Difusión del conocimiento de las ciencias médicas

12/01/2023

Prevenir para oír

Por Prof. Dr. Diamante Vicente

. Lectura de 4 minutos

Cuidar los oídos, no es de una etapa de la vida, sino de toda la vida.

Según la OMS, 32 millones de niños en todo el mundo padecen una pérdida de audición limitante.

Al hablar de prevenir, hablamos de niños, de adolescentes y de adultos mayores.

En los menores de 15 años, el 60% de los casos de pérdida de audición son causas prevenibles. Algunas de ellas son: la parotiditis, el sarampión, la rubéola, la meningitis, infecciones por citomegalovirus y otitis media crónica (31%); complicaciones al nacer como asfixia del parto, bajo peso, prematurez e ictericia (17%); uso de medicamentos ototóxicos en embarazadas y lactantes (4%).

Algunas estrategias de prevención de la pérdida de audición consisten en:

  • Vacunar a los niños contra las enfermedades de la infancia, en particular el sarampión, la meningitis, la rubéola y la parotiditis;
  • Vacunar contra la rubéola a las mujeres en edad fecunda, antes de que queden embarazadas;
  • Seguir prácticas correctas de atención otológica;
  • Realizar pruebas de detección de la otitis media y llevar a cabo las intervenciones médicas o quirúrgicas que convengan;
  • Evitar el uso de algunos medicamentos que puedan ser nocivos para la audición, a menos que sea prescrito y supervisado por un médico;
  • Evaluar a los bebés de alto riesgo (por ejemplo, a los que tienen antecedentes familiares de sordera, o los que han nacido con bajo peso o han sufrido asfixia del parto, ictericia o meningitis) a fin de arribar a un diagnóstico temprano, garantizarles un tratamiento adecuado; y reducir la exposición a ruidos.

 

La detección de la pérdida de audición en los ámbitos preescolar, escolar y profesional es una herramienta eficaz para identificar y tratarla en una etapa temprana.

 En los adolescentes, el aumento de la exposición a sonidos fuertes en lugares de ocio como  bares, cines, conciertos, eventos deportivos es preocupante. Algunos dispositivos tecnológicos, como los reproductores de música, suelen escucharse a volúmenes perjudiciales y durante largos periodos de tiempo. Todo ello supone un grave riesgo de pérdida auditiva irreversible.

La OMS calcula que 1100 millones de jóvenes entre 12 y 35 años de todo el mundo podrían estar en riesgo de sufrir pérdida de audición debido a prácticas auditivas perjudiciales.

Algunas buenas prácticas para cuidar nuestra audición son:

  • Mantener el volumen bajo;
  • Limitar el tiempo que dedica a actividades ruidosas;
  • Alejarse de los ruidos fuertes;
  • Limitar el tiempo diario de utilización de los aparatos de audio personales;
  • Prestar atención a las señales de advertencia de pérdida de audición;
  • Acudir a un profesional especializado en salud auditiva en caso de acúfenos o dificultad para oír sonidos agudos como el timbre o el teléfono, para entender el habla, o para seguir conversaciones en ambientes ruidosos, como restaurantes o reuniones sociales;
  • Hacer revisiones auditivas periódicas, ello puede ayudar a detectar la aparición de la pérdida de audición en una etapa inicial.

 

La situación de las personas que padecen pérdida de audición mejora gracias a la detección temprana, a la utilización de audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos de ayuda, así como con el empleo de subtítulos, el aprendizaje de la lengua de señas, la lectura labial y otras.

En los adultos mayores entre 65 y 74 años, el 30 % tiene problemas auditivos, y este número llega a un 50% en adultos mayores de 85 años.

Estudios de investigación han demostrado que la pérdida auditiva está asociada con el deterioro cognitivo en los adultos mayores, pudiendo generar una aceleración del mismo.

La discapacidad auditiva adquirida en la adultez, modifica la habilidad de la personas para comunicarse con otros, y por ende puede afectar seriamente las relaciones interpersonales.

 Algunos de los pilares para lograr una vejez saludable son: la actividad mental, las capacidades sensoriales, conservar los vínculos afectivos, continuar conectado con el entorno (mantenerse informado, cultivar hobbies, etc).

El envejecimiento exitoso supone vivir con dignidad, autonomía, capacidad funcional, salud, participación social y económica, entre otras cosas.

En el adulto mayor se piensa la salud en términos de “funcionalidad” -más que la presencia o ausencia de enfermedad-, ésta tiene que ver con la pérdida de autonomía para realizar las actividades de la vida diaria.

 Los adultos mayores pueden definitivamente recuperar su capacidad de oír, a través del uso de audífonos potentes o de los implantes cocleares, en los casos en los que los primeros no brindan beneficios en la comprensión del habla.

Estas prótesis auditivas, en Argentina, están incluidas dentro del Plan Médico Obligatorio, y la Ley 24.901 garantiza el acceso a las mismas para todas las personas con cobertura médica u obra social.

En la Argentina, prestigiosas instituciones médicas realizan estas intervenciones, entre ellas, el Hospital  ¨Prof. Dr. Juan P. Garrahan¨, el Hospital de Niños ¨Ricardo Gutiérrez, Hospital de Clínicas ¨José de San Martín¨, el Centro de Implantes Cocleares (CIC) del Instituto Superior de Otorrinolaringología (ISO) ,  FLENI y el Hospital Privado de Córdoba.  

Fuentes:

IMAGEN: https://plenilunia.com/vida-sana/prevencion/para-buena-audicion

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