Es la técnica que permite realizar intervenciones torácicas complejas a través de pequeñas incisiones, operando con un instrumental más fino y largo, que permite mediante una cámara especial visualizar el interior de tórax.
Esta visión en el abdomen se denomina «laparoscopia», y en el tórax recibe el nombre de «toracoscopia». La óptica se conecta a un sistema de vídeo que transmite la imagen a un monitor, denominándola «videotoracoscopia«. La cirugía videotoracoscópica (VATS en las siglas inglesas) es sinónimo de cirugía torácica mínimamente invasiva.
Estas cirugías persiguen los mismos objetivos que la cirugía convencional, produciendo una mínima agresión y lesión de los tejidos. El acceso «tradicional» al tórax se realiza mediante una incisión torácica (toracotomía) que implica la separación de las costillas y la sección de músculos importantes de la pared torácica. En ocasiones sigue siendo necesario realizar este tipo de técnica para tumores grandes o que invadan estructuras más allá del pulmón.
La cirugía torácica robótica (RATS) es el último avance en cirugía mínimamente invasiva y sus ventajas técnicas frente a la videotoracoscopia son la capacidad de visión y de manipulación.
En la videotoracoscopia convencional el cirujano visualiza el campo quirúrgico en un monitor cuya imagen es plana (2D), perdiendo la percepción de profundidad. Por otro lado, la obtención de la mejor perspectiva posible no está bajo el control del cirujano sino de un asistente que manipula el videotoracoscopio. Finalmente, el eje de visión, el eje corporal y el eje de trabajo del cirujano con frecuencia no coinciden, obligando a un esfuerzo cognitivo que puede resultar excesivo en procedimientos largos o complejos.
Frente a estas limitaciones, en la cirugía torácica robótica el cirujano realiza la intervención desde una consola donde obtiene una visión binocular tridimensional, con sensación de profundidad y en alta definición.
Es el mismo cirujano el que controla y modifica la visión de la cámara ajustándola a las necesidades que surgen en la intervención. El eje de visión coincide totalmente con el eje de trabajo y con la posición del cuerpo, mejorando la ergonomía y disminuyendo la fatiga.
En la cirugía VATS clásica, los instrumentos se introducen a través de unos puertos de acceso (trócares) que limitan el rango de movimientos a cuatro grados. Pese a la habilidad de los cirujanos expertos en videotoracoscopia, esta limitación puede hacer difíciles determinados pasos de una intervención. El uso de los trócares causa el denominado «efecto fulcro» (punto fijo , por lo general de una articulación , sobre la que se mueve una palanca ósea) ,amplificando el temblor fisiológico de las manos.
El instrumental de cirugía torácica robótica, está especialmente diseñado para superar estas limitaciones de la videotoracoscopia. Con un tamaño menor a 8mm de diámetro, el instrumental robótico posee articulaciones cerca de su extremo, dentro del tórax, que equivalen a tener una «muñeca en miniatura» en el campo quirúrgico.
Los movimientos se transfieren de los mandos de la consola con un «escalado» posibilitando que un desplazamiento de varios centímetros de las manos del cirujano se traduzca en un movimiento de unos pocos milímetros del instrumental, logrando una mayor precisión. Finalmente, el sistema robótico filtra y elimina cualquier temblor, lo que incrementa la seguridad de cada paso quirúrgico.
El tratamiento del cáncer de pulmón, de los tumores del mediastino, de las enfermedades de la pleura, ahora, se pueden realizar en muchos casos mediante cirugía torácica mínimamente invasiva.
La mayor experiencia para las cirugías RATS se ha tenido con el robot ¨ da Vinci¨, que permite al cirujano acceder a los órganos alojados en el tórax mediante pequeñas incisiones por las cuales se coloca la cámara de alta resolución en 3D y los brazos robóticos, gracias a ellos se pueden realizar procedimientos quirúrgicos complejos disminuyendo el dolor post operatorio, las complicaciones y la estancia hospitalaria y lograr una recuperación óptima.
La cirugía robótica ¨da Vinci¨ es un procedimiento quirúrgico de última generación, en la que se combina la técnica toracoscópica convencional con tecnología robótica de alta precisión gracias a los 4 brazos robóticos que son cómodamente comandados por el cirujano desde la consola quirúrgica, permitiéndole visualizar con una imagen 3D inmersiva de alta definición.
Los brazos robóticos cuentan con una articulación que otorga la misma capacidad de movimientos que la muñeca humana, permitiéndole realizar al cirujano realizar procedimientos complejos con precisión y seguridad.
Gracias a la visión mejorada, la versatilidad de los instrumentos, la eliminación del temblor fisiológico y la cómoda posición ergonómica de la consola que evita la fatiga, actualmente se realizan procedimientos complejos como la resección de tumores pulmonares o mediastínicos en forma mínimamente invasiva a través de pequeñas incisiones en la pared torácica.
Gracias a la cirugía robótica da Vinci, se consiguen beneficios significativos, que incluyen:
- Menor estancia postoperatoria.
- Menor pérdida de sangre.
- Menor tasa de complicaciones postoperatorias.
- Menor tiempo de drenaje pleural.
- Menor dolor post operatorio y menor necesidad de analgésicos.
- Reincorporación precoz a la actividad habitual.
- Mejor visión y disección del tejido por lo que se extirpan los tumores localmente avanzados con mayor facilidad.
- Similar eficacia oncológica y mejores resultados en el tratamiento de la Miastenia Gravis.
- Extirpación mejorada de ganglios linfáticos.
En la lobectomía robótica, el cirujano tiene una imagen con sensación de profundidad, mientras maneja instrumentos con mayor capacidad de movimiento, en la dirección de su línea de visión y en general, no es necesaria una toracotomía de asistencia adicional.
La cirugía torácica robótica constituye la técnica más avanzada en intervenciones mínimamente invasivas permitiendo al cirujano visualizar el campo quirúrgico en un entorno inmersivo, tridimensional y en alta definición, lo que junto a los instrumentos de alta precisión de la plataforma robótica le permiten ofrecer al paciente una menor agresión y una recuperación más rápida.
La cirugía torácica robótica es, junto a la cirugía videoasistida, una de las dos opciones de cirugía mínimamente invasiva de las que disponemos actualmente.
La cirugía mínimamente invasiva tanto en su versión videotoracoscópica ( VATS) como robótica ( RATS) ofrecen resultados equiparables a la cirugía convencional a nivel oncológico, pero uno de los aspectos más destacables del abordaje robótico es la facilidad que ofrece al cirujano para realizar una linfadenectomía hiliar y mediastínica exhaustiva con una mejora en los resultados a largo plazo.
Se ha implantado en hospitales de tercer nivel.
“La cirugía robótica para el cáncer de pulmón es una realidad, tanto hospitales como cirujanos torácicos tendremos que adaptarnos y beneficiarnos de las posibilidades que nos ofrece. En no demasiados años será el estándar de calidad que deberemos ofrecer a los pacientes”, según el Dr. Martínez Barenys de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
