En un mundo donde aproximadamente el 68% de la población global es intolerante a la lactosa y la industria láctea contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero, el descubrimiento de alternativas vegetales a la leche de vaca se ha convertido en una prioridad para los científicos.
Entre una gran selección de leches vegetales, desde la almendra hasta la avellana, investigadores han explorado una fuente hasta ahora no convencional: el bambú.
Este hallazgo podría representar un cambio paradigmático en la búsqueda de fuentes alimenticias sostenibles y nutritivas.
Alternativa Nutritiva y Sostenible a la Leche de Vaca
El bambú, conocido por ser la planta más antigua y de crecimiento más rápido en la Tierra, ha sido identificado por un equipo de investigadores como una fuente potencial de alimentos sustentables que podría jugar un papel clave en la alimentación de una población global en crecimiento.
Un estudio reciente publicado en la revista científica «Trends in Food Science & Technology» revela que los brotes de bambú no solo son ricos en proteínas, similares a las de la leche de vaca, sino que también superan en volumen a muchos granos en este aspecto.
Dirigido por Wu Liangru del Centro Nacional de Investigación del Bambú en China, el estudio destaca el bambú como un «recurso natural subestimado» con el potencial de convertirse en un alimento básico del futuro.
Nutrición y Sostenibilidad
Los brotes de bambú ofrecen una serie de beneficios para la salud, conteniendo siete de los nueve aminoácidos esenciales requeridos por los humanos.
Sorprendentemente, estos brotes contienen mayores cantidades de aminoácidos que otras verduras y su contenido de hierro también supera al de espinacas y calabazas.
Además, son una excelente fuente de carbohidratos como las fibras dietéticas, tienen un bajo contenido graso y son una buena fuente de diversas vitaminas.
El estudio enfatiza que, además de prevenir enfermedades como la obesidad, la diabetes y el cáncer, los brotes de bambú ofrecen beneficios antioxidantes y antimicrobianos significativos.
Estas características los hacen especialmente valiosos en la lucha contra el daño celular, a menudo vinculado al envejecimiento.
Diversas Formas de Consumo
El bambú se puede preparar de varias maneras, incluyendo encurtido, fermentado, secado, enlatado, cocido fresco, congelado o incluso convertido en zumo.
Además, según el South China Morning Post, el bambú puede procesarse en diferentes componentes para hacer «ingredientes alimenticios funcionales«, como fibra dietética, que se agregan a alimentos como productos horneados y yogures para proporcionar fortificación.
En países como Tailandia, donde el bambú se utiliza ampliamente, se puede degustar en platos famosos como el curry rojo tailandés con pollo y brotes de bambú.
El bambú tiene una larga historia en Asia como ingrediente tanto culinario como medicinal.
Se menciona en el antiguo diccionario chino Erya, que data de finales del siglo IV a. C., y afirma que “el brote de bambú, el capullo de bambú, puede ser un plato”.
Ahora se observa una creciente demanda de productos de brotes de bambú, con un aumento del 40 por ciento en el valor comercial registrado entre 2007 y 2018, siendo el principal volumen de exportación los brotes enlatados.
China es el mayor productor de bambú del mundo, con alrededor de 6,4 millones de hectáreas de bosques de bambú . Pero de esa cantidad, menos del 6 por ciento se dedica a la producción de brotes y alrededor del 24 por ciento a la producción combinada de madera y brotes.
Se estima que en China se producen entre 25 y 35 millones de toneladas de brotes cada año dentro de esta zona forestal, pero sólo un tercio se cosecha para el consumo.
El resto “se pudre en la montaña” debido al exceso de oferta existente y los bajos precios, que dejan pocos incentivos para que los agricultores cosechen los brotes, dijo Wu.
Pero, si los brotes de China se cosecharan por completo y si hubiera un aumento global en la producción de bambú, el mundo podría producir hasta 150 millones de toneladas cada año, dijo Wu, lo que contribuiría en gran medida a alimentar a la creciente población mundial .
Limitaciones
La producción de bambú no está exenta de problemas.
Alrededor del 70 por ciento de los bosques de bambú del mundo se encuentran en Asia, y otros bambúes se cultivan en África y América del Sur.
En los 48 países de África donde crece el bambú, que representa alrededor del 12 por ciento de la cosecha mundial, la falta de conciencia sobre sus beneficios significa que el procesamiento de los brotes está subdesarrollado.
En total, hay 1.640 especies diferentes de bambú en todo el mundo, pero no todas tienen brotes comestibles.
De las 800 especies que se encuentran en China, sólo 153 son comestibles, y de ellas, sólo 56 son de “alta calidad”, según los investigadores.
Además, alrededor del 70 por ciento de un brote de bambú son desechos no comestibles.
Un número creciente de investigadores están examinando cómo convertir las cáscaras de los brotes en ingredientes funcionales para aprovechar aún más la planta.
«A pesar de su potencial, la utilización de brotes de bambú en la industria alimentaria actual enfrenta limitaciones», dijo el documento, y agregó que sería necesario abordarlas para que el bambú se adopte como un alimento básico a nivel mundial.
Wu dijo que la planta también tiene un período de brote corto, lo que dificulta la cosecha antes de que los brotes se vuelvan leñosos.
Los brotes de bambú pueden volverse leñosos y rígidos rápidamente después de ser cosechados, por lo que se procesan para que sean estables en almacenamiento, lo que disminuye su valor nutricional.
Los brotes de bambú frescos también contienen toxinas, que se reducen mediante el procesamiento, pero los investigadores dijeron que se deben realizar pruebas antes de enviar los productos al mercado y se deben crear estándares internacionales para garantizar la seguridad.
El equipo escribió que los brotes de bambú son «un recurso natural subestimado en el escenario internacional, tienen un gran potencial para convertirse en un alimento principal en todo el mundo y contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas».
Este descubrimiento no solo abre nuevas oportunidades para el desarrollo de recursos alimenticios sostenibles, sino que también crea oportunidades para el comercio y la exportación, contribuyendo al crecimiento de economías locales.
Con su perfil nutricional comparable al de la leche de vaca y su bajo impacto ambiental, los brotes de bambú se perfilan como una alternativa prometedora en la alimentación futura de la humanidad.
El equipo escribió que los brotes de bambú son «un recurso natural subestimado en el escenario internacional, tienen un gran potencial para convertirse en un alimento principal en todo el mundo y contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas».