El BLW es una forma de ofrecer la Alimentación Complementaria (A.C.) en la que al bebé se le permite “dirigir” el proceso desde el principio.
No promueve el inicio de las comidas sólidas con purés o comida hecha papilla, ni tampoco la alimentación con cuchara dirigida por el adulto.
Los padres deciden qué preparan y son responsables de ofrecer comida sana, segura y variada), pero el bebé coge por sí mismo la comida que se pone a su alcance; decidiendo qué elige comer y cuánta cantidad.
Se inició a raíz de las recomendaciones de la OMS en el año 2002 de iniciar la AC a los 6 meses, donde padres y profesionales comienzan a cuestionar la necesidad de los triturados.
Pese a tener un origen empírico, hay cada vez más trabajos, metodológicamente serios, que han estudiado su aplicabilidad, riesgos y resultados a medio y largo plazo.
Implementación
❖ El bebé se sienta a la mesa con la familia en las comidas.
❖ Se le ofrece la misma comida (sana) que al resto, en trozos de alimentos de consistencia blanda y apropiados a su desarrollo psicomotor (grandes al principio, posteriormente pequeños).
❖ Se alimenta por sí solo desde el principio; al comienzo con las manos y posteriormente con cubiertos.
❖ A partir del momento en que se inicia el BLW, el aporte de leche (materna o artificial) continúa siendo a demanda, sin relación con los momentos familiares de la comida.
El BLW se ha estudiado en niños nacidos a término, sanos y con un desarrollo psicomotor normal, tanto alimentados al pecho como con lactancia artificial.
Con la información y precaución adecuadas, la mayoría de las familias pueden practicar BLW de forma segura y eficaz.
En niños prematuros se podría valorar individualmente, pero siempre atendiendo a la edad corregida de 6 meses.
No se recomienda en niños con fallo de medro (incapacidad para mantener una velocidad de crecimiento normal, en peso o en longitud/talla, en menores de tres años), dificultades neurológicas o motoras.
A pesar de que no hay consenso claro sobre la definición de BLW, la forma más clásica asume que es el bebé el único que coge los alimentos, sin que el adulto “le dé de comer”.
Sin embargo, muchos padres optan por un BLW mixto, en el que combinan dejar que el bebé experimente por sí mismo con la comida a la vez que le ofrecen algún puré o papilla en alguna de las comidas.
Al principio se debe ofrecer la comida tipo finger food o en palitos. Así, el bebé puede agarrar la comida con su mano y come lo que sobresale. Cuando la habilidad motora mejora, se le pueden ofrecer comidas seguras cortadas en pequeños trozos.
Con respecto a la alimentación complementaria tradicional, la introducción de sólidos siguiendo los principios del BLW podría aportar algunas ventajas, pero también son posibles algunos inconvenientes.
Cuando el BLW se analiza en contextos en los que los padres han recibido una información básica, no se han encontrado diferencias en estado nutricional, ingesta de hierro o atragantamientos.
Hasta la fecha existen pocos datos sobre el efecto a largo plazo (obesidad, alteración del comportamiento alimentario, etc.) de este método de alimentación.
No obstante, todavía faltan estudios que puedan ayudar a comprender mejor el proceso de la alimentación complementaria y cuál es la forma idónea de llevarla a cabo.
Hoy en día, lo ideal es transmitir a los padres lo que se sabe y que cada familia, dentro de sus preferencias y contextos, pueda decidir cómo comenzar.
La introducción de sólidos siguiendo los principios del BLW podría presentar algunas ventajas, en especial el método modificado (BLISS).
Este método está inspirado en el BLW, también promueve la autonomía, pero hace hincapié en que no falten los alimentos ricos en hierro desde el inicio:
- Las familias que optan por BLW suelen esperar a los 6 meses para comenzar la AC, en contraposición a las que optan por el método tradicional que suelen empezar antes.
- Favorece el mantenimiento de la LM. Independientemente de que las madres que dan pecho son más propensas a practicar el BLW, en un estudio aleatorizado se ha observado un incremento de la duración media de la LM en el grupo BLW,
- Favorece la alimentación perceptiva, basada en las señales de hambre y saciedad del niño.
- Favorece la preferencia por la comida sana y variada a mediano y largo plazo, aunque esto depende de la dieta familiar.
- Aumento de la satisfacción familiar, disminución de la percepción de “mal comedor”.
No se han encontrado diferencias en las calorías totales ingeridas entre uno y otro método.
Sin embargo, existe disparidad en cuanto al efecto del BLW en el aumento de peso.
El BLW parece una buena estrategia para fomentar hábitos saludables desde la primera infancia, aunque hacen falta más estudios para determinar su efecto en el aumento de peso.
En estos métodos (BLW y BLISS), se requiere evitar los alimentos pequeños y duros, porque el bebé se puede atragantar.
Se lo debe acompañar en todo el proceso.
Posibles inconvenientes. El hierro
Una preocupación es la ingesta de hierro. Hay trabajos que no encuentran diferencias en la ingesta de hierro cuando se instruye a los padres en su importancia y en ofrecer diariamente comidas ricas en hierro:
Carne cocida en tiras o picada en forma de hamburguesas, bolas o palitos, yema de huevo, tortas de lentejas o judías blancas cocidas, palitos de tofu, hummus…
Atragantamientos
Siguiendo unas normas básicas de seguridad, no hay diferencias en el riesgo de atragantamiento. A todas las familias, independientemente del método utilizado, se les debe educar en la prevención de atragantamientos.
Normas de seguridad (prevención de atragantamientos):
❖ Para comer el bebé debe estar erguido, nunca recostado. Debe estar sentado en una trona o en su defecto en el regazo de su cuidador.
❖ Nunca se puede dejar a un bebé que está comiendo sin supervisión.
❖ No se deben ofrecer comidas con alto riesgo de atragantamiento, como frutos secos enteros, palomitas de maíz, uvas enteras, salchichas cortadas transversalmente, etc. También hay que evitar algunos vegetales y frutas duros, como la manzana y zanahoria crudas.
Comida insana o poco variada
Se ha postulado que, al compartir la mesa familiar, los lactantes puedan estar expuestos a una dieta poco sana.
Independientemente del método utilizado, la presencia de alimentos poco sanos en el hogar predispone al niño su consumo.
Hay familias que aprovechan el momento de la introducción de la AC para revisar la alimentación y mejorarla, y es adecuado informar a los padres de qué tipo de alimentos no son recomendables.