Una nueva era en la lucha contra el cáncer comenzó en Buenos Aires con la reciente instalación del ciclotrón del Centro Argentino de Protonterapia (CEARP).
El CEARP es un proyecto conjunto entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), la Universidad de Buenos Aires y la empresa estatal INVAP Argentina.
Este coloso tecnológico, que pesa nada menos que 230 toneladas, fue ingresado en dos mitades a través del techo del edificio para ser ubicado en su búnker de hormigón.
El número de centros que ofrecen este tipo de terapia es aun escaso y su distribución está concentrada fundamentalmente en países del centro de Europa, Estados Unidos y Japón.
La República Argentina está construyendo un Centro de Protonterapia en las inmediaciones del Hospital Roffo.
Este Centro generará protones para un avanzado tipo de radioterapia contra el cáncer, siendo el primero en ofrecer protonterapia en toda América Latina.
Las ventajas de la protonterapia sobre la radioterapia convencional con fotones o electrones se basan en las propiedades balísticas de los protones, ya que permiten reducir de forma significativa las dosis indeseables a los tejidos sanos.
En el caso de los fotones y los electrones, la deposición energética presenta un máximo a una profundidad relativamente pequeña, los haces de protones ceden la mayor parte de su energía al final de su recorrido.
El alcance de los protones puede fijarse con precisión, modificando adecuadamente la energía con la que inciden en el cuerpo irradiado. Es posible situar la distancia a la que la dosis es máxima, justo donde se encuentra el tumor que se pretende tratar.
Esta característica de los haces de protones implica una doble ventaja: la disminución importante de la toxicidad (efectos secundarios) y de la inducción de tumores secundarios radio-inducidos.
“Este es un hito importantísimo, porque el ciclotrón es la máquina principal del Centro Argentino de Protonterapia”, comentó Luis Rovere, vicepresidente de la CNEA, quien estuvo presente durante toda la operación.
«En los próximos días también se instalarán los gantries, que son las estructuras a través de las cuales los haces de protones llegan a los pacientes.
Estimamos que las primeras pruebas podrían comenzar en el segundo semestre del 2025.»
Este avance coloca a Argentina a la vanguardia de la tecnología médica en la región y promete revolucionar los tratamientos oncológicos.
La máxima precisión para el tratamiento en zonas vitales.
La radioterapia con protones es un tratamiento muy preciso que minimiza el daño en los órganos y estructuras vecinas sanas que rodean un tumor.
La ventaja frente a otras terapias radiantes es su alta precisión y su menor toxicidad.
La protonterapia posibilita dirigir dosis más elevadas a la zona del tumor sin incrementar las dosis en otras zonas, debido a que utiliza protones de alta energía a diferencia del haz de fotones utilizado en la radioterapia convencional.
La gran masa de estos protones evita que los mismos sufran alteraciones en su trayectoria hacia el tumor, permitiendo que se puedan dirigir de forma más precisa a los tejidos afectados, minimizando los efectos adversos sobre los tejidos u órganos sanos.
La precisión de este tratamiento es ideal para el tratamiento de tumores de difícil acceso o rodeados de estructuras vitales (tumores cerebrales, de cabeza y cuello o de pulmón).
También es una opción muy segura para tratar tumores pediátricos, ya que producen menos efectos secundarios en estructuras en proceso de crecimiento.
Se ha demostrado una clara ventaja terapéutica en cáncer pediátrico, cáncer avanzado de cabeza y cuello, cáncer ocular, tumores de la base del cráneo, carcinomas hepatocelulares primarios, tumores primarios o metastásicos de la columna vertebral y casos de reirradiaciones.
En artículos anteriores hemos desarrollado las características e indicaciones de la “Protonterapia” sugerimos ampliar en Protonterapia Parte I y Parte II.