duración) y que ya recibieron radioterapia tienen predisposición a presentar un CCE.
Los CCE tienden a aparecer en las partes de la piel expuestas al sol, como las orejas, el labio inferior y el dorso de las manos. Es menos probable, que los CCE que comienzan como queratosis actínica en la piel expuesta al sol hagan metástasis y tienen un pronóstico mejor que los que aparecen de novo o que aparecen en la piel no expuesta al sol.
Los CCE se componen de células queratinizantes. Estos tumores son más malignos que los CCB y varían en cuanto al potencial de crecimiento, invasión y metástasis.
El pronóstico se relaciona con el grado de diferenciación y el grado tumoral se notifica como parte del sistema de estadificación. Lo más común es utilizar un sistema de cuatro grados (G1–G4), pero también se usan sistemas de 2 y 3 grados.
El CCE in situ (también conocido como enfermedad de Bowen) es una lesión no invasiva. En ocasiones, es difícil distinguir las características patológicas de un CCE in situ y de un proceso inflamatorio benigno. El riesgo de que se transforme en un CCE invasivo es bajo, al parecer, en el rango del 3 % al 4 %.
Queratosis actínica: las queratosis actínicas son posibles precursores de los CCE, pero la tasa de progresión es muy baja y la mayoría no se transforma en CCE. Estos parches normalmente rojos y escamosos suelen surgir en las áreas de la piel expuestas en forma crónica al sol y es común encontrarlos en la cara y el dorso de las manos.
Evaluación diagnóstica y estadificación
Por lo habitual, los CCB y los CCE se diagnostican a partir de un examen histopatológico de rutina con piezas de biopsia obtenidas mediante rasurado, sacabocado, incisión o escisión.
En ocasiones, para diagnosticar y estadificar los CCB y los CCE se hacen otras pruebas y procedimientos como los siguientes:
- Examen físico que incluya un examen de la piel y antecedentes.
- Radiografía de tórax.
- Tomografía computarizada (TC) sola o combinada con una tomografía por emisión de positrones (TEP) de la cabeza y el cuello, o del tórax.
- Ultrasonografía de los ganglios linfáticos regionales.
- Biopsia de ganglio linfático.
Para diagnosticar y estadificar el carcinoma de párpado, se realiza un examen o evaluación oftálmica.