Prevenir enfermedades transmitidas por alimentos es posible.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año enferman 600 millones de personas por ingerir alimentos contaminados, y 420,000 mueren por esta causa.
Las enfermedades de origen alimenticio son afecciones causadas por ingerir alimentos o bebidas contaminados con microorganismos patógenos o toxinas.
Los síntomas pueden variar desde leves hasta graves, e incluyen:
- Náuseas y vómitos
- Diarrea
- Dolor abdominal
- Fiebre
- Deshidratación
En casos severos, estas enfermedades pueden llevar a complicaciones graves e incluso la muerte, especialmente en grupos vulnerables como niños, personas mayores y personas inmunodeprimidas.
Causas
Contaminación bacteriana
Las bacterias son la causa más común de intoxicación alimenticia. Algunos de los patógenos más frecuentes incluyen:
- Salmonella
- Escherichia coli (E. coli)
- Listeria monocytogenes
- Campylobacter
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) destaca que estas bacterias son responsables de millones de casos de intoxicaciones por alimentos cada año
Contaminación viral
Los virus también pueden causar intoxicaciones nutricionales. Los más comunes son:
- Norovirus
- Hepatitis A
- Rotavirus
- Contaminación parasitaria
Aunque menos frecuentes, los parásitos pueden causar enfermedades graves. Algunos ejemplos son:
- Toxoplasma gondii
- Giardia lamblia
- Cryptosporidium
Toxinas naturales
Algunas plantas y animales contienen toxinas naturales que pueden causar contaminación si no se preparan adecuadamente:
- Toxinas de mariscos
- Solanina en patatas verdes
- Micotoxinas en hongos venenosos
Prevención de la intoxicación alimentaria
La prevención es clave para evitar las enfermedades de origen alimenticio. A continuación, se presentan medidas efectivas basadas en evidencia científica.
- Higiene personal
- Lavado de manos: Lávate las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos antes de manipular alimentos, después de ir al baño, y después de tocar superficies potencialmente contaminadas.
- Evita cocinar si estás enfermo: Si tienes síntomas de enfermedad gastrointestinal, evita preparar alimentos para otros.
El lavado de manos adecuado puede reducir significativamente la contaminación cruzada en la preparación de alimentos, así como la transmisión de infecciones.
Manipulación segura de alimentos
- Separar alimentos crudos y cocidos: Utiliza tablas de cortar y utensilios diferentes para alimentos crudos y cocidos.
- Cocción adecuada: Asegúrate de que los alimentos, especialmente las carnes, se cocinen bien y no queden crudas.
- Refrigeración rápida: Refrigera los alimentos perecederos dentro de las 2 horas posteriores a su preparación.
Limpieza y desinfección
- Limpiar superficies y utensilios: Lavar y desinfectar regularmente todas las superficies y utensilios que entren en contacto con los alimentos.
- Lavar frutas y verduras: Enjuagar bien las frutas y verduras antes de consumirlas, incluso si se van a pelar.
Control de temperatura
Mantener los alimentos fríos, fríos: Conservar los alimentos refrigerados a 4°C o menos.
Mantener los alimentos calientes, calientes: Mantener los alimentos calientes a 60°C o más.
Evitar la «zona de peligro»: No dejar los alimentos a temperatura ambiente (entre 4°C y 60°C) por más de 2 horas.
Muchas personas no manejan adecuadamente las temperaturas de los alimentos, lo que aumenta el riesgo de intoxicación nutricional.
Compra y almacenamiento seguro
Verificar las fechas de caducidad: No compres ni consumas alimentos caducados.
Almacenar correctamente: Guarda los alimentos en recipientes limpios y herméticos.
Seguir el principio PEPS: Primero en Entrar, Primero en Salir. Consume primero los alimentos más antiguos.
Educación y concientización
Aprender sobre seguridad alimentaria: Mantente informado sobre las mejores prácticas en manipulación de alimentos.
Educar a otros: Comparte tus conocimientos con familiares y amigos.
Grupos de riesgo y consideraciones especiales
Las mujeres embarazadas , los niños menores de 5 años, los adultos mayores de 65 años y las personas con sistema inmunitario debilitado tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por contaminación nutricional.
Estos grupos deben tomar precauciones adicionales, como evitar ciertos alimentos de alto riesgo (por ejemplo, quesos blandos no pasteurizados, pescados crudos, brotes crudos).
Ante una posible intoxicación alimentaria, se debe mantener hidratado: beber abundante agua o soluciones de rehidratación oral. Descansar, dando al cuerpo tiempo para recuperarse, evitar ciertos alimentos no consumir alimentos sólidos hasta que los síntomas mejoren.
Si los síntomas son persistentes o se agravan, se debe consultar a un médico.
El papel de las autoridades sanitarias
Las autoridades sanitarias desempeñan un papel crucial en la prevención de patologías transmitidas por los alimentos:
La prevención de las enfermedades de origen alimentario es una responsabilidad compartida entre consumidores, productores y autoridades sanitarias. Mediante la adopción de prácticas seguras de manipulación de alimentos y la educación continua, se puede reducir significativamente el riesgo de contaminación alimentaria.
Implementar estas medidas preventivas en la vida diaria y compartir esta información contribuye a crear un entorno alimenticio más seguro para todos.